BASTARDO. / AU Julián x Enzo

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No aguante las ganas y lo tuve que publicar ahora. 🫠

—25 de Diciembre del 2023.

Podía jurar que su corazón iba a salir de su caja torácica.

Releyó nuevamente aquellos mensajes pero se perdió en el anteúltimo. "Son mi vida entera." Tomó una bocanada de aire que fue el manotazo de ayuda para no llorar.

No era justo.

No podía mandarle eso. No en esa fecha tan importante, donde las emociones siempre estaban tan a flor de piel, no en su estado y menos estando tan lejos.

Levantó la vista del aparato para ver si alguno de los integrantes de la mesa se dio cuenta de su pequeño caos, claramente no. Leandro estaba perdido en una charla de trabajo con su papá y su madre estaba al lado de este último, prestando suma atención a lo que hablaban los alfas.

No podía creer que no pudieron aguantarse por una noche no hablar del trabajo. Todo iba sumamente bien desde que habían llegado, sus padres para su sorpresa le pidieron disculpas por su ausencia en el baby shower y lo compensaron con regalos para Thiago.

Por primera vez desde que se enteraron de su embarazo parecían un poco contentos por la llegada. Hasta su mamá se animó a acariciar su vientre.

La felicidad que recorrió su ser no se pudo explicar. Era lo que había deseado, la compañía de su mamá en aquel estado. Casi había llorado cuando le comenzó a preguntar cómo venían las cosas, Julián le contó con detalles lo bien que avanzaba su embarazo y sobre todo lo ansioso que estaba por tener a su cachorro en brazos.

Faltaban poco. Muy.

Aún así, a pesar de que la estaba pasando muy bien con su pareja y familia, aquel vacío en su pecho no se llenaba con nada, Julián debería sentirse en paz, completo, disfrutando de esa Navidad rodeado de amor, pero en su interior había una tormenta que lo carcomía por dentro.

Y ahora, después de esos mensajes que Enzo le había mandado confirmaba que no era una simple tormenta, era un huracán que comenzaba a llevarse la poca tranquilidad que había conseguido apenas pisó la provincia donde había nacido.

Se había convencido que esos días allí sería la salvación para esos pensamientos y sentimientos que salieron a flote después de aquel beso. Ese beso que despertó tantas cosas en él, cosas que le aterraban tanto que no sabía cómo manejarlo.

Julián estaba perdido, asustado. No sabía cómo seguir, cómo afrontar todo ese lío que estaba poniendo su mundo de cabeza. En esa mesa estaba lo que siempre soñó, su novio y su familia junta pasando una noche inolvidable, pero no se sentía bien, se sentía fuera de lugar como si no perteneciera ahí.

Como si no tuviera que estar ahí.

Su mente estaba en Córdoba pero su corazón y omega quedaron en Buenos aires, justo en los brazos de un alfa, el alfa que era papá del cachorro que llevaba en su vientre.

"Es el padre de mi hijo, nada más", se repetía como un mantra. Pero era mentira. Lo sabía. Lo sentía en cada fibra de su ser cada vez que veía el nombre de Enzo aparecer en su celular, cada vez que recordaba esos pocos momentos en que los dos habían sido algo más que simplemente dos personas compartiendo la responsabilidad de un bebé.