BASTARDO. / AU Julián x Enzo

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Holass

—¡Juli! ¿Me estás escuchando?.—

No fue la voz de su suegra la que lo sacó de su trance si no la pequeña sacudida que le dio a su brazo, como fingir era algo que últimamente le salía bien giró su cuello para mirarla, regalándole una sonrisa con falsas disculpas.

Le estaba siendo imposible apartar la vista de Enzo y Joaquín.

—Perdón, me perdí un segundo. ¿Necesitas algo?.— Miró por arriba de los hombros de la omega, buscando a Leandro quien tenía que ser el responsable de atender a sus papás.

Ya que había insistido tanto en invitarlos.

No lo encontró así que sus pares cafés terminaron en el rostro sonriente de Lorena, ella se notaba genuinamente emocionada por el festejo, había llegado con varios regalos y fue muy amable con la madre de Enzo.

Julián lo agradeció internamente, porque a esas alturas no estaba para bancarse el ambiente más incómodo de lo que ya era.

—No, Ju. Tranquilo, todo está bien. Te preguntaba por tus papás... ¿Van a venir?.

Mal tema. Negó, con una sonrisa que terminó siendo más una mueca. Era su Baby shower, estaban festejando la llegada de su bebé, se suponía que tenía que ser una tarde llena de felicidad, cariño y abrir regalos. Pero no, sus padres se habían encargado de arruinarlo y ni siquiera estaban ahí.

Lo peor de todo es que se lo veía venir. No encontraba razón por la cual asistirían a la fiesta luego de negarse millones de veces a conocer a Enzo en otras ocasiones, Julián los conocía lo suficiente como para saber que no iban a exponerse delante de mucha gente a ese momento tan tenso.

Les importaba tanto el qué dirán que ni siquiera iban a asistir al Baby shower de su nieto, y al parecer tampoco le importaba lo que eso le hacía sentir a su único hijo.

—Tenían una reunión muy importante.— Excuso. — No podían faltar...—

Lorena asintió, regalándole una sonrisa que estaba cargada de lástima y un pequeño apretón en su brazo. Quería decirle que no era necesario, que ya tenía suficiente con lo que le hicieron.

—Me imagino. Leandro me contó que estás semanas la muni era un caos... ni me quiero imaginar como deben estar tus papás.— Asintió nuevamente, queriendo escapar de esa situación lo antes posible.

Y como si sus pensamientos fueran leídos su novio se acercó, y detrás suyo venía Matías.

¿Matías?.

—¡Ju!.— Su mejor amigo se colgó apenas abrazándolo por los hombros. Le correspondió un poco sorprendido y con cuidado de que no le aplastara tanto la panza.

—¿Qué haces acá?.— Su pregunta salió con mucha sorpresa, se apartó un poco para encontrarse con la sonrisa gigante de su mejor amigo.

—Yo también te extrañe, forro.— Matías se apartó un poco. —¡Dios! mira la panza que tenes... no lo puedo creer.—

Julián buscó la mirada de su novio quien se encogió de hombros. Al parecer sus suegros también sabían de la visita del omega porque no paraban de sonreír mirando la escena.

—Ya sé que estoy re gordo, no me lo digas vos también... Yo no puedo creer que estés acá ¿Cómo?.—

—No me iba a perder el baby shower de mi sobrino... Me dejaron salir unos días antes por las fiestas y todo eso. ¿Quién está allá?, ¿Los chicos?.— Su mirada recorrió la de Matías, buscando qué era eso que lo tenía tan curioso.