Los días pasaban y Jimin se hacía más cercano a su paciente, Yoongi era alguien inusual, muy ocurrente, alegre y enérgico, parecía como si no tuviera una enfermedad que en cualquier momento podría matarlo. Yoongi parecía ir por la vida sin preocupaciones, su frase esa, "la vida es una y hay que vivirla, aunque te estés muriendo" en parte tenía razón, siempre hay que vivir como si fuera nuestro último día de vida, pero también hay que cuidarnos para que no se de ese caso, Yoongi a penas y tenía diecisiete años, tenía mucho por recorrer, muy a pesar de que este enfermo, él era su doctor así que haría todo lo que está en sus manos para que Yoongi no tenga una vida corta.
— ¿en qué piensa, doctor?
— en que si habrá una forma para que te quedes quieto — le revoloteó sus bancos cabellos.
— no lo creo, no sabe lo aburrido que es quedarse todo el día en una habitación, solo quiero divertirme, ¿es mucho pedir?
— no, pero tu corazón es muy débil Yoongi, es peligroso para ti.
— prefiero morirme divirtiéndome que estar triste postrado en una cama
— no digas eso — cuestionó serio — tu no te vas a morir.
— como lo sabe, doctor — se sentó en la cama — yo tengo bien en claro lo que padezco, la muerte me persigue desde que nací.
— yo soy tu doctor, creme que haré de todo para que tengas una vida larga
— sin un corazón, no hay nada que usted pueda hacer
— pronto habrá un donante, no debes de preocuparte.
— vengo escuchando eso desde que tengo cinco años, esa frase dejó de darme ánimos desde hace mucho — se acomodó en la cama — buenas noches doctor
— buenas noches Yoongi — salió de la habitación con muchos pensamientos en su cabeza, una de ellas era, ¿cómo ayudar a Yoongi, si no tenia lo principal? Sin un buen corazón para él, su vida se va acortando poco a poco.
¿como salvar la vida de alguien, la cual su vida no solo depende de ti?
Desde que conoció a Yoongi, se preguntaba una y otra vez, el como ayudarlo, iba todo los días a preguntar si había un donante, pero la respuesta siempre era la misma, "aún no"
Yoongi no merecía tener esa vida, él deberia de estar fuera de esas frías paredes del hospital, debería de disfrutar su juventud, iré a paseos, salir de fiesta o solo dar una caminata por la playa, pero a veces la vida es injusta con quienes no lo merecen, porque alguien tan alegre colo Yoongi, no merecía haber tenido una vida así.
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Como todas la tardes de revisión, Jimin caminaba hasta el gran invernadero, era obvio que cuando iba a entrar en aquella habitación, no encontraría a su lindo paciente de cabellos blancos. Luego de un mes atendiendolo ya se había acostumbrado, así que lo primero que hacía era ir a aquel lugar y ahí lo encontraba, sentado hablando con las plantas o solo disfrutado del agradable sonido del agua caer de la cascada.
— que voy a hacer contigo — susurró cerca de él
— shuuu... no haga bulla, doctor, está arruinando el silencio tranquilizador del lugar, estoy en modo meditación.
Jimin sonrió y se sentó junto a Yoongi, lo dejó meditar, en parte esa práctica era bueno par él.
Estuvieron allí por unos veinte minutos más, hasta que Jimin le dijo que ya era hora de irse, no podía estar mucho tiempo fuera de la habitación y sin sus medicamentos, eso sería muy riesgoso para su salud.
Yoongi a regañadientes, tuvo que irse junto a doctor hasta su aburrida habitación, lo bueno es que por fin le regresaron su televisión, así que podía ver sus películas sin sentirse aburrido.
— listo, todo está en orden — tomó nota en su carpeta — nos vemos mañana, Yoongi
— ¿le gustaría ver una película conmigo?
— no puedo Yoongi, a pesar de tu eres mi principal paciente, hay más personas que necesitan de mi ayuda.
— entiendo, salva muchas vidas doctor Park.
— nos vemos mañana.... y por favor, no te vuelvas a escapar.
— no prometo nada — respondió mientras tenía su mirada fija en el catálogo de películas, hoy era noche de películas de ciencia ficción
Jimin negó divertido, salió de la habitación dejando a un muy concentrado pálido mirando su película. Hasta ahora no entendía porque los doctores decían que Yoongi era alguien difícil de tratar, si en todo el tiempo que llevaba atendiendolo, él se había comportado de la mejor manera, quizás lo decían porque era muy escurridizo y cada que tenía oportunidad se escapaba, pero tampoco era nada difícil de manejar.
