Yoongi estaba muy emocionado, después de mucho tiempo salía del hospital, o sea, técnicamente a otro lado que no sea su casa, puesto que las pocas veces que salía solo podía ir a su residencia y de ahí tampoco podía salir.
Jimin observó de reojo a su menor, sonrió al verlo todo maravillado mirando el exterior, era gracioso como saludaba a las personas pasar, algunos le devolvían el saludo y otras solo lo miraban extraño.
— llegamos — dijo parqueando su auto
— ¿qué es este lugar?¿dónde estamos? ¿No es extraño que esté con ropa de hospital? — preguntó bajando del auto.
— no hay problema con eso — le respondió — vamos, comparé los boletos
Yoongi asintió feliz y siguió a su doctor, caminaba mirando a todos lados, pero cuando miró hacia el frente, su emoción creció al máximo, no podía creer que estaban ahí, era la primera vez que visitaría ese lugar.
— doctor...
— feliz cumpleaños, Yoongi— le dijo mostrando sus boletos de entrada
Yoongi abrazó a su mayor para después tomarle del brazo y jalarlo dentro del establecimiento.
Yoongi estaba fascinado, siempre quiso visitar el zoológico, pero su padre nunca se lo permitió, decía que podía ser peligroso para él, pero ahora estaba cumpliendo un deseo añorado desde que era niño.
— doctor, mire, las jirafas — dijo asombrado — que lindas
Jimin caminaba a paso lento detrás del menor, se sentía feliz al ver la emoción y fascinación en los ojos de Yoongi, saludaba y hablaba con los animales como si estos en algún momento les contestarían.
Pasaron horas recorriendo cada espacio del zoológico, a los reptiles, camelidos, animales grandes, pequeños, el área de las aves, hasta el gran acuario, donde había miles y miles de especies marinas diferentes.
Después de eso, ambos ya se encontraban en el auto del mayor, Yoongi no paraba de hablar sobre lo encantando que estaba por ver a los pingüinos, eran lindos y tiernos.
— en mi cabeza solo sonaba, "bonitos y gorditos" — dijo recordándo a los pingüinos de Madagascar.
Jimin no paraba de reír al recordar como Yoongi repetía los diálogos de los animales de las películas. Por ejemplo, el momento que se puso a cantar hakuna matata, al momento de ver a un jabalí o a un suricata y se quedaba callado para que ellos le siguieran la canción.
— ¿la pasaste bien?
— ¡fue el mejor día de mi vida! — respondió eufórico
— me alegra eso — le acarició la mejilla
Yoongi se sonrojó y volteó su rostro, tenía que calmarse, no quería malinterpretar nada, el doctor solo estaba siendo amable, si, solo eso.
— ya vamos a volver, ¿verdad?
— si — respondió despacio — se está haciendo tarde y pueden descubrir que no estás en tu habitación.
Jimin notó la tristeza en la mirada de Yoongi, su sonrisa había desaparecido. Si fuera por él, lo llevaría a miles de lugares, que disfrutara un poco de la vida, pero no podía hacer eso, la salud de Yoongi es muy débil, no solo por su corazón, sino todo en general. Aunque eso no iba a impedir que Yoongi sea feliz, mantendría esa hermosa sonrisa como a de lugar.
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Luego de que ingresaran al hospital, Yoongi se cambió lo más rápido posible para que nadie sospechara nada, aunque casi el doctor Lee los descubre, pero por suerte Jimin le mintió diciendo que Yoongi después de tomar un largo descanso, había estado todo ese tiempo en el gran invernadero.
— por un momento pensé que nos descubrirían, esto hubiera sido catastrófico
— por suerte tienes a un doctor muy hábil — se acercó al menor
— gracias doctor, fue el mejor cumpleaños que tuve — lo miró directamente a los ojos
Jimin le tomó de las manos y le besó la cabeza — tienes una linda sonrisa
— no... no es cierto — bajó la mirada
— descansa, Yoon — se acercó más al menor — vendré mañana, no te escapes
— creo que... si me escapo, quiero que sea con usted, doctor — le dijo en un susurro
Jimin abrazó al menor, sentía que necesitaban estar unidos, como si todo de él, necesitará de Yoongi.
Por su parte, Yoongi no quería ilusionarse, Jimin solo era su doctor, aunque ellos habían creado una relación muy bonita, solo era una relación de paciente y doctor, o eso era lo que pensaba él.
