Capitulo 41

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—Por favor, fírmalo. —volvió a recordar el repartidor.

Charlotte actuó rápidamente y trajo el regalo adentro.

—Mami, ¿quién envió el regalo?

Los niños la rodearon llenos de curiosidad.

—Es alguien que no conoces…

Charlotte se sintió preocupada. Si Zachary era en verdad Gigoló, entonces él debía ser el padre de los niños.

¿Ya sabe la verdad? De lo contrario, ¿por qué enviaría un regalo aquí?

—¿Qué es? Rápido, ábrelo para que podamos verlo.

El trío abrió los ojos con anticipación.

Mientras Charlotte desenvolvía su exquisito envoltorio capa por capa, se preguntó qué podría ser.

Su corazón estaba abrumado por las emociones.

—Mami, eres demasiado lenta. Déjame ayudarte.

Jamie tomó la caja de regalo con impaciencia y ayudó a abrirla.

Mientras tanto, Robbie trajo un par de tijeras para ayudar.

Ellie se frotaba las manos mientras esperaba emocionada a un lado.

Finalmente, lograron abrir la caja de regalo. Dentro había otra caja rosa que emanaba una fragancia floral. Justo cuando Charlotte estaba a punto de abrirla, Ellie se ofreció emocionada. —Ven, déjame hacerlo

“¡Muy bien, hazlo!”

Charlotte sabía lo mucho que disfrutaban las niñas abriendo regalos, por eso se lo pasó a Ellie.

Sosteniendo la caja en su mano, Ellie respiró profundamente antes de abrirla con entusiasmo.

—¡Ah!

Al momento siguiente, se escuchó un grito horroroso, seguido por los gritos de Robbie y Jamie.

Fifi revoloteaba alrededor de su jaula chillando: —¡Tengo miedo, tengo miedo!

En ese momento la casa entró en un alboroto.

Los ojos de Charlotte se abrieron en estado de shock y miró el contenido con incredulidad.

Era el cuerpo de un gatito muerto. Todavía estaba cubierta de sangre y era un espectáculo espantoso. Obviamente, alguien lo había matado cruelmente.

A su lado había incluso un juguete con luces intermitentes y una cara sonriente de payaso.

—No te preocupes, mami está aquí.

Charlotte recuperó rápidamente el sentido y volvió a tapar la caja.

Cuando estaba a punto de sacarla al exterior, sintió que algo no iba bien. Podía oír un tictac que provenía de la caja.

—¡Es una bomba! ¡Mami, tirala! —Robbie agarró la caja de las manos de Charlotte y salió corriendo.

—¡Robbie! —gritó Charlotte mientras corría tras él.

Justo cuando Robbie arrojó la caja al pasillo, ésta explotó con un fuerte estruendo.

Toda la casa tembló y pedazos del techo del pasillo cayeron, casi golpeando a Robbie.

—¡Robbie! ¡Robbie! —Charlotte corrió hacia él como una loca y lo abrazó—. ¿Estás bien? M

—Mami, estoy bien. —Robbie estaba asfixiado por el polvo de los escombros.

Charlotte lo llevó a la casa y cerró la puerta inmediatamente.

Confundir a Un Magnate con un gigoló Donde viven las historias. Descúbrelo ahora