Atsumu Miya pensó que lo tenía todo cuando estuvo con Shoyo. Pero tras una ruptura que destrozó su alma y un anillo que dejó de simbolizar amor, esta cansado de ver cómo el amor florece en los demás mientras el suyo se marchita, por ello se convence...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Prólogo:
***
—Es difícil mantener la cabeza alta después de un desamor tan intenso.
• ────── ✾ ────── •
—¡Atsumu, abre la maldita puerta! —La voz de su hermano resonó en la habitación, acompañada del sonido de golpes en la puerta.
Quizá, el hecho de que su hermano no mencionara su apodo debió ser suficiente para ponerse de pie y abrir la puerta, y por fin, detener los gritos llenos de preocupación de su gemelo. Sin embargo, poco le importaba en esos instantes si el joven destruía la puerta.
Se dejó caer en la cama y tapó su rostro con el antebrazo, como si eso pudiera bloquear los recuerdos atormentaban su cabeza, como si eso pudiera bloquear cada memoria de Hinata a su lado. Aún podía recordar su ruptura con Hinata, sus palabras y las miradas llenas de tristeza y compasión hacia él, todavía podía sentir el sabor amargo de las palabras de Hinata, grabadas en su memoria como un cuchillo afilado. "No te puedo amar, Atsumu-san. No te amo.Lo intenté, pero no pude hacerlo". Cada palabra era un golpe al corazón, un recordatorio de que nunca había sido suficiente para él.
Cada palabra de Hinata estaba grabada en su cabeza, la forma en la que aceptó que finalmente después de dos años no logró amarlo, lo quería, pero no lo amaba, ¿eso hubiera sido suficiente para su persona? Tal vez ahora que estaba tan roto y tan necesitado, diría que sí, aunque en el fondo de su corazón sabía mejor que nadie, que jamás sería feliz con el cero por ciento del corazón de Shoyo.
Porque el cien por ciento siempre fue de Kageyama Tobio, quien ahora, nuevamente tenía su corazón en manos. ¿Por qué?, ¿por qué había regresado con él?, ¿qué le estaba dando?, ¿ya había olvidado el engaño?, ¿su amor propio era tan poco como para volver con el hombre que no le dio su lugar dos años atrás?
Sus últimas palabras habían sido ciertas. Sin importar qué, siempre estaría para él. Como una pareja, un amante, un amigo, como Hinata lo quisiera.
—¡Atsumu!
Más gritos, y más gritos.
Y nuevamente, él decidió ignorar cada uno de ellos.
Bajó el brazo y miró su cuarto. La habitación estaba oscura, solo iluminada por la luz tenue de la luna que se filtraba a través de las cortinas. Atsumu se sentía como si estuviera sumergido en esa oscuridad, sin encontrar el camino hacia la luz. Su mente estaba llena de preguntas, de "¿por qué?" y "¿qué hubiera pasado si...?". Pero sabía que no había respuestas, solo el dolor y la tristeza que lo consumían. No existía el hubiera, entonces, solamente podría martirizarse pensando en lo que pudo pasar si su amor hubiera sido lo suficiente.