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-5 lunas después de los eventos de Red Bed-
Aeron se consideraba alguien con un alto nivel de toleranciaal dolor, hasta que empezó a enfrentarse a los dolores de parto, justo en ese momento estaba con Benjicot viéndolo entrenar, por que Lord Sanwell y Davos estaban comprando algunas cosas necesarias para el invierno, cuando los dolores empezaron.
Un asustado Benjicot tuvo que cargarlo hasta la habitación de parto para después correr y mandar a avisar para que Davos llegara, no quería dejar solo a su cuñado, sabía que debía estar asustado y prefirió ser un alfa valiente en esa situacion para que estuviera con alguien de confianza hasta que Davos llegara al lugar.
-Aguanta eres fuerte
-Es fácil decirlo cuando un bebé no está saliendo de tu cuerpo
-Te doy la razón
Un grito recorrió la casa Blackwood por las contracciones que Aeron pasaba, agradecía qué su cuñado le ayudara a caminar, por que ayudaba a acelerar el proceso pero aumentaba su dolor.
-¿Donde esta Davos?
-Debe venir de camino, no se perderá el nacimiento
-Ningún alfa esta presente en el nacimiento de su hijo
-Creo que se la cortaras si no llega
-Es una posibilidad
Sus risas no duraron mucho por que la próxima contraccion rompió la fuente por completo, el parto ahora era algo que ocurriría rápido.
Aeron estaba asustado, no creía pasar ese momento con Davos lejos, Benjicot era un buen apoyo más no el que necesitaba, necesitaba a su alfa.
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Davos montaba el caballo a gran velocidad, apenas recibió la noticia monto su caballo para ir rápido en dirección a su casa.
Su hijo no tuvo mejor idea de empezar a nacer justo cuando no estaba en la casa, logró llegar después de múltiples insultos a idiotas que se le atravesaban en el camino
Cuando llego bajo del caballo en una maniobra que perfectamente le hubiera rotó la pierna si caí mal, pero logró llegar a la habitación, con rápides antes del nacimiento
Benjicot salió cuando él llegó y se planto junto Aeron uniendo sus frentes para calmarlo en el dolor que sufría.
-Estoy aqui, lo prometi
-Duele mucho... Davos no puedo
-Tranquilo mi amor... Se que puedes eres muy fuerte, más que fuerte
El grito que Aeron soltó ante la nueva contracción lo hizo cerrar los ojos evitando llorar, le dolía ver a su omega sufriendo.
El maestre dio aviso de que era hora de iniciar, quisieron sacarlo de la habitación pero el gruñido que nació desde su pecho dejó en claro su negativa a dejar la habitación, Aeron sufrió varias horas, eternas para Davos hasta que el pequeño nació, un pequeño de piel pálida y cabello negro Blackwood, para el alfa fue la paz al escucharlo llorar sabiendo que el pequeño estaba bien y había terminado el dolor del omega.
O eso creían, el dolor volvió pero Aeron estaba agotado, no tenía fuerzas para volver a pujar, Davos intentaba mantenerse en control, su omega estaba en riesgo, lo ayudo a acomodarse y hacer un último esfuerzo, temía por él, no volvería a hacerle un hijo nunca si eso representaba verlo tan pálido y sin fuerzas.
Aeron logró dar a luz, a un segundo bebé de iguales características, lloro pero más tranquilo a diferencia de su hermano mayor, eran dos niños, dos hermosos niños, más no pudo disfrutar demasiado de la alegría por que Aeron perdió la conciencia los maestres lo hicieron sacado de la habitación mientras atendían a su omega, no pudo reaccionar por el terror de ver el rostro pálido de Aeron con los ojos cerrados y rodeado de maestres cuando cerraron las puertas.
Fueron horas de terror hasta que pudo ver a sus pequeños hijos, estaba sentado junto a las cunas, mientras acariciaba sus mejillas gorditas y blancas, tan hermosos, pequeños eran tan frágiles.
Sentía las lágrimas caer por sus mejillas, sentía el terror recorrerle sin noticias de su hermoso y dulce esposo, temia perderle, no podía morir, no ahora, tenían dos bebés, dos hermosos bebés fruto de su amor, no podía perderle, aún tenían mucho que disfrutar en sus vidas, junto a sus bebés.
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Davos fue despertado por un maestre, el cual lo encontró dormido en una posición dolorosa junto a las cunas de sus bebés, por la luna que se veía desde la ventana supuso qué ya era de madrugada
-Joven Davos, no debería dormir asi, levántese
-¿Aeron? ¿Como esta mi esposo?
-Esta sano y salvo, se desmayo por el esfuerzo, lo revisamos por completo y no existe mal en su cuerpo, dar a luz dos bebes le dejo sumamente agotado
El cuerpo de Davos se relajo al escuchar esa noticia, saber que su esposo vivía le dejaba sumamente tranquilo y feliz.
-Valla con su esposo, dormir les hará bien, inmediatamente llevaremos las cunas a su habitación
-Gracias, Maestre, le recompensare esto
Davos corrió torpemente hasta la habitación, respiro tranquilo mirando al mirarlo durmiendo en la cama, estaba limpio, su rostro tenía color y se veía precioso.
Davos se dejó caer de rodillas junto a él escondiéndose en su abdomen despertandolo de golpe, Aeron se asustó pero al verlo llorando mientras lo abrazaba no sabía que pensar.
-¿los bebés?
-Están bien... Son muy fuertes
-Amor... ¿Que pasa?
Davos lo miro con sus ojos rojos e hinchados, asustado pero ¿asustado de que?
-casi mueres... No sabes el terror que sentí cuando caíste inconsciente y pálido, pensé que te perdía
El menor Acaricio su cabello comprensivo dejandolo llorar desahogarse y respirar su aroma para que pasara el mal momento, cuando ya estuvo tranquilo se acomodo junto a él en la cama abrazandolo con sumo cuidado para no lastimar su ya sensible cuerpo.
-Perdón... Vienes saliendo del parto y vengo yo con mis lagrimas a perturbarte
-¿Te metí el susto de tu vida?
-No volveré a embarazarte si significa verte a punto de morir
-Te convencere después
Le dio un besito para abrazarlo y dormir, ahora más tranquilo cuando sus bebes fueron puestos en sus cunas junto a la cama, ambos pudieron dormir con tranquilidad, hasta que el llanto los despertó, ahora era una nueva rutina, una nueva vida que estaban felices por experimentar.
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Este es el final
Si gustan unos extras denme ideas de que les gustaría leer
