can't help falling in love ; e. fernandez

dos ; primer día

𝒜 𝑛𝑡𝑜𝑛𝑒𝑙𝑙𝑎
4 de febrero, 2023

Me encuentro yendo hacia una entrevista de trabajo, me habia mudado recientemente a londres y un trabajo me vendría bastante bien. Está entrevista la encontré navegando por páginas para buscar trabajo y bueno, el trabajo era de niñeras y algo que siempre me dijieron desde muy chica era que con los niños me llevaba bastante bien.

Al llegar a la casa que me indicaron en la dirección, toque el timbre y mientras esperaba observé la casa y parecía ser una casa de gente con plata, al menos eso parecía. Unos minutos más tarde sale un chico, jóven y morocho, de lejos se puede escuchar a una niña jugar.

Cuando el muchacho llegó hacia la entrada pude distinguir que era enzo fernandez, el 24 de la selección, si bien sabía que era alguien importante por tremenda casa pero tampoco me imagine que fuera el.

— ¡Hola!, ¿Antonella, no?. – pregunta él, en inglés , mientras abre la puerta.

— hola, si soy yo. – respondí con una sonrisa.

— pasá, adentro te tomo. – se hace un lado y paso. – seguime, perdón por el desastre.

— no hay problema, es normal. – digo mientras lo sigo, al llegar adentro de su casa se podía ver bien decorada y con rico aroma aunque un poco desordenada.

La pequeña al ver que su papá ya volvio se le colgó encima y comenzó a decirle cosas en español. Enzo se las responde y me lleva hacia lo que creería que es el comedor, ambos tomamos asiento.

— Bien acá dice que sos argentina, así que supongo que puedo hablarte en español. – supone y yo asiento. – Perfecto, contame un poco sobre vos.

— No se que contarte. – pienso unos segundos. – Se cocinar, estudie tres años psicopedagogía y me llevo bastante bien con los nenes chiquitos.

Enzo asintió. – Supongo que sabes quién soy, ¿no?

Asentí con mi cabeza y este sonrió.

— Bien, estás contratada. – dice y se levanta. – Como bien dice en el contrato que te envié, vas a tener que vivir acá. ¿no te jode?

Dejo su ‘profesionalismo’ de lado y comenzó a hablarme con total confianza, lo cual no me molestaba ya que en argentina es algo totalmente normal y me parece muchísimo más cómodo.

— No, está bien. – respondí. – ¿Hoy empiezo?

— No, no. – Se levanta de la silla. – Si querés ahora te presento a Olivia y te cuento un poco de ella. Y mañana si querés traes tu cosas, yo dentro de una semana tengo que ir con la selección y ahí para los partidos a algunos podes venir y a otros quedarte acá, ¿ te parece?

— Si, dale. – también me levantó.

— Vení, seguime. – fuimos donde estaban sus hijos y el hizo que Olivia se siente. – Hija ella es Antonella, te va a cuidar a vos, ¿si?