seis ; invitación

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ℰ𝑛𝑧𝑜

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Hoy en el club organizaron una cena donde cada uno del equipo tendría que ir con su pareja de acompañante. No tengo con quien ir, pareja hace años que no tengo y no invito a otra persona porque no llevaría a cualquiera ahí.

Pensé en avisar al club que no asistiría, pero ya sería la tercera cena/evento al que no voy, así que opté por preguntarle a Antonella. La última opción que me queda, la pensé como primera opción pero creí que no aceptaría y busque por otros lados, y nada.

- ¿Anto? - pregunto en la puerta de su habitación.

Nadie responde. Pasé al interior de esta y nadie se encontraba adentro. Seguramente este en la habitación de Olivia, pensé. Me dirigí al cuarto de mi hija y efectivamente Antonella estaba ahí, estaba tan tranquila ordenando la cama de la menor mientras tarareaba la música que reproduce su celular.

- Acá estás. - digo entrando a la habitación. La morocha pega un salto en el lugar.

- Me asustaste, Enzo. - dijo pausando la música.

- ¿Tan feo soy? - la molesto riendo, ella se contagia de la mia.

- ¿Paso algo? - pregunta terminado de ponerle el perfume a la cama de Olivia.

- Te quería hablar de algo. - ella me mira y se sienta sobre la cama, copio su acción.

- Dime.

- A la noche tengo una cena en el club y no tengo con quien ir, porque cada uno tenemos que ir con un acompañante. - ella me mira extrañada, sin saber que decir. - ¿Querés venir conmigo?.

- ¿Olivia? ¿Con quién se quedaría? - pregunta levantándose y mirándome.

- Los chicos del club dejan a todos los nenes en una guardería - dice poniendo sus brazos como jarra. - Por favor, no tengo con quien ir.

- No tengo que ponerme, Enzo.

- Vamos a comprar ahora, después me lo devolves si querés. - le digo levantándome y tomando su mano. - Haceme un favorcito.

- No quiero que gastes plata en mí. - dice mirando nuestras manos.

- La plata no es el problema. - le digo acariciándola. - Dale, vamos.

- Después te devuelvo peso por peso. - dice mirandome. Yo le sonrió y la abrazo.

- Vamos ahora, después vamos por Olivia y la dejamos allá. - la suelto y agarro un bolsito para poner la ropa de mi hija.

Un poco más tarde, los dos nos encontramos en el shopping buscando algo para que Antonella se ponga. Entro al vestidor de una de las tiendas y se probó cada vestido que eligió, aunque ninguno parecía gustarle del todo por lo que me iba chateando.

Ella me pidió que yo siga recorriendo mientras la esperaba, así que fui a elegirle unos aros para que se ponga. Mi teléfono vibra y respondo los mensajes que tenía sin leer, también el de Antonella.

can't help falling in love ; e. fernandezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora