"¿Qué será lo que se me está olvidando?"
"Siento como si olvidará algo, pero no lo puedo recordar".
Xiao está en busca de sus recuerdos. Cada vez está más cerca de recordar todo, pero lo que no sabe es que la respuesta que siempre estuvo buscando, a...
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Aether se sentía avergonzado, sus mejillas que ahora estaban pintadas de un lindo color carmín que no lo ayudaba a disimular como él quisiera.
──Responde, ¿Cómo sabías cuál era mi habitación? ──Preguntó el Yaksha apuntó de golpear al rubio.
──No puedo decírtelo ──Respondió Aether apenado.
──No puedes, ¿O no quieres? ──Preguntó el Yaksha, elevando una ceja y burlándose del rubio.
Era obvio que el Adeptus lo había atrapado en su pequeño secreto y lo que estaba a punto de hacer era grosero. Entrar en la habitación de alguien sin su consentimiento, es invadir su espacio personal, pero solo había ingresado una vez por curiosidad, está vez solo fue para agarrar la caja.
Aether abrió ligeramente sus labios y apretó su puño del brazo derecho que estaba a un lado de su pierna, estaba a punto de contestar o evadir las preguntas del Adeptus pero fue callado por el más bajo.
──¿Sabes qué?, ya no importa, de todos modos ya no te veré nunca más, ¿Viniste por la caja?, tómala y lárgate──Dice el Yaksha entregándole la caja a la estrella de mala manera.
──Yo iré a ver a mi señor Zhongli ──
Xiao se teletransporta en el camino nevado y deja al rubio solo en la habitación con la caja en sus manos, Aether solo se quedó inmóvil en su lugar mirando la caja, estaba intentando procesar lo ocurrido.
Aether no se había puesto pensar hasta ahora, de la tan mala imagen que el Adeptus tenía de él. Inconscientemente apretó sus labios y los bajo, formando una pequeña mueca. Estaba triste.
El Adeptus ni siquiera se había dignado en saber más de él, pensó que insistiría más para saber como encontró su habitación, hasta ya tenía planeado como evadir cada unas de sus preguntas.
Es cierto, ¿Por qué Xiao tendría que preocuparse por él?, era absurdo pensó la estrella. O eso intento convencerce para desviar esos malos y penosos pensamientos.
Tenía razón, ya no lo vería nunca más.
Aether suelta una leve risa al aire, talvez se estaba burlando de su propia desgracia, suspira pesadamente y avanza unos pasos hacia adelante hasta llegar a la cama del Adeptus para sentarse cómodamente ahí. Sujeto la caja aplicando un poco de fuerza en ella con sus dos manos, sus dedos recorrieron los bordes de la fina madera de la costosa caja y terminó su pequeño recorrido en el nombre tallado del Adeptus.
Con sus hermosas y doradas pupilas, estaba apreciando la caja lenta y detalladamente como si fuera un tesoro preciado, tal vez el Adeptus lo consideré un objeto sin valor alguno pero para la estrella no era así. Está caja contiene valiosos recuerdos para la estrella, Aether le da una última mirada al nombre que estaba tallado en la madera y la comienza abrir.
