Que tan engreído tenias que ser, para pensar que tienes el poder sobretodo el mundo; eso es Choi Seungcheol el primogénito de unas de la Mafia más grande.
Chwe Hansol es persona totalmente ecpatìa, la que ha llevado a convertirse en lo que es.
$mafi...
―MALDICIÓN JOSHUA, TE DIJE QUE NO QUIERO VERTE―se quedó callado al mirar a Hansol, su mirada iba de Hansol a Joshua; de Joshua a Hansol―QUE HACE ÉL AQUÍ
―Solo seguí sus órdenes Señor
―Así que Joshua
Hansol miro al hombre que tenia al lado.
―Bueno los dejó, si me necesita para algo; me llama
―Pero...
Joshua salió de esa oficina, como si se tratara del mismo infierno.
―Qué te vas a quedar parado de ahí, todo el día
―No tenía pensado pasar el día aquí―la mirada de Hansol viajaba por toda la oficina―Linda vista
A esas alturas los edificios y las personas parecían diminutas hormigas.
―Como convenciste a Joshua, de que te trajera aquí
Seungcheol tomó lugar en su sillón de cuero negro.
―Convencer o secuestrar son dos cosas diferentes―siguió mirando cada libro de la estantería―Salí de una tienda, una furgoneta negra se paro frente a mi; y de ella salieron cuatro hombres y me subieron arrastras
―Me quieres mirar la cara de tonto
―Es como lo quieras tomar, tampoco quería ver tu maldita cara―coloco en lo alto la bolsa―Y aquí mi prueba
La mira de Seungcheol se dirigió a su otra mano, un yeso de color azul sobresalía de ella.
―¿Qué te ocurrió?
―Nada que te importe
―Entiendo
―Nosotros dos no estamos en formalidades de hacer esto, no tengo el ánimo suficiente―se acercó al escritorio, que le daba la espalda Choi―Eres CEO de este gran conglomerado, pensé que tu cabeza solo pensaba en sexo...
La cabeza de Seungcheol pensaba algo diferente, estar en el mismo cuarto con su nueva obsesión; no es bueno para el. Su imaginación iba más haya, se imaginaba a un Hansol en total sumisión; sobre su escritorio.
Sobre el sofá de cuero, con un lindo conjunto de lencería... aquello lo excitaba. Tener esos labios rojos, o mirar la profundidad de sus ojos.
―Hey te estoy hablado―paso una mano sobre su rostro―Ya me voy a ir
―Seungcheol tomó su brazo―No te quieres divertir un rato
―No gracias, dile a tu amigo que será en otra ocasión
La gran erección en su pantalón hablaba por sí sola.
―Tienes prohibido irte
―Quien eres para decírmelo
Solo unos pocos centímetros, separaban sus rostros.
―Señor la reunión―Jeongyeon se dio la vuelta―No quería interrumpir
Choi maldijo en voz baja, solo para seguir a Jeongyeon fuera de la oficina.
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―Llevas trabajando con don mal genio, siente años; como lo soportas
―Hay días en que quiero arrancarme todo el cabello
Jeongyeon le dio un trago a la cerveza, que le compartió Hansol.
―Que dice ahí
Señaló una frase, que se encontraba escrita en Tailandes.
―Recuperate me debes la cena, me lo dicen seguido
―No sabia que, compartían intereses
Seungcheol se había quitando la chaqueta, y venía de desabrochando algunos botones.
―Si quieres aprender Tailandes, me puedes decir
―Tú a la oficina
Choi señaló a Hansol.
―Fue un gusto conocerte Jeongyeon
―Igualmente
La sonrisa dejó el rostro de Jeongyeon, al mirar la cara de Seungcheol.
―Te gusta mi asistente
―Es linda, pero no es mi tipo―su celular vibro―Joder, me tengo que ir
―Porqué siempre sales corriendo
―Una persona llamada Jackson, esa es mi excusa
―En ocasiones pienso que llevas una relación con él
―No te puedo confirmar o negar eso―subió ambos hombros―Enserió me tengo que ir
―Dile a tus amigos que vengan al club, en donde los conocí por primera vez
―Para que
―Para divertirnos, no te agrada la idea
―Sabes no confío en ti, para asegurar que saldrán ilesos
―Si hubiera querido matarte, en la primera noche lo hubiera hecho―se acercó a él para tomarlo del cuello―Hazlo rápido, si no quieres que mande por ellos
―Lo haré―con su mano sana, de un tirón lo alejo―Me disculpas
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―Porqué tu amante, nos quiso ver aquí
Lisa se colocó a la par de Hansol.
―No lo sé, aún así no bajen la guardia
El pase de seguridad fue rápido, el lugar era igual que siempre lleno de personas.
―¿Dónde debemos de verlo?
Pregunto Jackson.
―Segundo piso, habitación 05
En sus oídos se podían escuchar sus corazones.
―Bienvenidos
Woozi los recibió, en su mano llevaba un vaso de wiski.
―Es un gusto conocerlos
Seungcheol se apresuró a saludarlos a cada uno de ellos.
