Capítulo 1.
Me preparé mentalmente para la lucha de cada mañana que conllevaba levantarme de mi cama, sentía mis parpados cansados por el insomnio de la noche anterior. Me levanté después de todo con la pereza en mis pies, los arrastré hasta mi armario y saqué unas prendas cómodas. Unos jeans negros con una camisa de una banda de rock enorme al mismo color, acompañado de unas perfectas Dr. Martens. Dejé el conjunto sobre mi desordenada cama y me metí seguido al baño. Me di una ducha tardada, y no era la única vez que yo tardara así en la ducha, de hecho siempre lo hacía, y tardaba hasta hora y media, después de eso mis dedos se transforman en completas pasitas, y no sólo eso, sino también mi cuerpo completo.
Bajé las escaleras para encontrarme con mi mamá preparando hot cakes, sólo el aroma hizo que mi estómago rugiera sin piedad.
-Buenas, mamá.
-Buenos días, ______.
-¿Recuerdas que te dije que necesitaba dinero para un material de la escuela? -Dije mientras me sentaba en la mesa de la cocina.
-¡Lo olvidé! -Aventó la espatula con la que estaba volteando el almuerzo.
-No te preocupes, ¿Me lo das ahora?
-No tengo efectivo, te toca ir a mi oficina en la salida.
-Está bien -me encogí de hombros sonriendo levemente.
Puso un plato con los panes de sabor dulce sobre la mesa, los miré con delirio, tomé dos y les unté mantequilla y mermelada de fresa para comenzar a comer.
-¿Leche o café?
-¿Es enserio tu pregunta? -Un pedazo de hot cakes estaba preso en mi boca, permitiéndome no hablar con claridad.
-Dos cafés saliendo -sobó mi cabeza y sonrió.
Salí de casa para comenzar una jornada bastante larga. Me subí al Beetle dos mil catorce que adoraba como regalo de cumpleaños número dieciocho, nuestro estado de economía no era alto, pero tampoco era bajo, por lo que sí alcanzaba para tener dos autos en casa. Manejé hasta el instituto para darme cuenta que los alumnos estaban entrando y que el timbre estaba sonando ya. Bajé casi a tropezones, tomé mi mochila del asiento copiloto y cerré el auto con las llaves. Corrí entrando al edificio. En el colegio existían algunas normas, cuando el timbre suena, nadie entraba más, no excepciones.
-No, no. Por favor, necesito que me dejen entrar.
-El timbre ha sonado -el maduro me miraba como si quisiera que repasara las reglas nuevamente y supiera lo dicho.
-Lo sé, pero se me ha hecho tarde -estaba forcejando contra él, tenía la puerta agarrada con mi mano y mi pie también era una fuente de ayuda para impedir que cerrara.
Sólo había cinco chicos y una chica además de mí que en culquier segundo se irían.
-No. Hágase a un lado, señorita Cassells.
-Le voy a invitar un almuerzo si me deja entrar.
-Me está sobornando.
-¡Sí! -Grité en bajo.
El muchacho, que era el conserje comenzó a debilitar su agarre a la puerta, había cedido.
-Un almuerzo completo, gracias.
-Claro que sí -solté aliviada y corrí por los pasillos, pero recordé que eso estaba prohibido así que bajé la velocidad y caminé rápido.
Llegué a la clase de matemáticas, que era la primera clase.
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Sad Eyes // Halsey
Romance¿Las bodas homosexuales son ilegales? No más. Y ese nunca ha sido el problema, el problema es la cuestión de que no sé qué pasa con mi orientación. He tenido que caminar una hora bajo la lluvia sólo para verla, porque siento la necesidad de hacerlo...