Fui directo al clóset para sacar algo debido y apropiado para Halsey; una blusa de tirantes color azul, como su cabello. Unos skinny jeans negros y unos adidas blancos con rayas negras a los costados. Dejé el conjunto sobre la cama y saqué unas bragas y un sujetador ambos a color gris. Me metí al baño para darme una ducha rápida, al salir sequé mi cabello para poder alaciarlo. Mientras eso pasaba, me maquillé, nada laboral, sólo delineador en el parpado y máscara de pestañas. Me puse algunas pulseras y un collar que tenía una nube como dije. Tomé mi bolso y guardé algunas cosas que probablemente no necesitaría, pero para prevenir las llevaba.
*
El reloj marcaba las siete con treinta de la noche, recordé que la noche anterior la había encontrado en la pizzería sólo una hora más delante de la prevista, bajé las escaleras corriendo con felicidad emanando de todo mí ser. Mi pecho subía y bajaba con desesperación, nunca creí que una chica pudiera dar tanto impacto en mi persona, pero Halsey lo hizo.
Emma nunca había renegado de la homosexualidad, pero no estaba cien por ciento segura de que me apoyara si le confesara que me siento atraída por una chica, era incómodo y triste el saber que tal vez ella no apoyaría mi decisión, y era algo que había pensado desde que Queen me besó y causó una revolución. Borré esos pensamientos, no quería pasarla pensativa mientras que la voz suave de Halsey llenaban mis oídos contándome cómo le fue, cómo pasó su día tan rápido y lo bien que le fue. Subí al auto después de tomar dinero que Emma había dejado para mí. Manejé hasta las oficinas donde se encontraba mi no cita. Al llegar aparqué enfrente y miré el edificio con desesperación, aún faltaba media hora para que Halsey saliera... ¿O no?
Estaba parada frente a un teléfono público, tenía entre sus delicadas manos su pequeño celular, sonreí ante la visualización. Toqué el claxon y ella dio un leve brinco en su lugar, reí cuando me miró negando con la cabeza, sonrió y se encaminó al auto entrando en él.
-¿Acaso quieres que me dé un ataque? -Me miró seria.
-Claro que no, creí que sería divertido.
Sólo pasaron algunos minutos y las dos nos echamos a reír.
-Sí que lo fue, hubieras visto tu cara y cómo brincaste -reí.
-Ya déjame, eres una mala persona.
-No lo soy.
Encendí el auto y manejé hasta el parque que estaba cerca, cuando llegamos aparqué en el estacionamiento y bajamos. La risa de los niños pequeños llegaba a mis oídos, la vista de ellos jugando y sus madres cuidándolos llegó a mi campo de vista.
-¿Quieres algo? -Pregunté, aunque sabía realmente que se negaría.
-Estoy bien, gracias.
-Un hot dog -le codeé el estómago.
-Acabamos de llegar -soltó riendo.
-Cierto, pero no tiene importancia.
-Mejor vamos a columpiarnos -caminó y tomó mi mano.
Sentí como mi cuerpo reaccionaba ante su toque, algo único. Quería desvanecer en el piso, era un toque delicado que me hizo suspirar, lo único que hacía era mirar nuestras manos entrelazadas mientras me guiaba a los columpios, quería guardar el momento en mi memoria para siempre. Mi corazón estaba latiendo rápido, más que otras veces.
Al estar al pie de los juegos me soltó y sentí un grande hueco en el pecho. Se subió sin temer que su falda se fuera a subir un poco más arriba, se veía feliz, sus ojos se veían felices por primera vez desde que la conocí.
-Tal pareciera que nunca te has subido a uno -dije y me subí a lado de ella.
-Claro que lo he hecho, me encanta hacerlo y siempre que veo uno me subo.
-Eres tan infantil -le dije sin intención de ofender.
-Probablemente, me gusta disfrutar cada pedazo de cielo que Dios me da.
-¿Crees en Dios?
-¿Por qué tú no? -Me mira mientras va tomando vuelo.
-Claro que sí.
-Sí creo, sólo en él, no creo en la religión.
-Oh.
La chica de cabello azul cada día me sorprendía más.
-A que te gano en vuelo y me aviento al piso.
-Halsey... ¿Es enserio? Te va a doler.
-No me interesa, el dolor se quita y la cicatriz es para siempre.
-¿Con eso te refieres a...?
-A que la cicatriz es la facha de algo divertido.
-No siempre.
-Yo trato de que siempre lo sea -sonríe.
-Eres increíble, acepto.
Nos detuvimos, nos levantamos con el asiento del columpio en nuestros traseros y nos sentamos dejándonos llevar, con los pies agarrábamos más vuelo, sentía que iba terminar mal y probablemente en el hospital.
-Llegaré más lejos que tú -gritó encima de su hombro.
-Siempre te gano, recuerda.
-1... -comenzó a contar.
-2... -le seguí.
-¡3! -Gritamos al mismo tiempo y salimos volando del columpio. Joder, eso había dolido.
Al darme cuenta de la gente que nos miraba extraño, comencé a reír. Sentía una leve presión en mi abdomen, alcé la cabeza para darme cuenta que Halsey estaba sobre tal riendo, había perdido un zapato y sus rodillas sangraban ligeramente al igual que sus codos. Y como era de esperarse, gané.
-Eso fue tan doloroso -dijo sin dejar de reír.
-Lo sé -concordé.
Nos levantamos del suelo y Halsey corrió por su zapato, lo cual me causó absoluta ternura sin razón.
-Halsey estás sangrando -la risa simplemente no se iba.
-Sí bueno, eso pasa cuando te lastimas -fuimos calmando la situación.
La miré mientras se colocaba su zapato de piso negro, su cabello cayó hacia enfrente mientras se inclinaba para limpiarse las rodillas con las palmas de sus manos, sonreí.
-Gané -le dije y me miró.
-Creí que no lo habías notado.
-Ya ves que no es así.
-Tengo que ganarte en algo algún día, ____.
Pronunció mi nombre, se veía tan dulce como su lengua chocaba con sus labios al pronunciarlo, sentí mi mundo derrapar contra el suelo, fue la mejor sensación que alguna vez había experimentado.-----
Enserio amo a Ash, ¿Por qué no la puedo conocer y ser su novia?
okya, bai ♡
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Sad Eyes // Halsey
Romance¿Las bodas homosexuales son ilegales? No más. Y ese nunca ha sido el problema, el problema es la cuestión de que no sé qué pasa con mi orientación. He tenido que caminar una hora bajo la lluvia sólo para verla, porque siento la necesidad de hacerlo...