10 // Uñas azules.

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Tapé mi rostro con mis manos y suspiré frustrada, recargué mi frente en el volante duro. Me hice nuevamente para atrás y casi pegué un grito al cielo cuando la vi afuera del auto esperando por algo. Bajé la ventanilla y recriminé.


-¡Ashley! Me has asustado.


-¿Qué haces aún aquí? -Bufó riendo.


-No lo sé, supongo que no podía irme.


-¿Por qué?


-Hay una línea entre querer, poder, deber y hacer. Yo siempre estoy en esas líneas. Debo irme, pero no quiero y no puedo.


-¿Hay algo que te incomoda?


Abrió la puerta y se adentró cerrándola inmediatamente estuvo adentro.


-No, no... No.


-Te quedaste aquí por algo, quiero... necesito que me digas por qué.


Me quedé algunos segundos que realmente fueron minutos en silencio, miraba por el parabrisas hacia la nada y Halsey no me preguntaba nada, sólo esperaba a que yo hablara.


-No es nada, hablo en serio -la miré, su boca estaba ligeramente abierta y parecía querer decir algo.


-Sólo decidiste quedarte afuera de mi casa, claro... porque eso es tan normal.


Rió leve y se dejó caer en el asiento.


-La rareza es la clave para todo.


-¿No lo es? ¿Qué tal que si un día tienes que ser de lo más formal para que en tu trabajo te tomen en cuenta? La rareza no está incluida ahí.


-Es bueno ser raro alguna vez.


-¿Te parezco que soy rara?


-No todo el tiempo.


-¿A qué te refieres con eso? ¿Me llamaste rara?


-Admite que eso querías.


-Probablemente.


Se acomodó el cabello detrás de su oreja y aprecié que no llevaba un arete.


-Hal, te falta un arete -sonreí.


Ella suelta una pequeña carcajada que acaricia mis oídos.


-Yo no uso aretes.


-¿Por qué no?


-No me gustan, llegué a tener la perforación por varios meses, pero no era lo mío, además olvidaba ponérmelos -se encogió ligeramente de hombros.


-Da igual, te ves muy bien así -asentí dándole la razón por completo.


-Pues gracias -se quedó mirando mis manos y después habló-, ¿Te podría pintar las uñas?


Fruncí el ceño mientras veía mis uñas hechas un desastre.


-Claro que puedes.


-No tardo -se bajó rápidamente del coche y corrió a la puerta de su casa para entrar y salir más rápido que una bala.


Llegó nuevamente y traía una pequeña bolsa color rosa pastel, al moverla se escuchaba la cantidad de esmaltes que traía adentro.


-Te las voy a pintar azul y algunos brillitos por arriba.


Se veía entusiasmada así como una pequeña niña cuando su madre por fin había cedido a comprarle el juguete que tanto quería.


-Está bien. ¿Te gusta mucho ese color, huh?

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⏰ Última actualización: Sep 25, 2015 ⏰

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