011. La Decisión

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—17 años

—Blair, despierta —abrí los ojos con lentitud, como si la poca la luz que había en mi habitación me hiciera daño.

Serena estaba a mi lado apartando algunos mechones de cabello de mi rostro, se veía preocupada.

Recordé la emoción con la que me despertó ayer y de inmediato sentí una punzada en mi pecho.

Ahora estaba comprometida.

Aún no me colocaba el anillo de compromiso, pero podía sentir un peso de más en el dedo en el que estaría.

Me senté y le dediqué una mirada tranquilizadora a Serena, ella no debía saber sobre esto, tenía que creer que me casaría con Taylor por amor.

—¿Qué pasa, enana? —le pregunté sonriendo.
Esto me estaba destrozando.

—Son las dos de la tarde... —me dijo, mordiéndose el labio.

Había olvidado que hoy saldría con los demás al parque de diversiones.

Me puse de pie y me di cuenta de que Serena ya estaba vestida.

Me dejó a solas para que pudiera cambiarme, aunque su presencia no me molestaba ni me avergonzaba.

Cuando acabé de abrocharme el último botón de mi abrigo, miré con odio la cajita donde dormía el anillo. Estaba sobre mi escritorio y parecía estar iluminado por el cielo.

La abrí y sin pensarlo dos veces para no arrepentirme, me coloqué el anillo.

Lo contemplé unos minutos hasta que Serena tocó la puerta para avisarme que mis amigos me esperaban abajo listos para irse.

Mis amigos. ¿Cómo reaccionarán ante la noticia? ¿Qué pensarían de Taylor si conocieran la verdad? Comencé a sentir lástima de mí misma, me había rendido ante el matrimonio incluso antes de luchar. ¿Tan débil me consideraba Taylor? Una nueva oleada de ira me arrancó un gruñido de la garganta.

No. No le haría las cosas tan fáciles.

Si quería casarse conmigo no opondría resistencia, pero no por eso me convertiría en la esposa perfecta.

—Ya voy —le grité a Serena.

Me arreglé lo más que pude y peiné mi cabello hasta que quedó completamente liso. Era desagradable ver mi reflejo en el espejo y no reconocerme, pero si Taylor deseaba guerra, eso obtendría.

—¡Ya estoy aquí! -exclamé con falsa alegría cuando bajé las escaleras. Olivia y Megan me abrazaron al mismo tiempo para saludarme y me regañaron por quedarme dormida.

—Eres una holgazana —me dijo Olivia. Las tres reímos y entonces, los vi.

Salían de la cocina, cada uno con un trozo del pastel de cumpleaños de anoche en las manos.
Selena tenía la mitad del rostro cubierto de chocolate e intentaba manchar a Justin, quien se alejaba lo más que podía de las manos sucias de
Selena.

—¡Blair! -gritó Selena en cuanto me vio y corrió a darme un gran abrazo.

Esta vez la felicidad fue verdadera, Selena y Justin dos personas muy especiales que consideraba cómo mis mejores amigos estaban a mi lado en ese momento y eso era justo lo que necesitaba para reunir la fuerza para enfrentarme a Taylor.

—Mira qué bonita estás, seguro a que ya tienes novia -dijo Selena.

—No la acoses tanto —me defendió Justin.

Me abrazó de la cintura y me dedicó una ancha sonrisa que me calmó, al menos mis amigos me apoyaban.

Noté la mirada de Megan sobre nosotros e intenté despegarme de Justin, yo sabía que a mi prima le gustaba y no quería problemas con ella también.

Marry me | Taylor SwiftDonde viven las historias. Descúbrelo ahora