Marry me | Taylor Swift

010. "Si o Si"

-17 años

Me encerré en mi cuarto y no salí de allí hasta que Andrea tocó mi puerta para decirme que la abuela había llegado.

Demoré en bajar porque cepillé mi cabello, la abuela siempre me decía que parecía un nido de pájaros.

Abajo todos conversaban alrededor de la chimenea, habíamos dejado las luces de navidad puestas e iluminaban la estancia de modo que se viera mágica.

Ignoré olímpicamente a Taylor y me senté al lado de la abuela. Le di un abrazo enorme y me comí las galletas que me trajo. A la hora de almuerzo llegó Sofía, venía con una maleta ya que se quedaría todo el fin de semana, Andrea no paraba de sonreír y de abrazarla.

El día transcurrió tranquilo desde que los compañeros de Taylor se marcharon.

Por la tarde aparecieron los abuelos de Taylor y con eso las visitas estaban completas, sólo faltaba la cena que tenían preparada para la noche y al fin acabaría la tregua.

Las ganas que tenía de gritarle a Taylor eran incontrolables.

Fui lo más educada posible con todos, evitando dirigirle la palabra a Taylor.

La abuela se dio cuenta y me preguntó el por qué estaba así.

—Porque es una idiota —le contesté.

—No deberían estar enojadas, en especial hoy
—quise decirle el verdadero motivo de mi enojo a la abuela, pero si se lo revelaba seguro le daba un infarto.

—Ella se disculpará, tenlo por hecho. No resiste más de dos horas sin escuchar tu voz. —Quise saber que tan cursi sonaba eso, pero era verdad.
Taylor siempre se disculpaba antes de que yo lo hiciera.

—Está bien, ahí veré si la perdono -sin embargo, no lo hizo. Nos llamaron para cenar y ojos bonitos no me había hablado, ni siquiera me miró o se acercó.

Como cuando éramos niñas y nos ignorábamos.
Pero si ella creía que caería en su trampa, estaba equivocada. Conocía su plan, hacerme sentir tan culpable que yo correría hasta sus brazos para pedirle perdón, lo que ella no sabía era que yo no me humillaría.

Mamá nos había comprado unos vestidos para la cena, considerando que hacía un frío de los mil demonios, no me pareció apropiado.

Más tuve que usarlo o de lo contrario me dejarían sin cenar. Era un vestido violeta, con un tul gigante y esponjoso y un leve escote en la espalda.

Era la réplica exacta del vestido que usé la primera vez que vi a Taylor, nada raro si me pongo a pensar que mamá quiere tanto o incluso más a Taylor que a mí.

Lo más probable es que quiera recordar esa noche en que llegaron a nuestras vidas.

La mesa del comedor estaba esplendida, un pastel de chocolate con crema de tres pisos decoraba el centro de ésta, había platos con pollo asado, papas doradas, langosta hervida, pato a la naranja y caldo de crema de verduras.

Cuando entré al comedor mis sospechas se hicieron ciertas, Jessica y Serena estaban vestidas igual que yo, aunque sus vestidos eran menos llamativos que el mío.

-Blair, cariño, te ves preciosa —exclamó la abuela cuando me vio.

Los abuelos de Taylor me dijeron algo similar, no hice ningún comentario al respecto, odiaba este vestido tanto como la conversación que tuvimos Taylor y yo en el desayuno.

Cuando estábamos por sentarnos, Taylor bajó.

Quedé sin aliento al verla, traía un vestido negro un poco arriba de la rodilla que se acentuaba en todas sus curvas. Parecía tonta mirandola.