El entrenamiento en esa ocasión había sobrepasado sus límites establecidos, todo su cuerpo le dolía en gran manera y las heridas sobre el no eran tratadas de buena forma, ni siquiera eran tratadas. Sólo se mantenía ahí tras los barrotes de metal, posado sobre el manchado suelo carmesí, había fallado aquel hechizo y su profesor lo había arrojado sin más a aquel sucio sitio.
Las cortadas ardían cómo fuertes llamas en su sucia piel, el dolor en sus huesos era muy insoportable e infernal pero aunque moría de agonía, no se permitiría llorar otra vez, durante aquel entrenamiento cometió el grave error de soltar saladas lágrimas al recibir un profundo golpe bajo, lo que hizo enfurecer más a su clan.
"No queremos a niños llorones, no queremos ni necesitamos a débiles."
Tres días y seguía en aquella prisión, sin comida o bebida, su cuerpo dañado y sucio sin ser revisado, ni una sola visita quién llegará a calmar su tristeza, hundido en las penumbras de la soledad. Sentía que rompería a llorar.
── ¿Satoru? ── un susurro de esperanza, un llamado entre las tinieblas, se levantaba la luz frente a él
── ¿Qué haces aquí? Vete, no te quiero ver. ── ver la preocupación de alguien más que no quería ver le era doloroso, deseaba en lo profundo de su corazón que su madre hubiera llegado a visitarlo
── Ven, déjame ver cómo te dejaron. ── el frágil cuidado en aquel tacto, las suave manos recorriendo su adolorido cuerpo y verificando las heridas hacían difícil de él el evitar el llanto
── No me toques.
── Vamos, e estado esperando tanto tiempo para verte, no seas grosero.
── ¡Mentiroso, vete de aquí!
── Satoru, tú familia me impidió el acceso a ti, tuve que escarbar durante dos días para entrar aquí. Me enteré sobre tu estadía en el calabozo, no te preocupes, traje mucha comida y medicina.
── Te van a castigar, vete de aquí. Déjame solo.
── Oh, ¿el pequeño Satoru se preocupa por mi? Que afortunado soy.
── Cállate y déjame solo.
── Si claro, extiende tus brazos.
No comprende cuál es su esmero por acercarse a él, no entiende por qué ese trato especial o ese cuidado que siempre tiene sobre él, su amigo siempre cuida y vela en gran manera por su salud y bienestar, siempre está ahí cuándo más lo necesita. ¿Por qué su amada familia no puede ser así también?
¿Fue tan malo para merecer esto? Ya no quiere jugar, está cansado de esa prueba.
Podía sentir su cuerpo torcerse entre aquellos brazos, el alcohol sobre sus heridas ardían cuál fuego sobre sal, el suave algodón pasando por sobre cada una para limpiar toda posible infección hacia de él cuestionarse sobre esa atención, a nadie le importa el cómo o dónde esté pero a ese chico si que le importaba en gran manera.
¿Por qué?
Un par de baldes con agua fueron colocados frente a él, acompañados de jabón y shampoo con el cuál asear de su cuerpo. La afirmación de la otra voz fue lo suficientemente clara para convencerlo, levantando del sucio suelo su agotado y entumecido cuerpo siendo de gran ayuda el sostén de su amigo, con una inmensa caja habían podido formar una bañera improvisada. Sin vergüenza y con mucha prisa despojó las prendas sobre él.
Las manos de su amigo enjuaga su cabello, limpia su cuerpo con cariño y paciencia, todo con gran delicadeza. Sus brazos reposando en los extremos de la caja dejándose asear debido a su sueño, no tenía las fuerzas suficientes para sostenerse por sí solo.
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ⁱᵐ ᵈⁱᵉˢᵉᵐ ⸙ ᴡɪɴᴛᴇʀ 「sᴀᴛᴏʀᴜ ɢᴏᴊᴏ」
Ficção Adolescente¿Qué pasaría si tu vida depende de un hilo? ¿Cómo actuaras si todos los demás te consideran algo que no eres? Desde el vientre de su madre, se soñó con él siendo un grandioso y exitoso Alfa, todos dependían de ese anhelo, más solo quedo en eso... en...