Bitácora número 6; la cuenta de días terrestres desde el último encuentro con el ente apodado "starstorm" es de... 35 días. Por las distancias recorridas en nuestros últimos viajes, desconocemos totalmente cuánto tiempo hemos estado fuera de casa.
Me temo que, es demasiado tiempo después en el sistema solar.
A este punto, nuestras opciones son reducidas.
Desdeo ocurrido en el planeta que hemos apodado como "sepulchre", no nos hemos arriesgado a entrar en la atmósfera de cada planeta que vemos sin antes analizar un poco la situación y el ambiente del sistema planetario en el que se encuentran.
Hemos descartado más de los que hemos decidido explorar; uno de ellos captó nuestra atención. Era capaz de albergar vida a base de carbono, y aunque su atmósfera no era tan rica en oxígeno, podía ser habitable y respirable con ciertos filtros sobrepuestos.
La vida en su mayoría eran microorganismos bacterianos y organismos fúngicos sorprendentemente más avanzados que en la tierra, siendo capaz de comunicarse de alguna manera más eficaz a través de su micelio, y pudiendo migrar de zonas que ya no les favorecían.
Vimos lo más que pudimos, solo estuvimos poco tiempo para analizarlo, pero, tenemos datos de un posible planeta al cual volver a visitar en un futuro. Hemos anotado coordenadas y métodos de viaje para futuras misiones.
No sabemos cuanto tiempo estaremos aquí, en la inmensidad del cosmos.
En estos casos, cuando la incertidumbre nos acecha, un suceso del pasado poco esperanzador irónicamente nos da esperanza;
¿Y si fuéramos capaces de encontrar a Laika? O que ella nos encontrase...Con los días pasando, a pesar del alimento escaso, nuestros cuerpos no presentan deterioro, ni por la ausencia de gravedad, o por los cambios de esta misma al entrar a planetas distintos. Sin embargo, aquel contacto con "starstorm" ha traído secuelas notorias.
Constantemente revisamos nuestros parámetros biométricos en busca de algo ajeno a nuestra constitución, pero no hay nada más allá que los niveles de energía desconocida que se detectan. Nuestros rostros se han agrietado a la altura de los ojos, frente y nariz; forman una estrella de cuatro puntas alargada hacia los lados y con una luz tenue que con los días comienza a resplandecer más.
Después de todo lo vivido en este tiempo, comenzamos a aceptar el don, o maldición inclusive, que nos brindó aquél ente desconocido.
end_of_transmission
-Te has desahogado esta vez, ¿eh? -Lumi soltó una risilla (de burlón pendejo) burlesca mientras dejaba una taza de café más grande de lo habitual en el escritorio de Brawnie-. Pocas veces te he visto tan... Para nada estoico, sabes a qué me refiero.
-Es fútil seguir aparentando algo que no soy. Luminous, es cansado ser alguien que no soy. Así que, aquí me tienes, puedes chantajearme con algo ahora, hacerles ver a los demás que soy un llorón y eso.
Ambos se quedaron pensativos; "los demás".
El ursino aún tenía esperanza de volver a ver a sus otros dos compañeros posiblemente perdidos en el cosmos.
Lumi aún conservaba las placas de ambos que siempre llevaba con él; las tenía colgadas en la muñeca derecha, un tiburón y un gato pequeños, que hacían alusión a ellos.-En fin, toma tu café, tenemos que seguir viendo que rumbo tomaremos ahora. Si mal no estamos, nos encontramos a setenta mil años luz de la Tierra.
-Que esperanzador, Lumi.
-Te encontraremos, Laika -levantó la voz; si bien le causaba también cierta melancolía, precisamente en ese momento se estaba burlando de Brawnie-.
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Adrifted Shimmering Outcasts
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