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Jungwon te había invitado solo para pasar su tiempo estudiando mientras tú te sentabas en su cama, mirándolo. Después de aburrirte, se te ocurrió el plan perfecto para distraerlo y funcionó, pero no como esperabas.
Empezaste a preguntarte por qué tu novio te invitó a su dormitorio si todo lo que iba a hacer era concentrarse en sus estudios. Tal vez fue porque sólo quería tu compañía, pero no estabas segura. Sin embargo, lo que sí sabías era que te estabas aburriendo y necesitando, ya que te habían privado del contacto de tu novio durante toda la semana debido a los exámenes finales.
Justo cuando pensabas que finalmente conseguirías el toque, el beso y la polla de tu novio. Fue retirado de tu alcance una vez más. "Wonnie…" te quejaste una vez más, colocando tus brazos sobre sus hombros, con la cara enterrada en su cuello. "¿Cuándo vas a terminar? Estoy aburrida". Jungwon suspiró, dejando caer el bolígrafo que tenía entre sus dedos para agarrar tus manos errantes.
Cerró los ojos, tratando de mantener la calma. En el lapso de sólo dos horas, lo distrajiste innumerables veces.
"Muñeca, te dije que sería toda tuyo tan pronto como terminara". Habló con un algo de molestia en su tono.
Haciendo pucheros, sacaste la cara de su cuello y apoyaste la barbilla en su hombro. "Pero has estado estudiando durante las últimas dos horas. ¿No puedes tomar un descanso?" refunfuñaste, tus dedos jugaron con la tela de su camisa. Jungwon inhaló profundamente, alejando tus manos de su cuerpo y empujándote hacia atrás un poco. Sus acciones hicieron que lo fulminaras con la mirada y comenzaste a enojarte. "Este examen es importante, No puedo perder el tiempo holgazaneando". Ni siquiera te miró mientras tomaba su bolígrafo y regresaba al libro de texto que tenía delante.
Mordiéndote la lengua, regresaste a la cama y te dejaste caer con un resoplido. Mirando al techo, pensaste en lo que podías hacer. Volver a casa siempre fue una opción, pero parecía la salida más fácil. No, querías llamar la atención de tu novio sin importar cómo lo hicieras. Al girar la cabeza, tus ojos se posaron en la figura encorvada de tu novio. El bolígrafo colgaba de sus labios mientras leía algo y parecía perdido en sus pensamientos. Luego, tus ojos se dirigieron hacia su muslo que rebotaba, el movimiento te trajo recuerdos de cuando te hacía montar su muslo. Las imágenes te hacen apretar los muslos y mojarte las bragas. Luego, tus ojos se dirigen a la ligera tienda de campaña con sus pantalones deportivos y se te hace la agua a la boca al verlo. En ese momento, una idea surge en tu mente, lo que te hace sentarte y una sonrisa tira de la comisura de tus labios.
Levantándote de la cama, lentamente te diriges hacia el escritorio de Jungwon, tratando de no llamar su atención.Cayendo de rodillas, te arrastraste debajo del escritorio, asegurándote de no tocarlo todavía. Tirando de tu labio inferior entre tus dientes, te mueves entre sus piernas abiertas, con las manos cayendo sobre sus muslos. Jungwon dejó escapar un grito ahogado y su cuerpo se sacudió ante tu toque. "¿Qué estás haciendo, nena?" su voz era tensa. Sus ojos se posaron en ti mientras empujaba ligeramente su silla hacia atrás. Solo le diste una sonrisa inocente, "No te preocupes por mí; vuelve a estudiar ya que es muy importante".
