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El año pasado fue una dolorosa montaña rusa de emociones, cada punto alto que tuviste fue seguido por un punto bajo devastador. Recordaste las incontables noches que esperaste a Sunghoon, viendo el reloj marcar las horas mientras él se quedaba fuera hasta tarde, te habías acostumbrado tanto al sonido. El aroma de su colonia persistiendo en su ropa cuando finalmente llegó a casa, en la forma en que se desabrochó la corbata, la forma en que evitó tu mirada cuando le preguntaste dónde había estado.
Tus acusaciones de que él te había sido infiel fueron recibidas con negaciones inmediatas, sus palabras cortaron profundamente incluso cuando trató de asegurarte que eras su único amor. "Nunca te engañaría, t/n", decía tirando en sus brazos. "eres mi todo." diría con esa mirada en sus ojos, con amor y un conflicto que está luchando en lo más profundo de sí mismo. Y le creíste, por supuesto que lo harías. Es el mismo chico que te cortejó durante seis meses en la universidad porque estaba profundamente enamorado de ti, el mismo hombre que te llevó a Hawai y te hizo la propuesta más mágica jamás hecha.
intentaste aferrarte al amor y la confianza que alguna vez fueron tan fuertes, tan inquebrantables. pero cada fecha olvidada, cada promesa incumplida minó tu confianza, dejándote sintiéndote vacía y sola.
Hoy, en la mañana de tu aniversario, te despertaste con una sensación de algo diferente, esperanza para ti y para Sunghoon. Este sería el día en que le recordarías a Sunghoon el amor que todavía tenías por él, y que siempre lo tendrás. el amor que los había unido en primer lugar.
Pasaste horas en la cocina, preparando sus platos favoritos, y tus manos se movían con facilidad mientras cocinabas. el olor de su guiso de kimchi favorito y del kimbap recién hecho llenaba el aire, la misma comida de la que dijo que nunca se cansaría.
Los aromas se mezclaban con la esperanza de que tal vez, sólo tal vez, este fuera el gesto que reavivara el amor de Sunghoon por Tú, extrañaste sus caricias, sus besos, el brillo en sus ojos, todavía lo tiene, pero hoy en día todo lo que realmente puede hacer es mirar hacia abajo.
Mientras envolvías un lazo rojo alrededor de la lonchera, sonreías, perfecto. Condujiste hasta su oficina, cada milla era un recordatorio de la distancia que había crecido entre ustedes. Mientras caminabas por el vestíbulo, tu corazón latía con una mezcla de anticipación, miedo y anhelo.
El viaje en ascensor pareció durar una eternidad, los segundos se alargaban mientras ensayabas lo que dirías, cómo lo saludarías, cómo lo besarías. Pero nada en el mundo podría haberte preparado para la vista que te encontró cuando abriste. la puerta de su oficina.
Sunghoon, tu marido, el hombre al que habías prometido amar y apreciar, para bien o para mal, estaba abrazado a su secretaria, sus labios se movían juntos en un beso demasiado apasionado, demasiado real. la caja se deslizó de tus manos, el sonido del vidrio rompiéndose, algunos pedazos perforando tus piernas apenas se registraron mientras permanecías congelado en el lugar.
