La Ruptura

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Mucha gente aprende a vivir en un mundo regido por la precisión y el sacrificio desde una edad temprana. Pero katsuki se le impuso desde que nació para eso, lo único que sabe de su nacimiento fue que era el peor día de la vida de sus padre, nunca desearon tener un hijo pero la ambición de heredar todo lo de su abuela hizo que lo crearán sin amor... su propósito era ser el niño ideal, obediente y ejemplar.

A los 6 años, su vida había tomado un giro que parecía desafiar los límites de cualquier niño promedio. La llegada de Yumi, que ahora tenía cinco años, había añadido una gran responsabilidad; ponirndo en desfio su habilidad para manejar el tiempo fue utilizada para equilibrar sus deberes escolares, el cuidado de Yumi y la casa. Sin quererse matar

La mañana

El despertador de Katsuki sonaba a las 5:00 a.m., marcando el inicio de otro día lleno de obligaciones. En la penumbra de su habitación, Katsuki se levantaba con agilidad, sabiendo que cada minuto contaba. Fue corriendo a la casa de su abuela para comenzar el día.

Fue directamente a ver cómo estaba Yumi, que ahora era una pequeña de cinco años, y aún dormía plácidamente en su habitación. Katsuki se movía con cuidado, consciente de que cualquier ruido podría despertarla prematuramente.

En la cocina, Katsuki preparaba un desayuno nutritivo para Yumi. La rutina matutina incluía preparar cereales, cortar frutas y preparar una botella de leche, cada mañana, Katsuki se aseguraba de que el desayuno fuera equilibrado, sabiendo que una alimentación adecuada era crucial para el desarrollo de Yumi, aunque estaba agotado, se esforzaba

A las 6:30 a.m., Katsuki ayudaba a Yumi a vestirse, ella, con sus pequeños atuendos coloridos, a veces resistía el proceso, pero Katsuki había aprendido a ser paciente. Mientras la vestía, le hablaba de manera tranquilizadora y le explicaba la importancia de prepararse para el día. Yumi, aunque aún no entendía completamente la magnitud de las responsabilidades de Katsuki, respondía con sonrisas y preguntas curiosas.

Después de vestir a Yumi, Katsuki revisaba su propia mochila escolar, los libros, los cuadernos y el equipo estaban organizados con meticulosidad. Aunque a menudo tenía que hacer malabares entre las tareas escolares y el cuidado de Yumi, Katsuki se aseguraba de que todo estuviera en orden antes de salir de casa.

El almuerzo era una de las partes más desafiantes de su día, Katsuki aprovechaba el tiempo de distracción del guardia de U.A. para escaparse, con el propósito de hacer una rápida visita a la escuela de Yumi y asegurarse de que la niña estuviera bien cuidada. Cada segundo contaba, y Katsuki a menudo corría desde la escuela hasta la escuela de Yumi, la distancia no era larga, la prisa y el estrés acumulado hacían que el trayecto fuera agotador.

Katsuki siempre se aseguraba de que Yumi tuviera una comida nutritiva, y que la niñera estuvieran al tanto de cualquier necesidad especial. La comunicación constante era fundamental para mantener un cuidado adecuado, Katsuki le daba instrucciones detalladas y verificaba que todo estuviera en orden antes de regresar a la escuela.

La carga de responsabilidades estaba comenzando a afectar a Katsuki, la falta de sueño y el estrés constante se manifestaban en su apariencia y estado de ánimo. A menudo, sus compañeros de clase notaban que estaba más irritable y menos concentrado, aunque Katsuki intentaba mantener una fachada de normalidad, el peso de la responsabilidad le estaba pasando factura.

Katsuki se esforzaba por ocultar sus problemas de salud pero era evidente que estaba agotado. Los profesores, preocupados por su bienestar, a veces lo vigilaban de cerca durante las clases. Sin embargo, Katsuki se negaba a admitir que necesitaba ayuda, su orgullo y determinación le impedían mostrar debilidad.

A medida que el día avanzaba, Katsuki se preparaba para el regreso a la casa de su abuela , la rutina de la tarde incluía ir a ver a Yumi y asegurarse de que todo estuviera bien antes de cuidarla hasta que se hiciera de noche, para luego irse a su casa muy tarde.

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