[...]
siempre había pensado que las despedidas eran lo peor, no importaba cuantas veces lo repitiera en mi cabeza, el pesó de esa palabra parecía volverse más denso con cada segundo que pasaba. Chiara y Ludovica estaban ahí, frente a mí con sus rostros llenos de lágrimas y sonrisas forzadas, tratando de mostrar fortaleza. Me aferraba a ellas como si, de alguna manera, al tenerlas cerca, pudiera retrasar lo inevitable.
Prométeme que me escribirás todos los días- dijo Chiara, su voz ligeramente temblando me rompía el corazón. su cabello rubio se enredaba con el mío mientras se recargaba en mi hombro. sé que ella quería parecer fuerte, pero estaba igual de devastada que yo.
Te escribiré siempre, te lo prometo- murmure mientras mis ojos se nublaban.
Ludovica, quien siempre había sido la más reservada de las tres, se mantenía firme a un lado. Me miraba, mordiéndose el labio inferior, tratando de contener las lágrimas que finalmente comenzaron a resbalar por sus mejillas- No puedo creer que te vayas tan lejos, esto no se siente real- dijo ludo, a lo que la abrace y lloramos las tres
la verdad tampoco lo sentía verdad para mí. Aún estaba procesado todo: el cambio repentino, la decisión de mi padre, y la rapidez con la que nuestra vida en Florencia se había desmoronado con la muerte de mi mama. ahora, con nuestras cosas empacadas y nuestros billetes en mano, no había vuelta atrás.
Forks nos es el fin del mundo- trate de bromear, pero mi voz me traiciono la desesperación que sentía por dentro. -volveré a visitarlas, y ustedes vendrán a verme, lo prometo.
Nos abrazamos una última vez antes de que mi padre me llamara desde el taxi que nos estaba esperando. el aeropuerto no estaba tan lejos, pero esa última caminata al coche se sintió eterna. Una vez dentro, me giré a ver como ludo y Chiara se quedaban ahí, en la acera, con sus manos agitándose ene le aire, hasta que finalmente las perdí de vista entre las calles.
El vuelo a Forks fue largo y silencioso. mi padre, sentado a mi lado, repasaba algunos papeles de su trabajo, absorto en sus pensamientos. Aun no entendía bien por qué habíamos terminado en un lugar tan lejano y diferente a todo lo que conocíamos. Según el, Forks era "perfecto para empezar de nuevo" Pero yo no lo veía así, aunque estoy dispuesta a darle una oportunidad.
Llegamos a Forks bajo una lluvia persistente que parecía definir el lugar. Mi padre manejó hasta nuestra nueva casa, una pequeña construcción de madera rodeada de árboles altos y verdes, casi ocultos por la niebla que cubría el horizonte. Forks me daba la impresión de estar envuelta en un misterio permanente.
¿Qué te parece? - preguntó mi padre mientras estacionaba el coche frente a la casa. La verdad, no sabía qué decir. Todo se sentía tan diferente. Donde antes había luz, ahora había sombras. Donde antes estaba la familiaridad, ahora solo había incertidumbre.
Es... bonito- mentí, tratando de mostrar algo de entusiasmo, aunque por dentro solo quería volver a casa, a la verdadera casa. Pasamos el resto de ese primer día desempacando cajas. La casa amplia y acogedora. Mi cuarto estaba en la planta superior, con una pequeña ventana que daba al bosque que rodeaba el vecindario. Mientras acomodaba mis cosas, las fotos de mis amigas y los recuerdos de mi vida en Italia se sintieron como pequeños fragmentos de un sueño lejano. Cuando por fin terminé de organizar todo, el cansancio comenzó a pesarme. Mi padre había salido al hospital local para conocer a sus nuevos colegas, y yo decidí dar un paseo por el bosque cercano.
El aire estaba frío, y una ligera bruma envolvía todo a mi alrededor. Caminé sin rumbo fijo, siguiendo un sendero que desaparecía entre los árboles. El silencio era abrumador, roto solo por el ocasional crujido de las hojas bajo mis pies. Había algo extrañamente pacífico en ese lugar, aunque no podía evitar sentirme sola. Todo era tan distinto de las bulliciosas calles de Florencia. La neblina que se cernía sobre Forks le daba un aire de misterio que, por momentos, me hacía sentir que había cruzado a otra realidad. Después de un rato, el frío comenzó a calarme hasta los huesos, y decidí regresar a casa.
Esa noche, el cansancio se apoderó de mí tan pronto como mi cabeza tocó la almohada. No había pasado ni un día en Forks, y ya sentía como si hubiera pasado una eternidad desde que me despedí de mis amigas. Dormí profundamente, mis sueños llenos de recuerdos de Italia y sombras que se deslizaban por los árboles del bosque.
--- Al día siguiente, mi despertador sonó a las seis de la mañana. No había querido levantarme tan temprano, pero hoy era mi primer día en la secundaria de Forks, y no podía permitirme llegar tarde. Me vestí rápidamente, eligiendo algo sencillo: unos vaqueros y una camiseta junto con una chaqueta. No tenía muchas ganas de impresionar a nadie; solo quería pasar desapercibida y sobrevivir al día.
¿Estás lista para tu primer día? - preguntó mi padre mientras desayunábamos juntos.
Tan lista como puedo estar- respondí, no fingiendo una sonrisa, pero algo nerviosa. El camino hacia la escuela fue silencioso. Las carreteras eran angostas y serpenteaban entre los densos bosques. Cuando finalmente llegamos, el edificio de la secundaria de Forks se erguía ante mí, pequeño en comparación con lo que estaba acostumbrada. Tomé una respiración profunda antes de salir del coche. Dentro, los pasillos estaban llenos de rostros desconocidos. Las miradas curiosas me siguieron mientras caminaba hacia la oficina de administración, donde me entregaron mi horario y un mapa de la escuela.
Es pequeña, pero puede ser un poco confusa al principio- me dijo la secretaria con una sonrisa amable. Pasé el resto de la mañana intentando orientarme. Mis clases eran tranquilas; nadie parecía muy interesado en la "nueva chica" aún. Me senté en la parte trasera de cada aula, tratando de no llamar la atención. Pero durante el almuerzo, noté que varias personas me observaban con más interés, cuchicheando entre ellas. No podía culparlas; probablemente era una rareza para un pueblo tan pequeño. Cuando finalmente terminó el día, me sentí agotada. No había sido el primer día más emocionante de mi vida, pero al menos había sobrevivido. Caminé de regreso a casa, donde mi padre ya había regresado del trabajo.
¿Qué tal la escuela? - preguntó, mientras preparaba la cena.
Bien. Nada del otro mundo- respondí. En realidad, no estaba segura de cómo me sentía. Todo era tan nuevo y extraño que apenas podía procesarlo. Esa noche, mientras me acostaba, no pude evitar pensar en cómo había cambiado mi vida en tan poco tiempo. Forks era tan distinto de todo lo que conocía, y aunque no me sentía completamente cómoda aún, una pequeña parte de mí comenzaba a sentir curiosidad por lo que vendría después.
¿Que tal? Acepto críticas constructivas, espero que tengan un lindo día 💘
