YoonGi
Los rayos del sol se colaban por los pequeños espacios de las ventanas de mi habitación e impactan directamente en mi rostro. Una habitación espaciosa de colores oscuros, totalmente monótona, con una librería llena de libros de diversos temas entre ellos, sobre armamentos, técnicas de dominación y temas de interés social como economía, política.
Siempre me he preguntado cuál es el sentido de aprender esas cosas si al final la mafia hace lo que le da la gana ignorando todo tipo de reglas.
En fin.
Giro mi cuerpo sobre la cama, una cama tan grande donde podrían dormir más de tres personas perfectamente. Miro el reloj digital sobre la mesita de noche adornada con una pequeña lámpara, son las...no me interesa. Giro mi cuerpo de nuevo quedando boca arriba y observo el gran cuadro en la pared del espaldar con el retrato de una familia.
Una familia...hace mucho no tengo nada como eso.
Un suspiro se escapa de mis labios y parpadeo lento, muevo mi cabeza a un lado intentando cerrar los ojos de nuevo y seguir durmiendo pero la luz que entra por la maldita ventana no me deja.
—Joder —murmuro y me giro al otro lado gruñendo. Parpadeo un segundo y eso me basta para percatarme de la silueta oscura frente a mi, justo en la puerta color caoba.
—Señorito, es hora de despertarse —la voz masculina resuena en la habitación. Maldigo en silencio.
—Te dije que no entraras en mi habitación —regaño en un gruñido sentándome en la cama con cero ganas.
—Sí, señorito —contesta con voz neutra, esto es parte de mi rutina diaria, él entra en mi habitación sin permiso y me despierta para empezar mi día.
Lleva años haciendo lo mismo, desde que tengo memoria, pero aún así no aprende que despertarme temprano no hará que tenga ganas de hacer cosas.
Paso una mano por mi rostro y enfoco mi vista en él, lleva un traje negro —como todos y todos los días— y una corbata del mismo color acompañado de unas gafas de sol negras —si, el negro es el color favorito de esta gente—. Su rostro serio está marcado por duras y masculinas facciones con una pequeña barba asomándose.
—¿No puedo dormir más? —pregunto soltando un largo bostezo, en realidad es una pregunta con una respuesta conocida, y esa es...
—No —me contesta el hombre—, son las seis y media de la mañana señorito, ha dormido treinta minutos de más —informa manteniendo el tono neutro pero con una pizca de regaño.
—Si, si, muchas gracias por eso —digo con un toque de sarcasmo y otro bostezo abandona mi cuerpo. Debía haberme despertado hace media hora pero como siempre, la vagancia y el sueño me ganan.
Me levanto de la cama estirando mi cuerpo y camino al baño de mi habitación arrastrando los pies. Miro de reojo a la puerta y aún se encuentra ahí, con las manos detrás de su espalda en una posición firme. Suelto un suspiro, sé que es parte de mi rutina pero ya me estoy cansando de esto, de que todos los días se repita lo mismo una y otra vez. Soy el señorito pero nadie, o casi nadie, me hace caso.
Tendré que hablar con mi padre —apunto en mi mente y lo confirmo asintiendo— aunque se que no tendrá tiempo o ganas para escucharme.
Entro al baño cerrando la puerta y comienzo a desnudarme lentamente, sin ganas. Tiro toda la ropa por un conducto en la pared que la conduce directamente a donde debe lavarse y me miro en el gran espejo. Una porción es de cuerpo entero y el resto abarca casi toda la pared pero sólo es de la cintura hacia arriba. El lavabo o lavamanos ocupa la misma extensión del espejo, cosa que no entiendo porque es solo la para mí.
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Port Mafia [KookGi]
FanfictionMuchos artistas intentan expresar la belleza del mundo usando colores vibrantes y cálidos, colores que obligan a ver todo lo bueno e ignorar todo lo malo. Pero la realidad es que, esa belleza que intentan demostrar no sólo puede expresarse mediante...