𑁤.ᐟ 青い目 - 11

65 5 2
                                    

Al regresar a casa organicé mi semana, hace bastante solía hacerlo y se me hacía todo más fácil, pero ser quedada tampoco ayuda. Decidí empezar arriba, con todas las buenas vibras que existen. Quejarse de las clases no estaba planificado esta semana, si en verdad quiero lograr mi objetivo tenía que aceptar mi realidad.

Quise fingir que lo de ayer no me había afectado, pero era imposible.

Había pensado en cambiarme de gimnasio, pero sería muy radical y cobarde de mi parte. Cabe destacar que ningún otro gimnasio está a la altura de Furia's Gym, no me iría por una razón tan mínima.

Estaba apunto de entrar, de seguro la gente que pasaba por la calle pensaría que soy una idiota porque daba vueltas sin saber qué hacer. Miré la hora en mi celular, sus sesiones ya habían comenzado.

No soy ninguna cobarde.

Entré sin más, si nos habíamos ignorado por dos meses no tendría que ser un problema volver a hacerlo. Pero, voy a admitir que el ambiente era diferente, solo recordar cómo se me había acercado tanto.. eso nunca se borraría de mi mente. Teníamos la misma estatura, pero su impronta era más poderosa, lo que me hacía quedar como un poroto.

Cuando la vi sentí esa tensión entre nosotros, simplemente corrí la mirada, decidí no seguir sus sesiones porque al planificar mi semana también inventé mi propia rutina de ejercicios. Pude notar que su mirada estaba puesta en mí, aunque mi intención no era llamar su atención.

¿O sí?

Por alguna razón una sonrisa de victoria de formó en mi rostro, seguí en lo mío hasta que se me ocurrió algo. Vi a lo lejos la barra, estaba algo cerca del lugar donde ella se ponía a hacer su clase.

Tenía entendido que mi cuerpo aún no estaba en condiciones de sostener tanto peso, lo estaría sobreesforzando y eso puede terminar en lesiones, Juliana lo había explicado en una ocasión. Obviamente no me atrevo a intentarlo, solo quería probar su reacción, talvez no funcionaría y quedaría en ridículo. Si funciona significa que le importa mi bienestar.

— ¿Ya terminaste de usarla? — le pregunto a un chico bastante corpulento.

— Si, pero le puse 30kg, ¿estás segura que podés levantar eso? — me mira dudoso. — Sos muy peque.

Antes de responderle miré de reojo hacia donde estaba ella, y pude confirmar mi plan estaba funcionando.

— Movete nene, no sabes de lo que soy capaz — le hago señas para que se salga.

Él me hace caso y se mueve, tragué saliva un poco nerviosa. No tenía pensado qué haría si ella no se acercaba, y ese chico me miraba como si estuviera a punto de burlarse de mí, estúpido.

Me recosté y posicioné mis brazos, con la presión encima ya estaba por intentarlo hasta que siento que unos brazos me toman por la cintura para sacarme de ahí.

— ¿Qué estabas pensando, Lía?! Te volviste loca? — dice enojada. — Sabes la terrible lesión que te puede causar eso y aún así estabas por hacerlo — nota nuestra cercanía y se aleja de inmediato.

— Solo se me dio la gana, no sabía que estabas tan atenta a lo que yo haga habiendo tantas personas en este lugar.. — le remarqué.

Pasa su lengua por sus labios aún enojada. — No quieras desviar el tema, estás haciendo todo esto a propósito, no? — me mira buscando una respuesta.

Ante esa pregunta solo reí usando la misma arrogancia que ella utilizó esa noche, quería que ella sintiera el enojo que yo también sentí.

— Soy tu entrenadora, y acá haces lo que yo digo, o podés irte si así lo preferís — me señala la puerta.

𝙨𝙠𝙮 𝙗𝙡𝙪𝙚 𝙚𝙮𝙚𝙨 | GLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora