Tears Of A Sunflower [ChanMin]

II

Chan amaba compartir su tiempo con sus amigos o de eso los convencía poder ir a los antros de la ciudad en búsqueda de compañía para la noche, y ese domingo, no sería la excepción. Probablemente era mala idea salir un domingo en la noche sabiendo que al día siguiente tendría que cumplir con sus horarios, no solo universitarios sino también laborales, pero parecía peor desaprovechar los descuentos que ofrecían las discotecas y los bares a final de mes. Sin mayor esfuerzo le avisó a Changbin y a Hyunjin de los planes de aquella noche y de alguna manera había convencido a Minho, a quien no le gustaba salir, de buscar algo de diversión en vez de estar detrás de aquel chico de mejillas regordetas que a duras penas notaba su existencia. 

 — No tienes que dejar de serle fiel a tu fantasía, solo te pido que te sueltes un poco. Vamos Min, parece como si te hubiéramos obligado a venir— Decía Chan en medio de la música mientras servía un poco de tequila en el vaso de su mejor amigo y en el suyo —Es que me obligaste. Además, no le estoy siendo fiel a nadie, solo no estoy interesado en estar con alguien de este lugar— Contestó Minho, reprochando las acusaciones que recibía. Tomó el vaso de la mano del mayor e ingirió rápidamente el contenido de este, sintiendo aquella amarga sensación que quemaba su garganta. Casi de manera instantánea, el calor comenzó a subir a sus mejillas y añadió tímidamente — Y, para tu información, Jisung no es ninguna fantasía— al escuchar esto, Chan no pudo contener su risa, haciendo que el menor se sintiera más avergonzado y cubriera su rostro con sus manos —Vamos con Bin y Jinnie ¿si?— propuso Chan mientras llenaba nuevamente su vaso y el de sus amigos —Tu solo quieres deshacerte de mí para poder ir a buscar la aventura de este fin de semana—dijo Minho mientras tomaba uno de los vasos que Chan tenía en sus manos para dirigirse a la pista de baile donde se encontraban los demás  — No tienes que decirlo así, me haces sentir como si fuera un idiota que solo juega con el corazón de los demás y yo soy todo un caballero— se quejaba el mayor en medio de risas — Chan, eres un idiota. Ser un caballero no te quita lo fácil — dijo por último el pelirrojo mientras les entregaban el trago a los otros dos — ¿De qué hablan? — Preguntó Hyunjin, inclinándose hacia los contrarios para escucharlos mejor — De lo seductor que soy— contestó Chan mientras le guiñaba un ojo al pelilargo, causando una risa compartida entre sus amigos. Changbin, quien lo miraba con asco, añadió — Tenemos suerte de ser tus amigos, odiaría tener que estar del otro lado de tu juego "seductor"— Chan, quien fingía molestia volteó sus ojos y concluyó —  Solo me tienen envidia. Además, he estado toda la noche con ustedes, hoy soy solo suyo— antes de que alguno pudiera contestar, el mayor fue tomado de la muñeca por un chico quien lo invitaba a bailar y, antes de irse con él, se volteó a ver a sus amigos quienes lo veían incrédulos. Sonrió algo apenado, pero triunfante.  Mostrando sus hoyuelos y arqueando su ceja derecha, articuló sin sonido la frase "buenas noches". Sus amigos voltearon los ojos respondiendo al tiempo "suerte" y volvieron a bailar entre ellos, disfrutando del ambiente que aquel lugar desprendía, ignorando por completo la nueva conquista que su amigo había obtenido —Al parecer hoy deben hacerse cargo de mi— fue lo último que dijo Minho antes de ingerir nuevamente el líquido en su vaso, sumergiéndose en la calidez que la risa de sus amigos le causaba.

Los movimientos de aquel chico eran encantadores, su aliento cerca del cuello de Chan era embriagante y el calor que irradiaba combinaba a la perfección con el ambiente húmedo que se generaba en aquel lugar. Era el sujeto perfecto para la atención del mayor, su cuerpo marcado, su piel morena cubierta de sudor, sus ojos llenos de deseo y sus labios a la espera de ser probados tentaban a Chan a dar el siguiente paso, por lo que tomando con mayor posesividad la cintura del contrario, lo acercó a sus labios donde sus alientos se mezclaron compartiendo el olor de aquel licor que ambos habían probado antes de juntarse. El chico, que parecía confundido al no recibir inmediatamente lo que esperaba, levantó su mirada y se encontró con la incógnita implícita en los ojos del pelinegro por lo que asintió lentamente para luego sentir los labios de Chan sobre los suyos. Aquel beso era claro, en él se demostraba la sed y el deseo de algo más, una invitación. Al separarse, ambos chicos buscaban agitados el aire que les faltaba. Sin soltar su agarre, Chan se acercó al oído contrario —Quiero continuar esto en otro lugar, pero para eso necesito dejar algunas cosas claras— comenzó, y se separó para enfrentarse a la mirada atenta de aquel chico — ¿Qué tan sobrio estás?— preguntó. El chico quien afirmó con su cabeza, sujetó el cuello de la camisa de Chan, acercándose nuevamente a sus labios —Estoy bien, empezamos a beber con algunos amigos temprano, en este momento estoy muy consciente de lo que está pasando— contestó mientras buscaba besar nuevamente al mayor — Es en serio, no quiero hacer nada de lo que puedas llegar a arrepentirte — insistió Chan, alejándose un poco del chico para verlo a los ojos. —Estoy seguro— retomó el menor, acercándose nuevamente, apoyando sus brazos sobre los hombros del pelinegro. — Está bien— Sonrió Chan mientras sostenía la cintura del contrario y depositaba un corto beso en sus labios — No quiero saber nada de ti después de que terminemos, no estoy buscando nada que no sea físico— Susurró en los labios del otro, quien pareció satisfecho con lo que el contrario le proponía —No buscaba nada más— concluyó para volver a acortar la distancia entre sus cuerpos. En medio del deseo y la atracción ambos jóvenes se entregaron a aquella satisfacción prometida en medio de la humedad, la música, el humo, el anonimato y el deseo.