𝓐𝓱𝓸𝓻𝓪 𝓶𝓮 𝓹𝓮𝓻𝓽𝓮𝓷𝓮𝓬𝓮𝓼 𒆜 Kakashi y tú

"Pʀɪᴍᴇʀ Dɪ́ᴀ"

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  "Pʀɪᴍᴇʀ Dɪ́ᴀ"

Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ: 3

En cuanto llegó a la empresa, lo primero que deseó fue saludar a su jefe y agradecerle por haberle permitido trabajar a su lado y, sin perder tiempo, subió al ascensor para subir hasta la oficina de su jefe sin saber que se llevaría una gran sorpresa. En cuanto tocó la puerta y él la dejo pasar, abrió la puerta sonriendo ampliamente dando los buenos días, quedándose a medias, borrando su sonrisa al ver quien estaba ahí y pensó que se había equivocado de oficina, pero no.

Ese hombre que estaba sentado en esa silla era su nuevo jefe, Kakashi en cuanto la vió sonrió a través de su mascarilla y se levantó de su silla para acercarse a ella.

—Es un gusto verte por aquí —le dijo mientras sonreía

—¿Do-dónde está el señor Hatake? —preguntó ella mirando al peli plata con su ceño fruncido

—Esta parado justo enfrente tuyo. Mucho gusto, soy Kakashi Hatake, dueño de esta empresa —le extendió la mano

—Pero... No puede ser, ese día... —la interrumpió

—Ese día te entrevistó mi padre, ese día no estaba aquí así que fue mi padre quien se quedó a cargo y te toco la buena suerte de que mi padre te haya entrevistado, de lo contrario no estarías aquí. Así que, escúchame bien, niña, a mí me gusta que las cosas salgan bien, no me gustan los errores, y si tú cometes tan siquiera un mínimo error, no lo voy a dudar y te voy a despedir. Así que ve pensando en qué hacer, si seguir conmigo o irte, yo no voy a detener tu decisión.

Era un grave problema el que estaba pasando en ese momento. No conocía del todo a Kakashi, pero con lo poco que le ha dicho, sabe que es uno de esos hombres que les gusta la perfección, tampoco puede renunciar sabiendo que se había ido a Japón para demostrarle a sus padres que puede lograrlo sola, sin la ayuda de nadie, por lo que tomará ese puesto aunque le cueste la vida.

—Okey, tomaré el puesto.

—¿Segura?

—Sí, más que segura.

—¡Perfecto! —sonriendo se acercó a su escritorio y tomó un rollo de hojas —Quiero que las acomodes y las pongas en un folder. Terminando las acomodas por orden alfabético ahí —señaló un estante con muchos folders

—Sí, señor.

Le hizo una leve inclinación de cabeza y salió de su oficina. Kakashi se quedó en su oficina sonriendo ladinamente al verla trabajando. Aquel “Sí, señor” había despertado en él su lado dominante y se imaginó teniéndola a sus pies, sumisa y perdida en el placer que él estaba dispuesto a brindarle. Por el momento se contuvo y se concentró en su trabajo, para poder salir antes del almuerzo e invitarla, pues quería conocerla mejor, saber sus gustos y quizás llegar a un acuerdo con ella.

Durante la mañana, Kakashi se quedó pegado en aquella silla, con sus ojos fijos en la pantalla de su computadora, sin percatarse de que la hora del almuerzo estaba cerca. Rápido tomó sus cosas y salió de su oficina para buscarla, agradeció el haberla encontrado en su escritorio aún acomodando aquellos documentos en las carpetas.

—Deja eso por un momento y ven conmigo —le dijo mientras le extendía su mano

Ella se quedó sorprendida y algo desconcertada, pues no pensó que el mismo hombre que la había insultado ayer, ahora le estaba ofreciendo su mano para invitarla a un lugar que ella no sabía ¿Y sí solo es una mentira? No podía confiar en él después de que le había hablado de aquella manera en el supermercado, por lo que negó con la cabeza sin tomar su mano.

—No, gracias, no sé a dónde me llevará y no puedo ir porque tengo trabajo que hacer.

—Oh, eso lo sé de sobra, querida, pero no te preocupes por ello, después de todo tengo una propuesta para tí —se acercó a su oído y le susurró —Es una propuesta a la que no puedes negarte porque sé que lo vas a disfrutar tanto como yo, preciosa.

Aquel susurro la había dejado caliente del rostro, al escuchar su voz ronca y el sentir su aliento caliente en su nuca, además de que, al quitarse su mascarilla, le pudo ver mejor el rostro y jamás pensó que su nuevo jefe pudiera ser tan guapo.