Día 18: Hilo rojo/ Corazón/ Baile

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Kunikida recibió una llamada al celular. Su mirada cada vez más seria cambió el ambiente cotidiano y llevadero de la oficina; el silencio se hizo y el rubio de lentes se convirtió en el foco de atención de todos, excepto el de Dazai que seguía tirado en su escritorio, como si fuera a quedarse dormido en cualquier instante.

"Entiendo. Está bien, nosotros nos encargaremos".

Colgó la llamada y se talló el rostro con su mano libre.

"Kunikida, ¿qué pasa?"

"Esto es malo. El servicio secreto descubrió que la empresa Ayato Metal Inc. está ligada con organizaciones terroristas internacionales".

Dazai levantó de golpe su atención como si se tratase de un gato que escuchó un sonido agradable. Kunikida continuó:

"Planean dar una enorme fiesta dentro de dos días. Se sospecha que el evento puede estar encubriendo un ataque a las oficinas de leyes marítimas de la zona. Llamen al presidente, discutiremos esto en la sala de reuniones".

"¡Eso no será necesario, Kunikida!"

Todos voltearon con asombro hacia Dazai. El castaño estaba de pie, sonriendo con confianza causando a todos la misma pregunta "¿Cuándo había sido así de enérgico?"

"Yo me encargaré de este caso. No tienen que preocuparse más por él, solo arrójalo al expediente".

Caminó con dirección a la puerta.

"Espera, Dazai. Explícate ¡hey!".

Exigió el rubio de lentes, naturalmente ignorado por su compañero detective.

"Bueno, adiós~"

Y salió corriendo.

Kunikida suspiró. Sabía que Dazai era confiable cuando se trataba de resolver un caso, no había razón para dudar que lo haría, pero era demasiado extraño verlo tomar así la iniciativa. Miró en dirección al genio de la Agencia.

"Ranpo, ¿está bien así?"

El chico sacó de su boca la paleta de caramelo, con su humor de siempre respondió:

"Dijo que lo iba a hacer, así que está bien".

Con sus palabras, Kunikida pudo tener algo más de tranquilidad; renunció a preparar esa reunión y dejaría solo el asunto de informar al presidente. Así de fácil y rápido volvieron todos a sus asuntos en la oficina. Ranpo siguió disfrutando de no hacer nada, únicamente con el tema de Dazai en mente, pero para el gran genio solo tomó algunos segundos saberlo.

"Ah. Así que se trata del tipo bajito con sombrero".



°°° Hace años, en algún bar °°°



Dazai y Chuuya habían sido enviados por Mori a realizar una transacción. El asunto era más complicado de lo que aparentaba, el trato que realizaron fue con gente muy peligrosa de la que no se estaba seguro si eran confiables. La mercancía que recibiría la Port Mafia a cambio de una opulenta suma de dinero era algo por lo que babearían los ejércitos de algunos países, ¿y quiénes eran los encargados de llevar esa brutal cantidad de dinero al vendedor? Por supuesto, el Doble Negro.

Parecía hasta una escena surrealista que dos adolescentes de 17 años se encontraran en un bar, molestándose el uno al otro mientras esperaban a la persona, y que cuando esta apareciera, el pago se efectuara en unos instantes. Era lógico; si las cosas salían bien, sería algo extremadamente sencillo, y si no, para eso habían sido elegidos ambos.

Soukoku Week 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora