On The Bench

Capitulo 54: Nesciencia

—Eren —dijo Georg con el ceño fruncido mientras asomaba la cabeza por la puerta—. Está aquí.

Eren no respondió y siguió mirando por la ventana el entrenamiento que se desarrollaba abajo. El único movimiento que hizo fue beber de su Grial.

Eso estuvo bien, Georg no esperaba una respuesta, así que simplemente se retiró.

No se molestó en ocultar el disgusto en su rostro cuando pasó junto al diablo en las escaleras, y cuando llegó al nivel del suelo del edificio temporal, vio que los demás tenían miradas similares en sus caras.

La sonrisa de Rizevim Livan Lucifer creció ante las miradas que recibió.

Siempre disfrutaba mucho de visitar la "facción de los héroes". Dependían casi por completo de los Sacred Gears y sabían que no podían hacerle nada debido a su poder.

Fue gracioso ver lo asustadas que estaban las otras facciones por el 'Verdadero Longinus' y el 'Titán', pero no tenían idea de que estaban completamente indefensos frente al primer Súper Diablo del mundo.

Su ira y su impotencia le hacían sentir bien cada vez que no conseguían contener su disgusto. Podría haber matado a algunos de ellos si no los encontrara tan divertidos.

"Holaa ...

—Rizevim —saludó Eren, sin girarse en su silla.

—¿Eso es todo lo que tienes que decir sobre tu cómplice? Han pasado años~ —se burló juguetonamente el hijo de Lucifer. Eren no respondió—. Veo que el tiempo que hemos pasado separados no ha hecho que sea más divertido estar contigo. ¿O estás de mal humor porque tu mascota se escapó?

La sonrisa de Rizevim se amplió levemente al ver cómo las manos del mocoso se apretaron alrededor del Grial.

Ah, el amor, algo tan lastimoso y, sin embargo, tan propicio para el entretenimiento.

—En serio, Eren —lo reprendió Rizevim en tono juguetón—. Deberías haberme escuchado. Los gatos no son buenos. Nunca se sabe cuándo se alejarán... o encontrarán nuevos amos. Realmente deberías haberlo visto venir.

—Lo hice —dijo Eren con sencillez, pero el Súper Demonio se deleitó con la ira contenida que contenía su voz—. Kuroka cumplió su propósito. Ya no la necesito.

—Pero no la mataste —señaló Rizevim, y su humor se desvaneció para dar paso al cinismo—. Deberías haberlo hecho.

"Su traición es parte del plan. Ella está moviendo el Inframundo como yo quiero".

—Ah, bueno, te creo —Rizevim recuperó el humor y levantó las manos como si se rindiera—. Tú eres el que puede ver el futuro después de todo. Tengo una pregunta: ¿dónde está Ophis?

Eren no respondió y tomó otro sorbo.

—Mira —continuó Rizevim en tono conversacional—. Cuando me enteré de que habías vuelto, me llené de alegría. Por fin, nuestro ansiado sueño se haría realidad. Así que imagina mi sorpresa cuando uno de mis pequeños murciélagos me dijo que Ophis había desaparecido.

"Ella hace lo que quiere. Yo no controlo a nadie."

—Mira, es que no es el único que desapareció —insistió Rizevim—. No puedo evitar notar que todos tus aliados parecen estar traicionándote. Qué... triste.