On The Bench

Capitulo 75: Hacia el banco de aquel parque

Era una vista serena.

Pintoresco de una manera tan hermosa como inquietante.

La luz cálida, el bastón perdido, la pequeña sonrisa de satisfacción.

Eren parecía feliz.

""¡¡EREN!!""

Decenas de pies corrieron hacia el niño en el banco.

Rias Gremory no era uno de ellos.

Ella permaneció allí, clavada en el lugar, mientras miraba al niño que había muerto en el banco.

Incluso antes de que alguien lo alcanzara para comprobarlo, Rias sabía la verdad.

Eren estaba muerto.

Esta vez no habría ningún milagro, ningún truco ingenioso ni ningún gran plan.

Eren estaba muerto.

Y se veía...feliz...

El corazón de Rias estaba en su garganta.

Cuando pensó que había matado a Issei, decidió no usar la Torre mutada para traer a Eren de regreso si moría.

Cuando él pareció dispuesto a destruir su hogar, amenazando las vidas de todos sus seres queridos, ella luchó contra él con todo lo que tenía.

Cuando desapareció durante meses, Rias luchó contra los restos de su Brigada del Caos mientras temía constantemente otro ataque de los Titanes.

Cuando Eren los preparó para desatar Trihexa hace solo unos minutos, Rias temió por todo su mundo.

Y luego los llamó a ese mundo de arena blanca y luz azul para mostrarles lo que había hecho.

Rias Gremory se quedó mirando esa pared carmesí.

Había sabido vagamente de otros mundos durante la mayor parte de su vida, gracias a la tía Mikasa. Habían sido más relevantes desde el descubrimiento de que Eren también era de uno, pero Rias no les había dado mucha importancia.

Saber que estaban llenos de seres alienígenas, algunos tan poderosos y hostiles que su mundo no podría sobrevivir a su atención. Saber que todo lo que haría falta era que el monstruo extradimensional equivocado los encontrara por casualidad, y toda su familia moriría.

Descubrir que había sido libre de dejar su mundo para ir a otro donde sería 'Rias' en lugar de 'Rias Gremory' en lugar de tener que fingir en el mundo humano...

Rias no era la misma chica que había sido cuando huyó por primera vez a la Tierra en su pequeña rebelión, pero ¿descubrir que había habido una opción real de libertad allí afuera todo el tiempo?

¿Y que se lo roben?

Rias Gremory miró fijamente esa pared carmesí y la odió.

Lo odiaba por el miedo que le producía lo que podría estar esperándole al otro lado.

Lo odiaba por la esperanza que le daba sobre las cosas maravillosas que ahora estaban fuera de su alcance.