On The Bench

Capitulo 37: Torre

¡Qué gran día!

Issei Hyoudou no podía dejar de sonreír.

No cuando se despertó después de dormir poco.

No cuando tuvo que pasar todo el día escolar siendo bombardeado por preguntas de sus compañeros de clase sobre su expresión tonta.

No cuando sus dos amigos adivinaron con exactitud la razón de su gran humor y comenzaron a intentar golpearlo. 

Issei ni siquiera notó sus ataques, gracias a la durabilidad de su Torre, demasiado perdido en el recuerdo de la noche anterior.

La sonrisa estúpida ni siquiera abandonó el rostro de Issei cuando la escuela terminó, y Buchou le dio al club un día libre para descansar después de la batalla de ayer.

Claro, Issei estaba solo en ese momento, la mayoría de las chicas arrastraban a una Asia con la cara roja y Kiba ayudaba a Gasper con sus poderes, pero no dejó que eso lo afectara.

Issei simplemente decidió salir a caminar, disfrutando de lo gran día que era con una amplia y estúpida sonrisa en su rostro.

"¿Qué pasó?"

-Senp- ¡Eren!- Issei saltó sorprendido ante la interrupción de sus idílicos pensamientos.

No se había dado cuenta de que sus andanzas lo habían llevado por el camino trillado hacia el banco y sus ocupantes. Ackerman-sensei se incorporó de donde había estado apoyada contra Eren en el banco, observando al chico.

Como siempre, entender lo que pensaba el Peón era difícil, pero el niño mayor era casi un libro abierto con sus emociones.

Los labios de Eren se adelgazaron ante el título con el que Issei casi lo había llamado, pero no hizo ningún comentario.

A Issei le gustó. 

A diferencia de los demás, que se habían acostumbrado a los estándares internacionales de nombres, él había vivido toda su vida, hasta hace apenas unos meses, en el sistema de nomenclatura japonés (¡una palabra que Issei había oído utilizar a Kachou!). 

Mientras que los demás usaban sufijos para mezclarse, y Language lo traducía para él cuando ellos no lo hacían, a Issei todavía le resultaba difícil desaprender los hábitos a los que se había acostumbrado.

-¿Pasó algo bueno?- Preguntó Eren nuevamente.

Issei no respondió, recordó los eventos de la noche anterior y su expresión regresó a esa sonrisa tonta.

"Sí", suspiró asombrado, respirando profundamente para apreciar lo maravilloso que había sido el día. "Fue... genial".

Eren frunció el ceño y miró a Mikasa. La mujer, sin embargo, estaba tan perdida como él y se encogió de hombros.

—Eso es... bueno —dijo Eren dubitativamente—. Mikasa me estaba contando sobre tu Rating Game y lo que pasó. Es bueno verte... feliz, incluso después de todo eso.

Issei se estremeció, recordando el desastre que fue su batalla contra Diodora Asteroth.

Claro, el vástago del demonio lo había estado poniendo de los nervios durante las últimas semanas con sus incesantes confesiones a Asia y su solicitud de un intercambio. Aun así, Issei no había esperado que el hombre estuviera aliado con la Brigada del Caos hasta que usó esas extrañas serpientes suyas para luchar contra los Gremory en igualdad de condiciones.