When we 𝗳𝗶𝗿𝘀𝘁 met [soukoku]

☆− Chapter 𝗳𝗶𝘃𝗲

Osamu creyó que había sido un buen día, pero al regresar a casa, sin dudas todo empeoró.

Camino por las calles de regreso a casa, esperando que su Padre no se encontrara en esta.

El cielo estaba nublado, signo de que llovería muy pronto, así que el adolescente apresuró su paso.

Antes de empezar a caminar a casa se puso sus audífonos, pero se le había olvidado poner música, así que en ese preciso momento encendió su celular y puso Radiohead. Esa banda llenaba de recuerdos agridulces la mente de Osamu, invadiéndola de nostalgia.. una vez más.

Su cabeza viajó a hace 10 años atrás, cuando su madre seguía viva. Osamu amaba a su madre mas que a nada ni nadie en el mundo, por eso esa tarde se guardó en su memoria, muy, muy adentro.

Se encontraba ella haciendo la cena en una casa de dos pisos, que si bien no era colorida como tal, se sentía la alegría cada que la pisabas. Osamu jugaba con sus juguetes de carritos, corriendo por todo el piso inferior, haciendo ruidos alegóricos a los mismos carros. Había música sonando, música que le gustaba a su madre. Coldplay. Mientras ella hacía la cena, tarareaba al ritmo de la música, haciendo un pequeño baile cada que se movía de un lado de la cocina a otro. Al terminar la comida, apagó la lumbre y tapó la olla, por que ellos siempre esperaban al padre de Osamu para la cena. Ella se puso a jugar con Osamu, y al cabo de un rato, el llegó.

— ¡Llegué! — exclamó el, adentrándose en la casa, no sin antes quitarse las zapatillas.

— ¡Papii! — un pequeño osamu corrió con alegría a recibir a su padre. Con los brazos abiertos, el pequeño saltó a los brazos de su padre.

— Hola Samu, ¿cómo está mi niño? — el sonrió, mientras le daba un inocente beso a la cabecita de su hijo de tan solo 6 años.

— ¡Bien, bien! — dijo el pequeño, abrazando con aún más fuerza el cuerpo de su papá.

Ella salió de la cocina, encontrándose así con la tierna escena que le brindaba su familia.

— Hola. — dijo el, dedicándole una de esas sonrisas llenas de amor que los enamorados se dan.

— Hola. — ella le devolvió la sonrisa, acercándose poco a poco a él.

El bajo al pequeño, y con un movimiento rápido, beso a su esposa; con tanto amor como solo ellos sabían.

— ¡Ewwkk! — dijo el pequeño Osamu, tapándose los ojitos con sus pequeñas manos. — ¡Qué ascoo! —

Sus padres rieron, y sin más, se sentaron a cenar.

Al padre de Osamu le gustaba mucho la música. Le gustaba con locura, y por eso en esa casa siempre había música, aunque fuera de fondo. Por eso, en ese momento estaban escuchando Radiohead mientras cenaban, y en alguna que otra parte, tanto su mamá como su papá se ponían a tararear, y aveces a cantar. Pero el pequeño Osamu siempre se había preguntado por qué esa música se escuchaba tan triste, ¿no se supone que la música es feliz? Las preguntas inundaban su cabecita, así que decidió preguntar.

— Pawpiw. — dijo el pequeño con la boca llena de carne.

— Samu, no hables con la boca llena, cariño. — reprendió su madre, a lo que el pequeño solo asintió, mientras masticaba y se tragaba el pedacito de carne que tenía en la boca.