CAP 7

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-¿en que piensa tanto la señorita? - preguntó Richard, su voz baja y su mirada fija en la mía.

Sonreí, jugueteando con mi copa de vino. - Sólo estoy tratando de imaginarte en tus primeros días en Brasil. Debió ser un cambio enorme.

Richard asintió, acercándose un poco más. - Lo fue. Pero cada visaje me ayudo a crecer, me hizo más fuerte.  Los ralles, la presión, todo se iba acumulando, hubo un punto donde solo quería rendirme marica, eso fue una vueltota, pero ahí fue donde mas me aferre a Dios, pensaba en mi familia, los niños de mi barrio quería demostrarles que los sueños si se hacen realidad- hizo una leve pausa llena de nostalgia para continuar- me aferre isa, y aquí sigo, la perseverancia me tiene acá.

- Eres un buen ejemplo, Richard - le dije, con sinceridad y admiración. - No solo por tu éxito, sino por la persona que eres... que fuerte tu historia, de verdad, eres un gran ejemplar de perseverancia para todos esos niños, eso es seguro.

Su mirada se suavizó y sentí su mano rozar la mía sobre la mesa, sintiendo como un escalofrió me recorrió en el acto, este hombre me hacía sentir mucho solo con un rose, bendito.
- Gracias, Isa. Eso significa mucho para mí.

La electricidad entre nosotros se hizo palpable. Me mordí el labio, sintiendo el calor de su mano contra la mía. Pero no podía dejarme llevar, no aún.

- Entonces, ¿cuál es tu siguiente meta? - pregunté, intentando desviar un poco la atención y relajar la tensión.

Richard sonrió, inclinándose un poco más hacia mí. - Bueno, la copa América ahora es mi objetivo seguro, seguir mejorando. Y, claro, encontrar tiempo para disfrutar de la vida. Como ahora.

Sentí un escalofrío recorrerme. Su proximidad, su voz, todo en él me hacía querer acercarme más. Pero me forcé a mantener el control.

- Es bueno saber que no todo es trabajo para ti - respondí, con una sonrisa coqueta. - Aunque, supongo que hay muchas chicas enloquecidas por tener tu atención, tik tok esta lleno de simps por ti.
Dije con un tono algo ¿celoso? No lo sé, esa manía mía de no controlar mis palabras, intente disimularlo con una carcajada a la cual el se unió, sin despegar ni un segundo su vista de mí.
- ¿celosa isa? - pregunto mientras levantaba su ceja y me dedicaba una sonrisa ladeada. No supe que responder simplemente me puse roja como un tomate sin despegar mi vista de la suya.
Richard soltó una risita- la que esta cenando aquí conmigo eres tú y siendo sincero me generas curiosidad, me tramas monita. 

Mis mejillas se sonrojaron, y me vi obligada a apartar la mirada un momento. Sentía su mirada intensa sobre mí, como si tratara de descifrar cada uno de mis pensamientos. Tomé otro sorbo de vino, tratando de calmar mi acelerado corazón, no tenia ni puta idea de que responder, ese man me tenia nerviosa, ¿le interesaba? Bendito. Al parecer el entendió mi silencio y mi sorpresa por sus palabras y cambio el tema drásticamente.

- ¿Te gustaría acompañarme a un partido alguna vez? - sugirió Richard, su voz más suave. - Podrías ver de cerca lo que me apasiona.

La idea de estar cerca de él en su elemento, rodeada de la energía y la emoción del fútbol, era tentadora. Pero no podía dejar que viera cuánto me afectaba, igual ahora con lo de la copa pues obviamente iba a estar en el estadio.

- Suena interesante, igual por lo de las pautas debo estar en los partidos - respondí, con una sonrisa juguetona. – me gusta la idea, pero solo si prometes que me darás una visita guiada exclusiva.

Richard sonrió, sus ojos brillando con una chispa de diversión. – no quiero que estes en las gradas generales, a nosotros nos dan unos cupos para invitados de nosotros y pues quedas mucho más cerca a la cancha, me gustaría que estuvieras ahí, claro, solo si quieres....
¿Quién en su sano juicio le diría que no a este hombre por dios? La emoción y sorpresa fluía por mi cuerpo, no era cualquier invitación, era la invitación de él, mi crush, Richard Ríos a verlo jugar, diosmio
-si, si quiero- respondí seguramente con una sonrisa enorme en mi rostro, notando como una del mismo tamaño se formaba en el de él.
-listo, mañana mismo arreglo eso corazón. Dijo para después guiñarme su ojo.
Richard se recostó en su silla, una sonrisa divertida curvando sus labios. Su mirada se mantenía fija en la mía, intensa y penetrante. Podía sentir cómo el aire entre nosotros se cargaba de una tensión casi palpable, cada palabra, cada mirada, aumentaba el deseo de acercarnos más.

- ¿Y tú, Isa? ¿Qué te apasiona tanto como a mí el fútbol? Ya hemos hablado mucho de mi - preguntó, su voz baja y profunda, como un suave susurro que acariciaba mis sentidos.

Tomé un momento para responder, sopesando sus palabras. La manera en que me miraba, como si fuera la única persona en el mundo, me hacía difícil concentrarme.

- Pues, me apasiona mi trabajo, pero también amo escribir - dije finalmente, con una sonrisa. - Me encanta perderme en mis historias, crear mundos y personajes que se sienten tan reales como tú y yo ahora.

Richard asintió, genuinamente interesado. – que chimba, cada vez me sorprendes más monita, algún día deberías dejarme leer algo escrito por ti, seria un placer leer lo que pasa por esa cabecita.

Sentí un calor subir a mis mejillas. La idea de que Richard leyera mis escritos era tan emocionante como intimidante. - Tal vez algún día - respondí, mi voz un poco más baja.

Él se inclinó hacia adelante, sus ojos brillando con una chispa traviesa. - ¿Sabes? He estado pensando en algo, Isa.

Mi corazón latía más rápido. - ¿En qué, Ríos?
- en la intriga que me genera probar un beso suyo con sabor a vino.

Mi respiración se aceleró y mis ojos se abrieron de par en par. La confesión de Richard me dejó sin aliento, pero sabía que no podía dejarme llevar tan fácilmente. Me obligué a sonreír, juguetona.

- ¿Ah, sí? - dije, tratando de mantener mi voz firme. - Bueno, supongo que tendrás que esperar un poco más para eso, Rios.

Él soltó una carcajada, una mezcla de sorpresa y diversión. – que misteriosa, Isa. Me gusta eso de ti.

Intenté calmar mi respiración, sintiendo cómo la tensión se suavizaba ligeramente. - Bueno, no sería divertido si fuera tan fácil, ¿verdad? - respondí, levantando mi copa de vino para brindar.

Richard alzó su copa, sus ojos fijos en los míos.
- Brindemos por eso, entonces. Por el misterio, la pasión, y lo que sea que el futuro nos depare. -Respondió

Chocamos nuestras copas y ambos bebimos, manteniendo nuestras miradas conectadas. Sabía que este juego de coqueteo y deseo apenas comenzaba, y aunque estaba nerviosa, no podía esperar para ver hasta dónde nos llevaría.




Perdón lo perdidaaa:(  estaba en la tusa post-copamerica🥲 j
Espero les guste el caaap❤️🥰 recuerden dejar su estrellita✨

DESTINOS CRUZADOS: El futbolista que cambio mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora