No me podía creer lo que estaba a punto de hacer, sólo que no descansaría hasta verle de nuevo.
Tan sólo 10 minutos después ya estaba lista, saliendo por la puerta.
Cómo vivía tan cerca de la playa no podría tardar más de 15 minutos en llegar.
En cuanto llegue lance las cosas sobre la arena sin cuidado ninguno, no tenía tiempo para ir con delicadezas, tras ese profundo mar se encontraba aquello que tanto anhelaba, así que paso tras paso me fui adentrando en aquellas aguas, brazada tras brazada mis pies dejaron de tocar tierra indicando me que ya estaba lo suficiente adentrada como para comenzar a buscar.
Sumergí la cabeza y bucee tan profundo como me fue posible, poco a poco la claridad que tenía había en el agua se fue oscureciendo y comenzaban a aparecer criaturas marinas más comunes de las profundidades.
Nunca me conseguí explicar cómo era que podía aguantar tanto la respiración, pero era capaz de aguantar minutos y minutos bajo el agua y de soportar mucha presión, nadie que yo conociera era capaz de eso, era de algo de lo que me enorgullecía, no me gustaba ser del montón, me gustaba ser diferente al resto, aunque esto conllevará a burlas y comentarios constantes, yo era feliz siendo así, yo misma, sin tener que seguir las modas no nada por el estilo.
Segui bajando y bajando hasta que algo dentro de mí me dijo que me detuviera, me moví a cada lado, derecha e izquierda, todo era igual, de un azul intenso, de un azul marino.
Siempre me gustó estar bajo el mar, al igual que mi madre , allí, abajo todo era silencio, los problemas y los ruidos de la superficie no se escuchaban, simplemente desaparecían, se sentía como si fuera un mundo a parte y eso me encantaba, me sentia tan agusto, era como si yo perteneciera hay.
Los peces pasaban y pasaban, se cruzaban unos con otros, eran tan distintos unos de otros, pero a su vez tan hermosos que me podria pasar horas observándolos.
Algo se movio a mi espalda, no llegue a ver nada, todo era igual miraras donde miraras, lo único que noté fue como una gran cantidad de agua se movía detrás de mi.
Cuando me quise fijar un poco más alcance a ver un punto más oscuro de lo normal en lo hondo, muchos metros debajo de mi.
Cuando me quise fijar más me di cuenta de que se acercaba, iba muy rápido.
Me di media vuelta y comence a subir, todavia me quedaba aire de sobra asi que eso no era problema.
Nade y nade, cuando al fin salí a la superficie del mar fui lo más rápido que pude hacia la playa, estaba lejos, pero llegaría a tiempo aunque aquella criatura misteriosa todavía me seguía y cada vez más cerca.
Comencé a poder apollar los pies en la arena húmeda y empecé a correr, el agua salpicaba mis piernas y me impulsaba con fuerza, consiguiendo así por fin salir del agua, la extraña criatura estaba metros más atrás, todavía en el mar, estaba quieto, mirándome fijamente, tenía los ojos un tanto extraños e intimidantes, eran bastante grandes y plateados.
Me intimidó bastante, pero sabía perfectamente que quería algo de mi, ya que aquella tarde que el desaparecio ella estuvo involucrada, no sabía que era lo que quería, pero investigaría apenas llegase a casa.
En menos de 5 minutos me encontraba en casa y con el ordenador encendiéndose, mientras cogia el peine, tenia unos enredos que casi parecían rastas, entre al baño y al levantar la cabeza y verme reflejada en el espejo me di cuenta de que algo le pasaba a mi pelo, había cambiado, tenia una mecha azul, ahora era rubia con una mecha, no entendía como era posible eso, yo no me lo habia teñido, pero de cualquier manera, mi padre no me podia ver asi, saque un decolorante que teníamos por casa y con la esperanza de que esto se arreglara y desapareciera me lo apliqué y deje que hiciera efecto.
Al cabo de un rato me aclare el pelo y lo deje secar al aire libre y me di cuenta de que no tan solo no se habia ido, sino que ahora también habían más, antes tan solo tenía una, ahora tenia todo el pelo lleno de estas curiosas mechas.
Ya lo intentaria arreglar otro dia, ahora tenia cosas mas importantes que hacer, como investigar sobre lo sucedido.
Me senté en mi silla del escritorio y empecé a teclear y a teclear, entraba en cada enlace que me salía, investigue sobre la extraña criatura y tras entrar en cincuenta mil enlaces di con uno que parecía ser fiable, en el cual decía que era una antigua criatura mitológica ya extinta que se asemejaba mucho a las sirenas, tenían el cuerpo mitad humano mitad pez, repleto de gelatinosas escamas normalmente de tonos oscuros, con membranas entre los dedos de las manos y unas orejas bastante largas y puntiagudas, pero lo que más llamo mi atención fueron los ojos, ya que eran plateados, eso fue lo que confirmó que la criatura que había visto y se habia llevado a Marco era la misma que ahora mismo estaba investigando.
Según la leyenda eran las encargadas de proteger sus tierras y hacer realidad las ordenes y deseos de las sirenas, también eran capaces de controlar el tiempo y podían crear fuertes tormentas capaces de abrir portales a otras dimensiones.
Fue hay cuando todo encajo, ya sabía que aquella quiatura llamada Vulcan era la culpable de la desaparición de Marco y que aún había esperanzas de que el siguiera vivo, solo que en otra dimensión. Lo único que tenía que hacer para llegar hasta el era dejar que el Vulcan me atrapará con la pequeña esperanza de que me llevara donde el, ya que si mal no recuerdo el dia que todo pasó se avecinaba una gran tormenta.
* * *
A la mañana siguiente me levanté más mareada de lo normal.
Lo primero que hice fue ir corriendo frente a un espejo y asegurarme de que lo que había pasado la noche anterior fuera un sueño, y efectivamente, no lo era.
Me coloque un gorro negro de lana para no llamar tanto la atención en el instituto y me puse en camino.
Los días en su ausencia se me hacían tan opacos, sobre todo las mañanas, esas que lo primero que hacíamos era vernos.
Se me hacia tan triste el camino sin el, sin sus mensajes, en verdad lo extrañaba, sentía que el tiempo se detenía, me pasaba cada segundo, cada minuto desviviendome por su ausencia, de vez en cuando percibía su olor o me parecía escuchar su voz, pero se iba y me recordaba la dura y cruda realidad.
Pase tanto tiempo pensando en el que cuando me quise dar cuenta ya estaba en clase, sentada en mi sitio.
-Profesora- Grita alguien desde el fondo de la clase, sacándome de mis pensamientos y haciendo que regresara al mundo real
-Si, Margaret ¿Que sucede?- Le pregunto está sin siquiera mirarle a la cara
-Que yo sepa está prohibido llevar gorro dentro del recinto escolar -Solte un suspiro. No se qué tenía Margaret conmigo, pero desde que tenía memoria siempre quiso hacerme la vida imposible, en realidad no me extrañaba en absoluto que ahora lo volviera a hacer
- No, tienes toda la razón, así que Aurora, por favor, quítese el gorro- Esta vez sí se giro y no tuve más remedio que hacerlo.
Me lo quité y apenas el primer mechón de pelo azul se dejó ver la sala se lleno de susurros y risas.
La gente me comenzó a señalar y a minuspreciarme.
La cara de satisfacción y orgullo de Margaret era espectacular.
- Señorita, me temo que estas siendo una distracción para mis alumnos, lamento tener que informarte que vas a tener que ser expulsada hasta que se quite eso tan llamativo del pelo, entonces y solo entonces podrá volver-No le di mucha importancia, para mi no la tenía, oara ser sincera me hizo hasta ilusión, ni queria estar en clase, asi que aproveche el que me hubieran expulsado para volver a la playa, y así lograr mi objetivo.
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Un secreto bajo el mar
FantasyEl amor puede con cualquier fuerza. Si perdieras la memoria ¿te volverías a enamorar de la misma persona? Pero...¿Y si esa persona no te amara a ti? ¿ Y si solo fueras un juego para el? ¿ A caso no buscarías venganza?