🌷💙Capítulo VI💙🌷

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—Yuu... —Había pasado un rato desde que partieron de casa, pero la incomodidad persistía.

Estaba atento a la ventana, ansioso por llegar. Quería salir de ese espacio tan cerrado; incluso el calor comenzaba a molestarle, el aire caliente molestaba al entrar por sus cosas nasales—. Giyuu, yo...quiero hablar contigo... —La mano del alfa rubio tocó la suya, que reposaba sobre sus piernas, haciendo que todo su cuerpo se tensara.

Aunque sus ojos no se atrevieron a mirarlo, simplemente no tenía el valor. Solo tomó su mano delicadamente y la colocó sobre su mejilla, acunándola mientras dejaba salir su llanto. Extrañaba ese tacto. No tenía más remedio, nadie más estaba allí, nadie lo rescataría, nadie vería el sufrimiento con el que cargó durante esas largas semanas.

Subió la cabeza, con los ojos rojos por los sollozos, y sintió cómo el mayor lo jalaba hasta el suelo del carruaje, abrazándolo con todas sus fuerzas. Los suspiros que salían de su garganta eran sonoros, cortándose de vez en cuando. Sus pulmones no podían mantener el aire y comenzó a respirar cada vez con más dificultad. Se refugió en el cuerpo en el que se sentía seguro, no quería soltarlo de nuevo.

Quería que le dijera que nada malo pasaría, quería ser honesto, decirle que lo amaba, cuánto lo había extrañado, cuántas lágrimas había derramado solo por él, pero se sentía sucio. Llevó su mano hasta su boca, mordiéndola, ya que sus uñas no podían estar más cortas, pero solo sintió cómo Kyojuro la apartaba para que no se siguiera lastimando. Comenzó a mecerlo de adelante hacia atrás, mientras de su pecho ronco salía un tarareo. Probablemente trató de decirle algo durante su pequeña gran crisis, pero no pudo escucharlo. Así que recurrió a una canción de cuna para tratar de calmarlo.

Al notar cómo los hipidos iban disminuyendo, susurró suavemente. Mentiría si no mencionara las grandes lágrimas que derramó sobre los cabellos oscuros, dejando también muchos besos. Odiaba verlo así, sufriendo por sus errores. Todo el tiempo que pasó separado de él, supo que realmente lo amaba, y si su amor le hacía tal daño, entonces trataría de alejarse.

—Mi madre nos la cantaba —su voz sonaba rasposa y quebrada, denotando que también había llorado—. Perdóname —apretó aún más al omega que tiritaba en sus brazos—. Lo siento muchísimo, nunca quise que te hicieras daño, lo lamento...

—Perdóname —hablaba en un susurro apenas audible.

—Giyuu, yo te quiero mucho. No sabes cuánto me gustaría expresarte lo mucho que significas para mí... —hipó mientras sentía cómo el menor levantaba la cabeza para verlo a los ojos. Su rostro estaba completamente rojo, sus ojos hinchados y su labio, que aún temblaba, lo rompieron por completo. Escondió su rostro entre sus manos y lloró como nunca creyó que lloraría frente a alguien.

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⏰ Última actualización: Sep 01 ⏰

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