VI.

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Luna Páez

Estaba desayunando sola en la mesa más lejana a la mesa de los jugadores. Llevaba más de 20 minutos sentada, los suficientes para darme cuenta que el ambiente entre los futbolistas estaba muy tenso y que tanto mi hermano como su mejor amigo no habían ni asomado un solo segundo en el comedor. No pude esperar más, necesitaba saber que estaba pasando, así que deje el desayuno y le escribí un mensaje a Pablo para que saliese fuera a hablar conmigo. Después de un minuto recibí desde la otra punta del comedor una afirmación con la cabeza, lo que hizo que dejara la mitad de la tostada en el plato y saliera lo antes posible por la puerta. El chico no tardó en llegar a donde estaba, pero no era ese chico que siempre tenía una sonrisa, que le brillaban los ojos cada vez que me veía, esta vez, estos ojos estaban apagados, parecía que tenía miedo, que había algo que me estaba ocultando.

- ¿Qué coño os pasa a todos? La tensión la puedo cortar hasta con el cuchillo de la mantequilla- le dije mirándole a los ojos, los cuales me ocultaban algo gordo

- La noche ha sido complicada- me contestó muy poco seguro de sí mismo

- ¿Qué me quieres decir con eso?- le pregunté. Estaba pensativo, como si estuviera pensando una excusa. Pasaban los segundos y seguía sin respuesta, así que le pregunté otra cosa- ¿Dónde están Pedri y mi hermano?- note como tragaba saliva y apretaba la mandíbula

- Están sancionados- dijo el sin ni siquiera mirarme a los ojos. No sabía que había pasado esa noche pero cada vez me estaba preocupando más, mi mente no paraba de imaginar mil cosas que podían haber pasado. Quería preguntar pero no hizo ni falta, Pablo no aguanto mas- Luna a tu hermano se le cruzó un cable y le partió la cara a Pedri

- Eso es mentira- no, no podía ser verdad, mi hermano era incapaz de hacer eso, sobre todo a él.

- Todos lo vimos- me dijo él mientras intentaba agarrar suavemente mi mano, hasta que la aparte

- Mi hermano no es así- le dije mientras mi pecho empezaba a subir y bajar cada vez más rápido. No podía evitar reproducir continuamente la conversación que había tenido con él antes de subir a la habitación

- Lo se, todos lo sabemos, solamente que se le cruzó un cable

- ¿Solamente?- recalque- ¿Pedri está bien?

- No lo se, pero no te debería importar- dijo clavando sus ojos en los míos

- ¿Perdona?- Supongo que a mi hermano no era al único que se le había cruzado un cable

- A el no le importas y ti tampoco te debería importar- contestó con un puñal directo al corazón

- ¿Pero a ti ahora que te pasa?- le dije ya que él no era así

- A mi no me pasa nada Luna, solo te digo las cosas para que abras los ojos de una vez- no pude evitar fundir el ceño, no entendía ese cambio de actitud, pero entonces, tuvo que seguir hablando- ¿Por qué crees que tu hermano le pegó? empezó a decir mierdas de ti y luego delante de todos se enrollo con uno de las tías que se alojan en la otra parte del hotel- sentí como mi corazón dejaba de latir y como mi mente se empezaba a nublar de pensamientos nada agradables

- Él nunca hablaría así de mi- dije con la voz un poco rota. No nombre lo otro, ya que no podía reprochar nada por mucho que me doliera, puesto que yo misma estaba haciendo lo mismo con el chico que tenía delante, lo único que me diferenciaba es que lo hacía en secreto.

- No es la primera vez que lo hace- dijo mientras se empezaba a acercar a mi hasta que nuestros pechos se acabaron chocando- Luna, pero lo importante es que estas conmigo y yo nunca te haría eso- nada más acabar de hablar me empezo a besar la boca, sin embargo, no correspondió ese beso, estaba totalmente paralizada. Comenzó a apretarme contra la pared mientras sus labios recorrían mi cuello, quería que parara, no me aprecia y menos en medio de un pasillo a metros de un comedor lleno de nuestros compañeros y amigos. Pablo no paraba, seguía a su rollo pero cuando empezó a meter la mano por mi camiseta hable como pude

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⏰ Última actualización: Jul 22 ⏰

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Destinados [Pedri González]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora