Capítulo 8

67 6 8
                                    

Arabane partió su pan en cinco partes y le ofreció uno a los que iban a ver la escena: Vaggie lo rechazó amablemente; Charlie aceptó y de ahí le compartió a su novia; Alastor, quien estaba en un sillón a parte, tomó un pedazo; Nifty devoró su parte; y Husk aceptó el pedazo.

— Bien... ¡Acción!

— Ooogh... Soy un hombre malo de la calle que nunca recibió suficientes abrazos— exclamó con una pésima actuación y suspiró—. Ahora, ¿dónde hay un niño inocente al que pueda venderle crac?

Miró el guión en sus manos y después se exaltó.

— ¡WAOH! ¿Quién escribió esto?

— Es bueno, ¿verdad? ¡Continúa!— la princesa lo animó.

Angel suspiró.

— Oye, tú— señaló al marinero.

— ¿Me hablas a mííí?— sonrió en grande mientras sujetaba su paleta de dulce.

— Sí, pareces un niño al que le gustaría usar... ¿"Caspa del diablo"? Agh, esta mierda es enferma— refunfuñó, saliéndose de su papel otra vez.

— Hasta para mí, esto es demasiado ñoño— susurró la cordero, un tanto apenada, mirando su copa de vino.

— Sin duda— Husk se recargó en el costado del sillón—. Sería mejor si intentaran algo más realista.

— ¿Cómo qué?— lo miró.

— Para empezar: usar los nombres de la droga sin miedo y no censurarlo; digo, ¿que no todos somos adultos aquí?— gesticuló y rodó los ojos.

— Ese es un buen pun-...

— ¡Shhh!— Vaggie, la más cercana a ellos, los miró— No me hagan obligarlos a actuar en su lugar.

— Ya, ya— los dos se acomodaron.

El show continuó.

— No puedo, tengo que ir a estudiar a mi casa.

— Vamos, niño, sólo así te verás cool igual a mí...; con cara de coca— apartó el guión, ya sin poder soportarlo.

— Para mí, el ser cool es poder decir "no a las drogas"— siguió en su papel, a pesar de todo—. Ahora, si me disculpas, me voy a no tener relaciones sexuales antes ¡del matrimonio!— exclamó con su enorme sonrisa y el pecho inflado.

— ¡SÍ! ¡BELLO! ¡Bravo! ¡Bravooo!— rió entusiasta y aplaudió.

Sólo felicitó al demonio serpiente, prácticamente ignorando a Angel.

— Sir Pentius, a este ritmo, te redimirás muy pronto.

—... Oigan— todos le dieron su atención al actor—... Me voy a dormir— se dio la vuelta.

Arabane notó que lo decía con cierto tono depresivo. Se levantó, pero solamente se atrevió a despedirse.

— Buenas noches...— bajó los hombros inconscientemente.

— No te angusties tanto— Husk apareció detrás de ella—. Si él no quiere ayuda, no servirá lo que digas o hagas.

— En eso tienes razón— admitió.

— Siempre la tengo— la contraria asintió.

—... Oye. Ahora que lo noto... No hemos discutido en todo el día— cambió de tema y sonrió.

— Meh, la noche es joven. Si quieres empezamos ya.

La cordero rió y negó con la cabeza.

— La noche es joven, pero yo no. También iré a dormir— se estiró un poco mientras bostezaba—, fue una tarde bastante larga y mañana tengo que levantarme temprano para una cita.

Cadena tras cadena (Husk y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora