; WELCOME TO SCHOOL.

1.-CAP - MALAS COMPAÑÍAS.

Wally Darling era una alegre marioneta peliazul que sonreía ante las camaras con egocéntrico evidente dibujado en sus comisuras de la boca; que protagonizaba un popular programa de televisión infantil llamado "Welcome Home". Vivía en un teatro de marionetas de madera, mejor llamado por los demás del sitio "vecindario" era mas vivido bajo las camaras. de un amarillo brillante en el corazón de la ciudad con sus mejores amigos y vecinos, Todos los días, Wally esperaba con impaciencia la llegada de los niños a su show para firmar autógrafos, escuchar halagos sobre lo bien que actuaba bajo camaras. Cada uno se reunían frente al escenario para realizar su animado espectáculo lleno de canciones, bailes e ilusiones mágicas. Wally se enorgullecía de llevar alegría a la audiencia joven, se sentía querido sobre todo apreciado.

Una noche, mientras Wally se preparaba para su siguiente capítulo, escuchó una triste conversación entre su creador y un representante de la cadena de televisión. Los índices de audiencia del programa habían estado bajando y la cadena había decidido cancelar Welcome Home. Wally evidentemente no lo podía creer, de la noche a la mañana no podía haber pasado ello. Sin el espectáculo, temía que lo olvidaran y lo dejaran solo en el viejo y polvoriento escenario. La ansiedad lo consumía y caminaba de un lado a otro mientras pensamientos oscuros llenaban su mente. Welcome home tan rápido como empezó a brillar además de ser popular, ahora era cosa del pasado y el títere, que alguna vez fue vibrante, sentía que su propósito había sido arrebatado con una crueldad despiadada. ────P-pero... aún me veo lindo, soy útil aun... se que lo soy... Y-yo puedo demostrar que lo soy.──── Wally se preguntaba si todavía era adorable y relevante sin la plataforma del programa de televisión. Comenzó a cuestionar su propio valor, sintiéndose pequeño y olvidado en el vasto y silencioso teatro. Cuando cayó la noche, Wally se sentó solo en el escenario, con su colorida tela colgando flácidamente sobre su cuerpo.

Wally se sentó solo en el teatro a oscuras, no era como si pudiera hacer mas, sus lágrimas goteaban sobre el escenario de madera. Un último trabajador de camaras el cual caminaba por el lugar admiro a la pequeña marioneta de 12 manzanas sollozando tal cual niño pequeño. Rompiendo el silencio hablo ────¿Por qué sigues aquí?, pense que ustedes encontrarían un hogar, a cada uno se les aviso, tus amigos de tela acaso... ¿Acaso no te lo hicieron saber con tiempo?, las visualizaciones bajaban, no podiamos hacer mas wally.────

La declaración de ese trabajador le cayó tal cual balde de agua helada. No podía creer que sus amigos, los otros títeres del espectáculo, no le hubieran dicho la verdad. Julie, Sally, Eddie, Poppy, Frank y Howdy eran todos parte del elenco, Wally había asumido que se confesarían con él, especialmente sobre algo tan importante como la cancelación de su amado espectáculo. La traición lo lastimó profundamente y Wally se sintió completamente abandonado. ────¿Por qué no me lo dijeron?──── Se cuestionó con desesperación, sollozó Wally, agarrándose la pierna con fuerza. ────¿No les importé? ¿Se alegraron de verme sufrir?──── La mente de Wally se llenó de pensamientos dolorosos. Se preguntó si sus supuestos amigos habían estado celebrando en secreto a sus espaldas, deleitándose con el hecho de que ya no tenían que compartir el centro de atención con el lindo popular títere peliazul. La comprensión de que había estado solo en sus luchas todo el tiempo fue casi demasiado para Wally. Mientras su cuerpo temblaba de angustia, Wally rezaba para que algún día encontrara amigos que realmente se preocuparan por él y lo apoyaran en las buenas y en las malas.

Debía hacer algo antes que cayera aún más en la paranoia de la cruel soledad, La pequeña marioneta se secó las lágrimas para ponerse de pie, decidido a encontrar consuelo en un viejo amigo. Ahora que lo recordaba, alguien podría entenderlo a la perfección, alguien que había vivido exactamente lo mismo que ahora estaba sufriendo, "Addam Emotions", una marioneta amarilla de cabellos azulados como el mismo cielo puro, había sido parte del elenco original por las temporadas de halloween y festivas, sus creativas manualidades siempre traian decoraciones recicladas al show, pero fue despedido debido a diferencias creativas, al menos eso es lo que todos sabian. Wally recordó lo amable y comprensivo que siempre había sido Addam, y esperaba encontrar consuelo en su compañía. Sin dudarlo, Wally partió hacia lo desconocido, dejando atrás los confines familiares de su teatro.

Mientras caminaba, el paisaje a su alrededor cambiaba, volviéndose cada vez más sucio y deteriorado. Wally nunca había estado en un vecindario como este antes. Las aceras agrietadas, los callejones llenos de basura y los imponentes edificios de la fábrica estaban muy lejos del ambiente alegre y familiar al que estaba acostumbrado. A pesar de su creciente inquietud, Wally siguió adelante, siguiendo las instrucciones hasta la última dirección conocida de Addam, al menos hasta la ultima vez que fue visto. Esperaba que su amigo pudiera brindarle el apoyo y la tranquilidad que tan desesperadamente necesitaba en este momento difícil. Wally no sabía que las calles por las que caminaba estaban embrujadas por el espíritu vengativo de un ex titiritero descontento y que se rumoreaba que la casa de Addam era una casa de mala reputación. La inocente visión del mundo de Wally estaba a punto de hacerse añicos.

La puerta se abrió con un crujido y la figura sombría de Addam apareció frente a Wally. A pesar de la oscuridad que lo rodeaba, el rostro de Addam se iluminó con una sonrisa de bienvenida, aunque parecía forzada y poco natural. ────¡Wally, mi viejo amigo! Estaba pensando en ti, de hecho, hace meses no miraba esos lindos ojos tuyos, ¡No sabes lo emocionado que estaba!──── dijo Addam, haciendo pasar a Wally al interior. Cuando Wally entró en la habitación con poca luz, abrió los ojos horrorizado por las condiciones miserables. Había juguetes destrozados y papeles rotos esparcidos por todas partes, planes de manualidades que no se hicieron, y jamas se haran. El aire apestaba a decadencia y abandono. Los instintos de Wally le gritaban que huyera, pero su desesperación por escapar de su propio dolor lo mantuvo congelado en el lugar. Addam cerró la puerta detrás de ellos y el sonido resonó siniestramente por la pequeña choza. ────Estoy tan contento de que hayas venido aquí, Wally. Puedo decirte que algo te veo... inconforme respecto algo.──── dijo Addam, con la voz llena de falsa simpatía.

Wally dudó, inseguro de poder confiar en Addam dadas las extrañas circunstancias. Pero el atractivo de la amistad y la comodidad era demasiado fuerte, así que Wally decidió abrirse a su viejo amigo. ────Es... solo que el show cancelo, y no se exactamente que hacer...──── Le explicó con sentimientos abrumados, pero Addam había oído por casualidad la noticia de que el espectáculo había sido cancelado, tal vez no solo fue casualidad si no que simplemente estaba tan obsesionado con el show que estaba al tanto inclusive de las particulas de polvo que se acumulaban. La marioneta peliazul le expreso el como se sintió abandonado por sus compañeros títeres. Mientras Wally le abría su corazón, Addam escuchaba atentamente, con una expresión indescifrable. Cuando Wally terminó, Addam colocó una mano húmeda sobre el hombro del títere. ────Ouh... Lamento oír eso, Wally. Pero déjame contarte un secreto: este vecindario puede verse mal ahora, pero está lleno de oportunidades. ¡Podemos empezar de nuevo juntos, como en los viejos tiempos!──── Las palabras de Addam sonaban tentadoras para Wally, el aún era como un niño pequeño indefenso, se sintió atraído por la promesa de un nuevo comienzo. Se olvidó de la atmósfera inquietante y se concentró en la aparente disposición de Addam a ayudarlo.

────Vamos, Wally. Vamos a instalarte y pensaremos en nuestro próximo movimiento. ¡Tengo algunas ideas que te dejarán boquiabierto!──── Prometió Addam, sonrió y sus ojos brillaron con una intensidad inquietante, tenía todo en plan para el, todo, cada detalle, y era evidente que estaba lejos de ser dulce o amable.