Descongelándote - Tsukishima Kei x OC +18

Capítulo 16

¡Es hoy!

La preliminar contra el primer equipo.

Entrábamos al gimnasio con determinación, viendo que más personas estaban con sus uniformes.

—Creo que eran los gigantes caídos y también las aves sin alas —se escuchaba decir a alguien mientras nos acercábamos.

Nos posicionamos detrás de los chicos que hablaban, lanzándoles miradas de pocos amigos.

—Cállate, nos van a escuchar —le dijo uno al otro, notando nuestra presencia.

—¿Sin alas dijiste? —dijo Tanaka-san, acercándose con un tono amenazante.

—Anda, vámonos —intervino Daichi-san, tomando a Tanaka-san y guiándolo con nosotros.

—Él se ve mayor —se escuchó a otra persona hablando de Asahi-san.

—Ella es linda, ¿debería hablarle? —decían algunos chicos, refiriéndose a Shimizu.

—Dicen que ese tipo es buen colocador —comentaban otros, señalando a Kageyama.

Seguimos caminando, sin prestar mayor atención a lo que decían, en un entorno lleno de jugadores con distintos uniformes. Al llegar al gimnasio, nos encontramos con tres canchas de voleibol, todas ocupadas por equipos en sus calentamientos, excepto por la nuestra.

Los chicos hablaban entre ellos, intentando tranquilizar a Hinata.

—Espero que no esté tan presionado —le susurré a Shimizu.

—Al menos no está mal del estómago —respondió ella con una ligera sonrisa.

—¿Están listos? —preguntó Daichi-san, alzando la voz para llamar la atención del equipo—. Seamos los primeros en presentarnos.

Aunque no jugaba, tengo que admitir que estoy nerviosa.

Me dirigí a las gradas, mientras Shimizu se quedaba abajo con el entrenador Ukai y el profesor Takeda, ya que solo podia haber una manager en la cancha.

Subí las escaleras y me quedé en el lugar que es del Karasuno.

Despliego la tela, asegurándome de que estuviera bien visible.

—Vamos, Karasuno —murmuré para mí misma, sintiendo cómo la adrenalina comenzaba a correr por mis venas.

Daichi-san aprieta la mano del otro capitán del Tokonami y comienza el partido.

Logramos el primer punto gracias a Tanaka-san, quien gritó de emoción y levantó los brazos en celebración. Minutos después, Asahi-san anotó otro punto, manteniendo el impulso del equipo. El partido avanzaba y nuestro equipo continuaba sumando puntos con determinación, logrando ganar el primer set.

—¡Sí! —grité mientras saltaba de alegría.

Desde mi posición en las gradas, observé cómo los chicos se dirigían a la línea lateral para tomar agua y planear la siguiente jugada con el entrenador Ukai.

El sonido del silbato marcó el comienzo del segundo set. Karasuno empezó con una ventaja de cinco puntos sobre Tokonami.

Aprovechaba de anotar en mi agenda las jugadas de nuestro equipo.

El marcador seguía avanzando a nuestro favor, y los gritos de aliento y aplausos llenaban el gimnasio.

Finalmente, ganamos el segundo set, asegurando nuestro paso a la siguiente ronda.

—¡Lo logramos! —exclamé, el entusiasmo burbujeando dentro de mí.

Bajé corriendo para ir a ver a los chicos, quienes estaban saliendo del gimnasio, todos sudados pero con una sonrisa en sus rostros, bueno, en su mayoría.