Capítulo 43 (+18)

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(TW:+18)


Una vez en el almacén comencé a hacer ejercicios de respiración y contar hasta una infinidad de números para calmarme.

Organicé algunos suministros para despejar mi mente, hasta que Tsukishima entró sin previo aviso.

Mi corazón dio un salto, y aunque traté de concentrarme en mi tarea, no podía evitar pensar en lo que había pasado con Karin.

—¿Y Karin? —pregunté impulsivamente sintiendo la irritación en mi voz.

—¿Qué pasa con Karin? —respondió Tsukishima, su tono indiferente.

—Nada, olvídalo —dije, tratando de ocultar mi rabia.

Me alejé para mirar una caja que necesitaba reorganizar, pero sentí su mirada fija en mí. La tensión en el aire se volvía cada vez más palpable.

Finalmente, Tsukishima se dio cuenta de mi malestar.

—No me digas que estuviste escuchando nuestra conversación —dijo, con un tono que mezclaba sorpresa y burla.

Me quedé en silencio, mi mente enredada en las palabras que no podía articular.

—Vaya, Himari, no te veía como el tipo de persona que espiaba conversaciones ajenas —comentó él.

—Cállate, Tsukishima —le respondí, mi voz temblando de frustración.

—¿Qué? —preguntó, fingiendo sorpresa.

Lancé un bufido y le di la espalda, mientras continuaba con mi tarea.

—¿En serio, Himari? —su voz, ahora más inquisitiva, se hizo presente.

El silencio volvió a envolvernos por un momento, hasta que él interrumpió con una risa.

—¿Acaso estás celosa, Himari? —preguntó, con un tono burlón y una sonrisa que podía sentir sin siquiera mirarlo.

El silencio era mi única respuesta. 

Mi corazón latía con fuerza, y podía sentir cómo su sonrisa se ampliaba ante mi reacción.

—Oh, así que eres celosa —continuó, disfrutando claramente de la situación. Su risa era una mezcla de diversión y malicia, y yo estaba atrapada entre la indignación, el deseo de desaparecer y de golpearlo.

—No me conoces, Tsukishima —dije, con una voz que apenas lograba contener la furia y la frustración que bullían en mi interior.

Sentí su presencia acercándose, el calor de su cuerpo invadiendo mi espacio personal. 

Se detuvo justo detrás de mí, y su aliento rozó mi oído antes de susurrar:

—¿Segura que no te conozco? —Su tono era una caricia peligrosa, cada palabra cargada de esa confianza irritante que me hacía querer gritar y, al mismo tiempo, sucumbir.

El roce de su pecho contra mi espalda me paralizó. Todo en mí se congeló y prendió fuego al mismo tiempo. Mi mente gritaba que lo apartara, que no le diera la satisfacción de verme sucumbir, pero mi cuerpo... mi cuerpo tenía otros planes.

Antes de que pudiera pensar, su boca comenzó a trazar un camino de besos húmedos y provocativos por mi cuello. Cada beso era una chispa que avivaba las llamas de mi deseo, recordándome al mismo tiempo lo mucho que lo odiaba en ese momento. Cerré los ojos, luchando por mantener el control, pero la sensación de sus labios en mi piel me estaba volviendo loca.

Finalmente, no pude más. 

Me giré bruscamente para enfrentarlo, la furia aún burbujeaba dentro de mí, pero el deseo ya me estaba dominando. Lo miré directamente a los ojos, desafiándolo. Su mirada, brillante y oscura, estaba llena de un deseo tan palpable que casi me hizo perder la compostura.

Descongelándote - Tsukishima Kei x OC +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora