« Oda a la Esperanza »

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Oda a la Esperanza

En el alba dorada, cuando el sol despierta, 
surge un susurro que el alma interpreta. 
Es la esperanza, suave y brillante, 
un faro en la niebla, un canto constante.

Bajo cielos grises, donde llueve el dolor, 
ella se asoma, un rayo de amor. 
Con su manto de sueños, abrigando el frío, 
teje los hilos de un futuro ansiado y mío.

A través de tormentas y vientos fieros, 
la esperanza florece en corazones sinceros. 
Es un árbol robusto que nunca se quiebra, 
sus raíces profundas la vida celebra.

En los ojos cerrados de quienes han caído, 
brillan destellos de un mundo querido. 
Espejos del alma, reflejos de anhelos, 
la esperanza resplandece en sus más oscuros cielos.

Cuando el camino es largo y la meta lejana, 
ella se convierte en la luz que no engaña. 
Un suspiro en la brisa, un canto en el aire, 
la promesa de un mañana que nunca se pare.

En cada lágrima vertida por la tristeza, 
la esperanza renace con firmeza. 
Es el eco de risas que aún no han sonado, 
el abrazo sincero que nunca ha faltado.

Las estrellas titilan en la noche callada, 
y entre sombras danzan con danza alborozada. 
Cada destello recuerda un deseo profundo, 
que en el fondo del ser guarda el sueño fecundo.

Oh esperanza divina, guía de los perdidos, 
en tus brazos llevas a todos los heridos. 
Eres faro y refugio en la noche oscura, 
la voz del futuro que siempre asegura.

Cuando el miedo acecha y la duda se cierne, 
tu luz nos envuelve, tu fuerza nos muerde. 
Eres el canto de un ave en la mañana, 
un rayo de sol que jamás se apana.

Así en la lucha, en la senda incierta, 
la esperanza es faro que siempre despierta. 
Nos enseña a creer en lo que está por venir, 
a abrazar cada paso y nunca desistir.

En los corazones donde habita el amor, 
la esperanza florece como un bello clamor. 
Es un puente eterno que une las almas, 
un viaje sin fin hacia nuevas palmas.

Así que levanta la mirada al cielo, 
deja que la esperanza te envuelva en su vuelo. 
Que cada día sea un nuevo comienzo, 
y en cada latido resuene su intenso.

Oh esperanza inmensa, luz de mi sendero, 
te llevo conmigo en mi andar sincero. 
Eres canto y susurro, promesa vivida, 
mi faro en la vida, mi eterna salida.

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