𝖱𝗂𝖻𝖻𝗈𝗇

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Para la mañana siguiente las cosas parecían normal o por lo menos para Sunghoon, trataba de no pensar que tenía un niño loco viviendo bajo su techo

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Para la mañana siguiente las cosas parecían normal o por lo menos para Sunghoon, trataba de no pensar que tenía un niño loco viviendo bajo su techo.

Era temprano así que el desayuno ya estaba servido sobre la mesa, el platinado estaba a punto de disgustar de su desayuno pero recordó que ayer durante el resto del día el niño no había salido de su habitación y por supuesto tampoco habia comido nada.

A regañadientes de su buena conciencia Sunghoon se levantó del comedor y subió a la segunda planta yendo al cuarto del menor tocando un par de veces.

A lo mejor todavía seguía dormido puesto que casi eran las siete de la mañana pero para el mayor era prioridad despertar temprano así que volvió a tocar la puerta esta vez un poco más fuerte hasta que el menor abrió.

—— ¿Que? — pregunto el rubio asomándo la cabeza por el pequeño espacio que había abierto en la puerta.

Tenía el cabello revuelto y la cara algo inchada por lo que Park suponía que acababa de levantarse y debía admitir que se veía algo tierno en ese estado.

—— Buenos días para ti también — saludo el mayor dedicándole una pequeña sonrisa al menor el cual parecía sin reacciónar — El desayuno esta servido, para que bajes a comer.

—— No tengo hambre — negó el menor dispuesto a cerrar la puerta de nuevo hasta que el más alto poso su mano en esta evitando que la cerrará.

—— No te pregunte niño, ayer no comiste nada por estar encerrado aquí así que baja a comer que luego te sentirás mal por tener el estómago vacío.

Ordenó el cenizo con algo de seriedad esperando que así el menor le hiciera caso y este solo suspiro pesado pasando una mano por su rostro cansado.

—— Ya bajo — asintió el rubio cerrando la puerta y con eso a Sunghoon le bastó para bajar denuevo hasta la cocina sirviéndole algo de comida.

No sabía sobre los gustos del niño o si le gustara algo de que el platinado había echo de comer pero tampoco se esmeraría en complacerlo, ni siquiera tenía por que si quiera pensarlo.

—— Buenos días — saludo esta vez el menor entrando al comedor con un evidente cansancio reflejado.

—— ¿Sigues con la misma ropa de ayer? — pregunto Sunghoon en cuanto vio que el rubio efectivamente seguía usando la ropa que ayer le había colocado mientras dormía.

—— No tengo más ropa y no se donde dejaste lo que tenía puesto la otra noche — negó ni-ki mientras tomaba asiento en una de las sillas del comedor.

—— Me hubieras dicho y te hubiera prestado ropa, te quedaría algo grande pero te serviría — surgirio el mayor mientras le entregaba su plato de comida y se sentaba en su lugar anterior para seguir desayunando.

𝓢. 𝗄𝗂𝗇𝗌. ٭ 𝓢. 𝗎𝗇𝗀𝗄𝗂, 𝓗. 𝗈𝗈𝗇𝗄𝗂. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora