El regreso

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Su madre se puso en pareja con un hombre llamado Daniel.

El realmente creía que las cosas iban bien. Es decir, no se mete en la vida amorosa de su madre porque tiene cosas más interesantes que hacer, pero si estaba feliz por ella y toda esa mierda.
Claro, hasta que Sam le contó que el hombre se puso tan violento un día con Jessie que le dejo unos cuantos golpes marcados. Le informó a Deanna inmediatamente esperando que ella lo solucione, ya que era su unico trabajo.

El hombre era enfermero y al ser más especializado que Denisse fue descartado de ser desterrado.

Pero el no era un chico fácil, A lo largo de su vida su madre sufrió tantas cosas, hombres así que no valoran y se creen los reyes del mundo.

Le que estaba por hacer, lo iba a endeudar con los Grimes, de por vida.

Su vergüenza se hizo mayor una vez que se encontraba fuera del porche de la casa cuándo esperaba a Rick, se sorprendió cuándo otro sujeto, muy parecido abrió la puerta con un aspecto sorprendido e inmediatamente la cerró.

bufó en su lugar atreviéndose a tocar la puerta, con la total idea de que Carl seguía apoyado atrás de ésta.

—Quiero hablar con Rick, déjame pasar.

La puerta nuevamente se abrió dejando mostrar a un chico con la mejillas rojas mirando al suelo, con sumisión. Apartó la mirada tratando de que la belleza del contrario no arruine un poquito más su corazón.

—¿De qué?

—No te debería de importar—. Respondió seco aún cuándo por dentro se sentía muerto sin él.

El hombre más grande, quién inicialmente se encontraba buscando apareció atrás de la puerta haciendo a un lado al menor.

—Hola ron, ¿Qué se te ofrece?

—Quería hablar, pedir un favor más que nada, en privado.

Rick asintió y lo condujo hasta el living de la familia. Le explicó la situación, cómo le rogaba para que salvé a su madre debido a la cercanía entre ellos y que no quería ver mal a su madre, no quería que muera, casi se desmorona en frente del gran hombre que demostro mucho a su comunidad.

Rick aceptó.

Antes de que se vaya, antes de pasar por la puerta una mano sostuvo firme su muñeca, conocía el tacto, que extrañaba hace tantos días, se dispuso a darse vuelta.

—¿P-podemos hablar?— Le preguntó con una mirada cristalina, se le rompía el corazón saber que era por él, aúnque no tenía la culpa.

No dijo nada, se dejo llevar hasta la habitación de Carl mientras era depositado en su cama, él se sentó al lado suyo, con ojos frágiles y el cuerpo temblando bajo la duda.

Y vuelve su mente a esa mañana.

Cuándo estira sus piernas, abre sus ojos claros buscando a Carl porque siente su lado de la cama tan frío, que eso lo motiva a buscar con la mirada y sentarse de golpe.

Después del beso inesperado pero deseado entre ellos, se acostaron con las piernas enrolladas y sus labios picando cada segundo para conseguir las bocas del otro, que recorren toda la noche juntos cómo una simple brisa. Sus besos hacen que sus labios queden rojos e hinchados luego de tantas sesiones.

Y se desperto, sólo.

Buscó a Carl por tantas partes de su casa, pero entendió todo tan rápido que le dieron ganas de vómitar, probablemente lo hizo y no lo recuerda.
Luego de lo que fueron pocos días se lo cruzó en las calles, evitandolo como si no existiera, como si no estuviera allí, esperando a por él. Además, en el corto tiempo se hizo tan cercano a Enid que le daban náuseas.

Infinity • RarlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora