Me encuentro sentada en una de las mesas de la biblioteca de la plata de arriba. Mi primera opción al salir de clases, fue dirigirme a la biblioteca de la planta baja que visualicé el primer día al llegar aquí. Pero al entrar, vi a tantas personas juntas, algunas de ellas comiendo o hablando y otras intentando preguntarle dudas a la secretaria que se encontraba en una situación bastante agobiante, que el bullicio y la aglomeración de gente, me hizo cambiar de opción. Así que no dudé en preguntarle a Leire.
–Hola Leire, ¿qué tal?-dije un poco agobiada
–Hola Elena, muy bien y ¿tú?Al ver que no contestaba, me inspecciono y dedujo lo que me ocurría
–Supongo, que te has agobiado por la aglomeración de gente que hay en esta biblioteca, ¿verdad?
Asentí con la cabeza, mientras sacaba de mi bolso una botella pequeña de agua y me la llevaba a los labios.
–Entiendo que lo de tu claustrofobia debe de ser jodido, pero si te digo una cosa, a mí tampoco me gusta esta biblioteca. Margaret siempre está súper agobiada y la pobre no sabe cómo decirle a estos estudiantes con hormonas revolucionadas, que mantengan su bonita boca cerrada.
Margaret, debía de ser la secretaria de la biblioteca. Por lo poco que la había visto deduzco que tiene unos 25 años de edad. Su pelo es corto, pelirrojo y con unos rizos muy definidos, sus ojos son de color verde esmeralda y tiene unas cuantas pecas en su rostro. Tiene un estilo bastante peculiar. En sus orejas, pude observar como colgaban varios estilos de pendientes bastantes elegantes y sencillos, al igual que sus dedos eran decorados por varios anillos de oro con un diseño para mí, nunca antes visto. En su muñeca derecha llevaba puesto un pequeño reloj dorado y en la otra varias pulseras del mismo color, sencilla y con alguna piedrecita del mismo color que sus ojos. Por último en su cuello, colgaba un bonito collar en forma de trébol de cuatro hojas. Si mi madre viera su ropa, diría que es hortera y vieja, pero la verdad, es que tiene un estilo moderno. Va vestida con un top de manga corta beige y una falda larga de tela fina (como la de un pañuelo para el cuello) de color verde, que deja al descubierto un poco de su pierna. Por último lleva unas cuñas (sandalias de tacón) que se atan hasta un poco más abajo de las rodillas.
Sin embargo, Leire es todo lo contrario. Ella tiene unos rasgos más asiáticos. Su pelo es largo y lacio, de un color marrón oscuro en el cual hay algunas mechas de un marrón más claro. Sus ojos son más alargados, pero igualmente son grandes y de color caramelo, que se ven muy bien gracias a que no tiene las pestañas demasiado largas. Va vestida con una camiseta ancha oversize blanca, unas mallas cortas negras y unas converse gris. No lleva ningún pendiente, collar o pulsera, pero siempre lleva puestas sus gafas de sol encima de la cabeza. Al igual que Margaret, tendrá unos 25 años.
–Debe de ser una mierda tener que estar todos los días ahí encerrada soportando a gente así-dije mientras guardaba la botella en el bolso y me acercaba más a Leire.
–Totalmente, yo le digo muchas veces que le diga a nuestro jefe que le cambie el turno de horario.
–¿Es que por la tarde no viene gente?-pregunté curiosa
–Si viene gente, lo que pasa es que es otro tipo de ambiente. Todos ellos se centran en lo que están haciendo y en todas las horas de la tarde se puede contemplar un agradable silencio. Por eso Nordan, su compañero que turna por las tardes, está siempre super agusto.
–¿Y Nordan nunca le ha dicho a Margaret de cambiarle el turno? ¿O de ayudarla?Leire puso cara de cansancio ante mi pregunta
–Si, si se lo ha dicho, y muchas veces. Pero Morgan es demasiado buena, y se niega a que otra persona lo pasé mal por su culpa.
–¿Por su culpa?
–Si, piensa que es mala en su trabajo porque no sabe controlar la situación y cree que nadie debería de soportar lo que ella hace. Lo que no ve, es el esfuerzo y dedicación que le está dedicado a estar todas las mañanas ahí encerrada y rodeada de mocosos insoportables que no saben guardar el respeto. Nordan y yo, no sabemos cómo no ha mandado aún a la mierda a nuestro jefe.
–Se vé, que le tienes mucho aprecioLeire me miró y en sus ojos pude detectar un ápice de tristeza.
–Si, la verdad es que le tengo mucho aprecio, por eso hay veces que aunque se enfade conmigo, voy a ayudarle.
–Eso es muy buenoAnte un pequeño silencio, se me olvidó el por qué estaba allí, así que no dudé en preguntarle rápidamente mi duda.
–Cambiando y desviando el tema, ¿Sabes si hay otra biblioteca?
–A mucha gente no se lo digo, porque creo que no se lo merece -dijo, luego me repasó de arriba a abajo y esbozó una sonrisa- pero tú eres una de las pocas personas de aquí que me caes bien, así que creo que te mereces que te responda.Le sonreí ante el cumplido que me dijo, normalmente no me suelen decir que soy alguien que se merece cosas buenas.
–En la última planta, hay una biblioteca demasiado lujosa, que solo suele ir, la gente que de verdad quiere estudiar y sobre todo la gente que tiene dinero. La primera vez no tienes que pagar.
–¿No es gratis?-pregunté asustada, ¿de donde iba a sacar dinero para pagar todos los días?
–Ey, tranquila. Si es gratis, lo que pasa es que en esa biblioteca no hay secretarios, solamente los estudiantes. La segunda vez que entras, dejas una cantidad de dinero y posteriormente al registrarte, se te admite como una persona responsable que no necesita estar bajo la vigilancia de nadie para cumplir las normas, además, ese dinero que dejas, te permite llevarte todos los libros que quieras, cuando quieras y el tiempo que quieras y podrás devolverlos el día que decidas recoger el dinero que en un principio ofreciste. Por otro lado, puedes estar a la disposición de todo lo que ofrece la biblioteca y en cierto punto, si tus profesores se enteran de que trabajas allí, pueden llegar a subirte las calificaciones.Puedes entrar incluso por la noche ¿te renta, eh?
–Madremia, no me lo esperaba. Pues muchas gracias Leire, voy a subir a la privilegiada biblioteca.Leire se rió por lo bajo lo que me sacó una risita a mi también.
–Prometo guardarte tú secreto-dije guiñandole un ojo mientras me dirigía hacia las escaleras.
–¡Eso espero!Me levanto de la silla, porque me duelen los ojos de tener la vista fijada en el ordenador, los papeles y libros que tengo esparcidos por la mesa. Como quiero descansar un rato, decido dar un paseo para observar que hay en la biblioteca. La verdad es que tiene un estilo bastante rustico y antiguo (al estilo romano y griego), las estanterías son preciosas, son de color marrón y algunas están decoradas por hojas verdes y luces led amarillas que les dan un toque más ameno e interesante a los libros que hay colocadas en ellas. Las mesas son de mármol y cristal y las sillas son como los sofás que hay al final de la sala, marrones con los cojines en forma de trébol, además son suaves y cómodos. Para diferenciar los temas de los libros, sus estanterías están decoradas con su temática. Por ejemplo, yo he estado en la de biología. En la parte de animales marinos he encontrado maquetas pequeñas de mantas rayas, tiburones, peces… pegadas en la biblioteca como si fueran una pequeña representación. En la de anatomía humana, tranquilos, no había huesos de por medio, solo dibujos de partes del cuerpo. En las estanterías de libros de Literatura, Romance, Historia, Acción…ya os podéis imaginar que hay y como son. Pero la que más me gusta es la estantería de música. Hay numerosos libros de músicos súper famosos como Vivaldi, Bethooven, Mozart … y la historia de cómo llegaron a la música cada uno de ellos. También hay libros de óperas, conciertos, codas, canciones compuestas por ellos. Y para la gente que no le gusta la música clásica, hay canciones y partituras de música más moderna. ¿Alguien me explica lo fantástica que es esta pedazo biblioteca? .
Ya estaba llegando al final de la biblioteca, a mí derecha hay una pequeña mesa con una cafetera y varias cosas para comer y al lado de ella un frigorífico con refrescos y agua. Por último, a mí derecha se encontraban los servicios.
En resumen, ya se porque solo unos pocos se quedan aquí.
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Un Irresistible Error
RomanceElena Hernández, una adolescente de 18 años, de estatura media, pelo largo castaño y ojos pardos viaja hacia Alemania para entrar en la universidad de sus sueños, Looverhoke. En ella espera vivir, unas experiencias inolvidables y únicas. Sin embargo...