Besitos.

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Tres semanas habían pasado desde lo sucedido. Donde hubo besos por acá y besos por allá.

Lo más difícil era abstenerse de besarse en público. ¿Yeonjun? El pelinegro la pasaba de lo mejor, todos esos días fueron los mejores de su vida. No había día que ambos no se besaron. Picos, mordidas y uno que otro beso profundo fue lo que le llevó al cielo.

Pero había algo, todo se estaba volviendo algo normal en ambos que sentía que se estaba aprovechándo de la curiosidad del castaño. Estaba mal y la culpa le estaba carcomiendo la cabeza.

Así que desde anoche, tomó una decisión y aunque fuera dolorosa para él, debía hablar con él y terminar eso. Antes de que sea demasiado tarde para salvar su relación. No quería, claramente no. Pues fue su Ángel quien le había pedido con esos ojitos el que siguieran con eso.

Estaba tan ilusionado con la idea y él lo aceptó por eso. Pero no podía más. Al menos por su parte estaba sufriendo. Era doloroso para su corazón abstenerse a querer más. Su cuerpo y mente querían más, no era suficiente para saciar su inmenso deseo por el chico.

Era mejor terminar con eso, antes de que haga algo que a Beomgyu no le guste y arruine su amistad. No quería perder al chico.

Sí aún podía salvarse al menos.

Suspiro, escuchando la puerta de su departamento ser abierta.

--- Hola hyung. -- llegó el castaño a su departamento acercándose a dejarle un suave pico en sus labios.

Como decía, normalizado.

--- Hola Beomie. -- le sonrió bonito. --- ¿Qué tal estuvo tu cita médica?

--- Cansado. -- se sentó a su lado en el sofá. --- Eran muchos exámenes... -- tomó el brazo de su hyung y sin pena lo paso por su hombro. --- ¿Y usted? ¿Qué tal su día sin mi en clases? -- Beom le observó con sus mejillas rosas dándole ese aspecto adorable que tanto amaba. --- ¿Me extrañó?

El pelinegro trago con dificultad porque en serio, se estaba conteniendo de no comérselo a besos.

--- Aburrido ángel, no hubo nada bueno... Y sí te extrañé... -- sin poder más se acercó a él a besarle su mejilla.

El menor sonrió por el suave tacto.

--- Yo también lo extrañé. -- estiro sus labios haciendo un piquito pidiéndole un beso a su hyung.

Este sonrió y se acercó a complacerle. Presiono sus labios juntos y escuchando el suspiro suave del castaño, le motivo a profundizarlo. Cerró sus ojos y con su mano libre, la puso en su mejilla para acercar más al chico e inclinarlo. Sintió al castaño abrir su boca, dándole permiso para que su lengua entrará. Cálido y húmedo era el beso que se entregaron, disfrutando de cada segundo que pasaba.

Inconscientemente bajo su mano por el cuello del castaño, paso por su pecho y llegó hasta su cintura. Terminó bajando hasta uno de sus muslos y apretó queriendo más. Salió de sus pensamientos cuando sintió y escuchó el gemido de sorpresa que soltó el menor, se separó de golpe.

--- L-lo siento. -- observó el rostro más que sonrojado del castaño. Se avergonzó.

--- N-no hay porque hyung. -- se acercó de nuevo al rostro del mayor. Viéndole confundido cuando este se alejó. --- ¿Qué pasa?

Yeonjun suspiró y se terminó alejando del chico. Se arrecosto al sofá tirando su cabeza hacía atrás tapándose la cara.

--- Beomie... tenemos que hablar. -- dijo nervioso.

--- ¿De qué hyung? -- preguntó un poco confundido el castaño.

De pronto el chico se sintió ansioso y esperó a que su mayor hablará.

Dibujos | YeonGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora