Mi elección eres tú [Dazatsu week 2024]

Cafetería

Cada tarde, después del trabajo, Dazai frecuentaba una pequeña cafetería. Tan cálida, que siempre que podía se la pasaba ahí.

Aunque el olor del café y los ricos postres no eran lo único que atraían a Dazai.

En la barra, batiendo una malteada, se encontraba la verdadera razón de su visita.

-Atsushi-kun~. Buenos días~.

-Buenos días, Dazai-san ¿Qué tal va su mañana?

-Muy agradable, más ahora que te puedo ver.

Las mejillas pálidas inmediatamente adquirieron un tono rosado. Atsushi cerró la boca tratando de calmar a su corazón.

Ya llevaba tiempo de conocer a Dazai, y siempre aprovechaba la oportunidad de coquetearle descaradamente.

Le agradaban sus visitas, aunque siempre lograra ponerlo nervioso y rojo cuál tomate.

-¿Hoy saldrás más temprano?

-Si, todos los viernes salgo a las cuatro.

Los ojos de chocolate brillaron, con una pequeña chispa de diversión que Atsushi no pasó por alto.

-¿Qué te parece si te invito a cenar más tarde?

Atsushi dejó lo que estaba haciendo para verlo con atención. Sus cejas blancas se levantaron de forma automática y sus labios hicieron una "o".

Desde hace meses Dazai siempre trataba, de cualquier manera, de poder tener más contacto con Atsushi. Ya sea invitándolo a comer o a dar un paseo pequeño por el parque o la playa.

A veces -la mayoría del tiempo- no podía, por el trabajo y los estudios. Ya estaba a nada de terminar la carrera y casi no tenía tiempo para nada más que estudiar y trabajar.

Pero hoy tenía el día prácticamente libre, y Dazai notó como el menor se mordía el labio inferior, debatiendo consigo mismo.

-Puedo ir por ti a tu casa y dejarte. No es problema para mí.

Dazai era demasiado atento y amable con él, a pesar de las alegaciones extrañas hacia su persona. Pero Dazai siempre había demostrado ser muy lindo con él.

-E...está bien.

Sonriendo en grande, Dazai tomó la mano libre de Atsushi, acariciando su dorso y regalándole su mejor sonrisa. Le guiñó un ojo sabiendo que eso haría sonrojar a Nakajima.

-¡Dazai, deja de coquetear con nuestro empleado!

-Pero Kunikida-kun. Quiero tener un momento con él.

-La demás gente espera a que la atiendan. Si no tienes nada mejor que hacer, vete de una vez.

Sabiendo que su momento había llegado, Dazai miró anhelante a Atsushi, quien volvió a sonrojarse apenado.

-Te veré pronto. Por fortuna vivimos cerca -le guiñó el ojo por última vez antes de levantarse, besó el dorso de Atsushi y se alejó.

-Nos vemos, Dazai-san. Gracias por venir.

El corazón de Dazai golpeó con fuerza en su pecho. Le lanzó un beso al aire y se fue.

Atsushi se quedó viendo la salida en donde Dazai se había ido, embobado, no se había dado cuenta de cuántas veces había estado secando una taza hasta que Kunikida se la quitó.

-Dios, se nota que estás perdido.

-Lo siento.

Kunikida solo suspiró, revolvió los cabellos de Atsushi y se acomodó los lentes.