1. La aparición y un Goya

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Juanjo podía sentir la sangre bombear en sus oídos mientras cerraba los ojos tratando de concentrarse en su respiración.

Seis meses sin pisar un escenario tampoco es para tanto si no fuese por su obligada retirada a causa de un escándalo. Tal vez con un poco más de tiempo, un escenario más pequeño y con menos público tendría la fuerza suficiente para salir.

Él estaba acostumbrado a que le observasen desde pequeño podía recordar como daba miniconciertos a cualquier habitante de su pueblo, sin embargo, esto no significaba que estuviese acostumbrado a las malas críticas. De solo pensar que iba a tener miles de ojos analizando su actuación le daba un retortijón en su estómago.

Aún así sabía que lo peor no eran los centenares de ojos de actores, actrices, modelos o telespectadores; había unos ojos oscuros que no se podía sacar de su cabeza. Violeta Hódar no había dudado un solo segundo en poner a Juanjo contra las cuerdas con un artículo que lo llevó
llevó a vivir como un ermitaño durante seis meses. Sus palabras escritas habían sido puñales en su corazón y en su carrera.

Trato de silenciar su cabeza por enésima vez. El artículo ya se publicó, revolucionó y acabó con él; no importaba si Violeta se encontraba entre los periodistas invitados o no al fin y al cabo todo el "mundillo" televisivo iba a estar pendiente de sus movimientos.

-Juanjo sales en dos minutos. - la técnico de sonido le dió una palmadita en su hombro para sacarle de su ensoñación.

- Enseguida voy, no te preocupes - Abrió sus ojos y volvió a respirar con lentitud para calmar su acelerado corazón mientras se colocaba ambos in ears, con la esperanza de que estos pudiesen aplacar el ruido del escenario.

Juanjo caminó hasta colocarse en el punto de salida, desde su posición pudo observar un ajetreo de personal alrededor de uno de los actores sentados en primera fila. No pudo evitar mirar con curiosidad al chico con bigote que parecía reírse con uno de los trabajadores. Tenía las mejillas sonrojadas y una sonrisa burlesca de la cual dedujo que su estado era fruto del alcohol, tal vez por las copas tomadas entre actuaciones musicales como la de Juanjo. Era imposible no fijarse en él, no porque estuviese armando demasiado jaleo, la magnitud de sus movimientos hizo que Juanjo no pudiese apartar la mirada de encima. La forma en la que el chico se acercaba con confianza a los trabajadores con una de sus mejores sonrisas y el traje se amoldaba a sus movimientos era digno de ver.

De pronto una chica de pelo corto tocó el hombro del chico provocando que la mirada de este se endulzase y  colocará una mano encima de su cintura, a la vez que la chica le susurraba al oído algo que parecía disminuir su estado de euforia.

Juanjo decidió apartar la vista de una escena que parecía íntima y que no debía ser observada por extraños. Al fin y al cabo la curiosidad era un pecado del cual no quería descubrir su sabor.

-Y ahora con todos ustedes, os dejamos con una actuación especial. Nuestro querido y carismático zagal vuelve a subirse al escenario. Nada más y nada menos que al plató de los Goya. Con todos ustedes ¡Juanjo Bona!

Esa era su señal, Juanjo comenzó a caminar con una seguridad fingida hasta el pie de micro. Trató de mirar a la cámara sin fijarse en los rostros que le observaban a él, pero su mente le traicionó desviando la mirada al actor el cual entrelazaba su mano con aquella chica, desde luego parecía mucho más sereno que en instantes anteriores pero nada había conseguido borrar aquella sonrisa que trataba de reprimir apretando los labios. Juanjo tuvo que hacer un esfuerzo mental para volver a concentrarse y gracias a esa pequeña distracción se olvidó de sus inseguridades por un momento.

La música comenzó a sonar creando una burbuja sonora a su alrededor. Su voz pareció salir de forma automática de su cuerpo dando paso a la canción. Se sentía como en Magallón, la música le hacía sentir como en casa. Era una sensación conocida debido a su popularidad que le permitió cantar en sitios espectaculares, donde cualquier cantante soñaba desde pequeño alcanzar en algún momento.

A contracorriente (Kivimajo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora