Capítulo 7- Guerra fría

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La actriz ingresó a la enorme mansión con su bolso y una sonrisa. Estaba muy feliz de poder pasar un tiempo en casa de Freen, incluso si esta la odiaba. Prefería eso a tener que mentirle a Natasit. Su sonrisa se borró al encontrarse con la pareja feliz jugando a las cosquillas en la sala de estar.

"Hola, ¿dónde puedo colocar mis cosas?" preguntó y fue ignorada por los otros dos. Dejó el bolso en el piso y se tiró agotada en el sofá. En ese instante, su teléfono sonó. Era Richie.

"Creo que no fue una buena idea. Ella me odia, aparte está el cabeza de aire con ella."

"Trish, a esa chica no le gusta Seng, no ama a Seng. Háganse amigas, acércate, sean amigas."

"Tengo que averiguar por qué me odia tanto."

Mientras Rebecca seguía al teléfono, Seng y Freen se acercaron a ella.

"Vamos, hay que despedir a Seng. Apresúrate, Seng se va y tenemos que actuar como la feliz pareja."

Se aproximaron a la entrada de la casona; a lo lejos se veía a los falsos periodistas que Saint había mandado. Seng despidió a Freen con una sonrisa y luego estrechó la mano de Rebecca, apretándola tan fuerte que esta estuvo a punto de darle una paliza.

"Bésame" dijo Freen entre dientes mientras sonreía y saludaba a las cámaras. "Bésame" repitió. Rebecca no dudó en tomarla de la cintura y unir sus labios; quiso profundizar el beso, lo cual sorprendió a Freen, quien se apartó.

"O tú abres la boca y yo la cierro, o yo la abro y tú la cierras. Pero no me chupes la cara, Rebecca Armstrong" dijo la periodista molesta, observando cómo la actriz intentaba no reír.

"Acepté la estúpida idea de que estés aquí, pero tendremos que dejar puntos en claro. Dentro de estas cuatro paredes mando yo. Son mis reglas."

Rebecca la miraba, mientras se preguntaba cómo un ser tan perfecto podía existir en el planeta tierra. Todo en Freen era perfecto; sabía que debajo de su actitud altanera se escondía alguien a quien habían roto el corazón. La otra mujer continuaba hablando, pero la actriz no había escuchado nada de lo que dijo, creyendo que era algo sobre dividir espacios en la casa.

"¿Ha quedado claro?"

"S-Sí, fuerte y claro."

"No entiendo qué te causa gracia. ¿Por qué sonríes como una tonta? ¿Te estás burlando de mí? ¿Verdad?"

"No, Freen. No podría. Entonces, ¿me repites mis espacios? ¿Cuál es nuestra habitación?"

"¿Nuestra?"

Freen cerró la puerta de la habitación en su cara y se mantuvo ahí toda la tarde. Rebecca se acomodó en el sofá; había habitaciones, pero no quería inmiscuirse en la casa de la periodista sin permiso, más de lo que ya había hecho.

Rebecca trató de mantenerse al margen de la guerra fría que Freen había armado. La periodista había dividido la casa en partes muy desiguales, quedando la cocina, un lugar de suma importancia, en su lado de la casa.

"Alto, estás en mi zona de la casa."

"Creo que la cocina debería ser un territorio neutral, como para poder hacerme un café."

"Sí, pero no lo es. Lamentablemente no lo es. Es mi zona, así que fuera."

Rebecca resopló y se dirigió al sofá; esa sí era su zona, así que no habría problemas. Más tarde, Freen encendió la televisión, subiendo el volumen todo lo que pudo para poder oír desde su zona. Colocó frutas y un café en la mesa y disfrutó viendo cómo la actriz intentaba tapar sus oídos con un almohadón.

Más Allá del Éxito FreenBeckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora