Aquella pregunta tomo por sorpresa al mayor. De donde sacaba tales cosas, acaso había sido demasiado apegado a ese idiota como para que pensara de esa forma.
Leo: claro que no –respondió algo molesto-
Donnie: n-no te enojes –un poco asustado por la reacción de su hermano-
Leo: -suspira relajándose- no me gusta, ni siquiera me parece atractivo
Donnie: ah, es que como siempre estas apegado a él, pues creímos que te gustaba o algo por el estilo
Leo: jaja, claro que no, solo estoy tratando de llevarme bien con el –sonríe-
Donnie: oh, lo siento –acostándose-
Leo: porque tan curioso –suave le acaricia la mejilla-
Donnie: -sonrojándose- e-es que... -un poco nervioso- tú me gustas –susurra algo bajo-
Leo: qué? –sorprendido-
Donnie: -se sienta y lo mira- me gustas Leo y quiero que seas mi novio –serio-
Leonardo lo miro sin creérselo, aunque tampoco le importaba, solo quería seguir su plan y si este intervenía, no tenia de otra que apartarlo, aunque por esa noche quizás podría desahogarse, sonriendo se acercó y lo beso. Donatello correspondió feliz, pero había algo raro en ese beso, por lo cual lo aparto.
Donnie: Leo, sientes algo por mí o solo quieres un acoston?
Leo: tú que crees? –acariciándole suave la pierna-
Donnie: no –le aparta tirándolo de la cama- yo te amo, no me acostare contigo solo porque andas caliente –molesto yéndose del cuarto-
Leo: -serio- que asco –volviéndose a acostar-
Donatello se quedó en la sala sollozando y odiando a su hermano, pero no lo culpaba, era evidente que no le correspondería. Solo esperaba que al menos Raphael tuviera suerte, aunque si se era sincero seguramente este no lo aceptaría por todo lo que le hizo pasar. Suspiro y poco a poco se fue durmiendo, sin notar aquel par de ojos deseosos de tomarlo.
Leonardo veía con deseo el cuerpo del genio, aunque le daba asco el sentimiento que este tenía por él, no podía negar que era bastante guapo. Si quisiera se lo comería allí mismo, pero antes se devoraría al inútil que estaba en casa, claro que lo haría frente al rudo eso sería lo más excitante, suave se acerca y le besa en los labios, sonriendo al sentir que le correspondía.
Leo: quizás más adelante pueda tener interés en ti –murmura acariciando suave la mejilla del genio- descansa bonito
Tranquilo regreso al cuarto, acomodándose en la cama y quedándose dormido allí mismo, esperando que pronto su plan concluyera.
La mañana había llegado el genio ya estaba listo para regresar a su hogar, desde que se había despertado, ignoro por completo a su hermano, se sentía muy dolido por su rechazo. Lo cual poco le importaba al mayor, regresaron a casa en completo silencio.
Donatello no podía dejar de recordar todo lo que había pasado desde que eran jóvenes, siempre siguiendo al mayor, admirando su forma de ser y lo lindo que se comportaba con él. Entonces algo hizo clic, Leonardo jamás se volvería dócil tan rápidamente, lo que era probable que algo se traía entre manos, aun así que podría hacer el, aparte de seguirlo.
En casa, Michelangelo preparaba tranquilo el desayuno, pensando seriamente sobre lo que el de rojo le había dicho. Sabía lo que era amar y que no te correspondieran, pero de ahí a querer estar con aquel que te había hecho la vida un infierno, ya era demasiado.
Estaba tan metido en sus pensamientos, que no había notado aquellos pares de ojos que lo veían intrigados y preocupados. Arela y Splinter llevaban cerca de cinco minutos viéndolo, la mujer se acercó y suave le acaricio la mejilla, logrando sacar del trance al menor.
Mikey: mamá –sonríe y al segundo se pone rojo al notar lo que dijo- y-yo
Arela: -sonríe y gentil le abraza- oh, tranquilo tesoro
El menor sonrió apenado todavía, pero estaba aliviado de que ella no le negara la dicha de llamarla madre. Splinter estaba sorprendido, pero en especial celoso, no podía creer que su hijo solo tratara con amor a esa mujer, respiro hondo y se sentó esperando su comida. Raphael había llegado justo cuando su hermano llamaba mamá a esa mujer, lo que le incomodo un poco, pero por alguna razón no le molesto, sabía que ella se había ganado más que la confianza del ojisceleste, era lo único que envidiaba de ella.
Yoshi: Raphael, siéntate hijo mío –viéndolo con calma-
Raph: hai –entra y se sienta-
Michelangelo les sirvió y luego se sentó, estaba algo incómodo por la presencia del rojo, pero trato de ignorarlo, lo menos que necesitaba era preocupar a sus padres. Después del desayuno, ambos hermanos entrenaron bajo la supervisión de su maestro, mientras Arela terminaba algunos detalles de la pequeña boda.
La dama, vio llegar a la joven O' Neil, la cual tímida entro y se sentó allí en la sala. La pelirroja, le temía mucho a la mujer, aunque Donatello le había dicho que era buena, ella sabía que no y que si intentaba algo en contra de la tortuga de naranja, lo pagaría muy caro.
Arela: Donatello le ha llamado? –pregunto tranquila-
April: s-si, dijo que estaba volviendo junto con Leonardo –respondió casi en un susurro-
Arela: parece que les fue bien, seguramente llegaran cansados –sonríe dejando lo que hacía-
Arela fue a la cocina y tranquila preparo algo de tomar y unos bocadillos, estaba segura de que su pequeño tendría hambre luego del entrenamiento, teniendo todo listo lo llevo a la sala, en donde ya estaban ambos menores charlando con la joven. La castaña dejo la comida en una mesita que hacia un tiempo había puesto allí, volvió tranquila a su costura mientras escuchaba la charla de los menores.
Al cabo de una hora, el otro par de quelonios habían llegado al alcantarillado, la vibra de ambos era sumamente distinta a cuando se fueron y eso era algo que Donatello dejo ver muy en claro, para Leonardo era algo sin importancia, solo seguía sus planes los cuales estaban yendo bastante bien según el.
Raphael, platico con el genio, quien le dijo sus sospechas sobre la actitud de Leonardo, algo que Splinter escucho y quiso saber también, aquello no pasó desapercibido para el de azul, que les interrumpió la pequeña reunión.
Splinter se lo llevo, dejando y esperando que sus dos hijos pudieran idear algo para evitarle un grave daño al menor. Leonardo, no sabía bien de que habían hablado, por lo cual solo escucho tranquilo a su padre, mientras sus ojos, buscaban con ansias al menor.
Miguel Ángel se retiró a la seguridad de su cuarto en cuanto vio llegar al de azul, por alguna razón le daba una sensación más aterradora que antes. Ya no estaba del todo seguro si dejar ir a su madre de luna de miel era lo mejor, pero tampoco quería arruinare su día con algo que no sabía si era real.
Lentamente los días pasaron y la boda se llevó a cabo, allí mismo en el alcantarillado, ya que la granja se había dispuesto como la Luna de miel, todo paso como en cualquier cuento, la pareja estaba feliz por aquella unión. Los invitados veían con orgullo a los novios, mientras que en los hijos habían distintas emociones, el menor rebosaba de alegría, los de en medio estaban felices, pero preocupados por lo que ocurriría más adelante. Mientras que el mayor veía como todo se desarrollaba según su plan, solo debía esperar un poco más, para al fin poder poner sus manos sobre aquel angelical cuerpo.
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Mí ángel guardián (FINALIZADO)
FanfictionEl un pequeño ángel que quería aprender a volar. Él ambicioso de control. Ella buscando salvar a su querubín.