§Kalox Daine Cleenair
Olvidé que era viernes. Lo olvidé completamente. Y yo nunca, nunca, nunca olvido cuando es viernes.
Así que, un poco tarde, en pijama y con la varita enroscada en un moño penoso, salí de la sala común y bajé lo más rápido que pude. Cosa que también fue penosa, porque la torre de Ravenclaw es fatal si tienes prisa.
Creo que nunca he corrido tanto.
Es algo que no me gusta.
Correr y sudar y todo eso. No, gracias. Me gusta oler bien. Prefiero actividades más... productivas. Como leer. O escuchar a Sally. O... no. Eso no. No puedo contar el vigilar a Remus Lupin como una actividad productiva.§Remus Jhon Lupin.
Ella nunca llega tarde. De hecho, soy yo quien siempre se tiene que disculpar por llegar tarde, y ella me mira con una sonrisita y me dice algo inteligente, como "más vale tarde que nunca", o "paso a paso se llega lejos". Sé que lo dice de broma, para que no me preocupe de haber llegado tarde, como diciendo "no estoy enfadada", pero de verdad que no se de dónde saca esas cosas.
Al principio me decía que era porque ella, al estar en la torre de Ravenclaw, salía antes. Con el tiempo me he dado cuenta de que soy demasiado lento y despistado como para llegar a la hora a ningún sitio.Pero ella nunca llega tarde. Nunca, nunca, nunca. Jamás. Ni siquiera llegaba tarde cuando iba a adivinación. Y a pesar de todo eso, llevo parado diez minutos.
Podría haberme ido. Pero es que ella nunca llega tarde.Todos los viernes nos reunimos para aclarar qué espacio cubrirá cada uno, aunque siempre cubrimos los mismos sitios. La primera vez que lo hicimos me sorprendió lo que me dijo: "Si pasas por las cocinas entre las dos
y las tres, habrá gente. Es ley. Y a las dos y media pasan por el pasillo del tercer piso dos alumnos de cuarto. Te lo digo porque creo que, igual que yo, preferirás evitar esos sitios. No me gusta amonestar a nadie, y prefiero usar los días de patrullaje para pensar tranquila."Sigue sorprendiéndome con cosas como esas cada viernes. Cada vez que descubre a alguien a alguna hora haciendo algo concreto, se entera, de alguna manera. Y siempre que aquello se vuelve rutina, me avisa. Así no pasamos por esos sitios a esa hora. Así no amonestamos a nadie y podemos patrullar tranquilos. Frases simples, exactas. Lo he comprobado. Todo lo que dice es cierto.
Y nunca llega tarde. Es como un reloj. Incluso se sabe los horarios de su amiga, no recuerdo el nombre. Sara o Samie. Algo con "S".
Y si Cleenair llega tarde, debe ser por algo grave. Ella siempre tiene la cabeza en todos sitios. Pero siempre lo cubre todo. Siempre.
Pasan quince. Veinte. Media hora. Cuando estoy a punto de subir hasta la torre, escucho pasos. Pasos fuertes, como si corriese. Y, sudando, aparece ella. La noto antes de verla, porque es imposible no notarla. Huele a lluvia. Aunque suene extraño, he comprobado que no suele usar perfume, y si lo usa es de canela, pero, si no se echa nada, si solo usa desodorante o lo que use, huele a tranquilidad. A lluvia. Huele a aire de naturaleza. Huele a ella. A Kalox Cleenair. La prefecta de sexto de Ravenclaw, la estudiante modelo, la chica de cabello rubio y ondulado, la persona con el pelo más brillante, sedoso y largo que he conocido jamás. La chica de ojos negros. Negros como escarabajos. Tan negros que a penas se distingue la pupila. Tan negros que, a veces, siento que no puedo apartar la mirada. Esos ojos que me miran como si estuviera... no lo sé. Tratando de que le dijese algo. Como si me viese a través de la piel, como si viese mi alma.
–Lamento llegar tarde, Lupin– dice ella, con las mejillas rojas por el esfuerzo, recuperando el aliento.
–Has bajado desde la torre... ¿corriendo?
–Me olvidé completamente. He venido enseguida. Perdón, perdón, de verdad, no me di cuenta de que...
–No pasa nada–. Escucho un leve "¿Eh?", como si se sorprendiera de que no estoy molesto–. Que no pasa nada, Cleenair. Yo siempre llego tarde, alguna vez te tenía que pasar a ti.
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Más allá de una luna llena/ Remus Lupin
FanfictionEra estúpido pensar que Kalox no se daría cuenta de su pequeño... problemita. Por el amor de Merlín, ¡llevaba años estudiándolo! Sería algo contraproducente pensar que no se daría cuenta de las cicatrices, de sus ausencias, de su estado ante, durant...