Aquel Lugar

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???: Dante ¿Estás seguro de esto? -preguntó un hombre con traje sentado en una silla de un escritorio muy grande, en una habitación de paredes blancas, con cuadros y un par de bibliotecas. Al frente suyo estaba un hombre de ojos ámbar con cabello largo de color castaño oscuro con puntas rubias oscuras. Algunas cosas nunca cambian-.

Dante: Si, señor presidente, creo que ya ví demasiada sangre y dolor. Llevo 6 años sirviendo sin rechistar, creo que merezco un descanso -explicó su decisión de manera calmada, pero sus ojos parecían estar sin brillo, sin ganas de hacer algo-.

Sr. Presidente: Mmm -el hombre se quedó callado por unos segundos mientras agarraba su mentón, meditando su decisión, luego de unos minutos, finalmente se decidió- me negaría a una petición como esa, pero eres mi mejor agente, trabajaste de manera excepcional y serviste como debías, creo que te mereces el retiro y con todo el dinero que te ganaste, podrás vivir sin preocupaciones, solo firma esto y estarás libre.

Cuando dijo eso, sacó un documento, como si supiera que se iba a retirar. Dante solo ve la hoja, la leyó con atención y ya estando seguro de que no había nada raro, lo firmó.

Dante: Gracias señor, estoy eternamente agradecido -dicho eso, se da la vuelta y comienza a caminar hacia la puerta, agarra la manija y cuando estaba a punto de retirarse...-.

Sr. Presidente: Dante, solo una cosa ¿No te gustaría una fiesta de despedida por tus años de servicio? Eso es algo que hacemos cada vez que se retira alguien importante.

Dante se detuvo por un momento, se quedó pensando en la propuesta, pero siendo sinceros, no le interesaba, sólo le interesaban una cosa.

Dante: Gracias señor, pero tengo que rechazarlo, para serle honesto no quiero una fiesta, solo quiero descansar y no hacer nada en particular, pero le agradezco la oferta -la forma en la que lo dijo es la misma forma que estaban sus ojos, apagados-.

El presidente notó esto, pero solo supuso que era por el cansancio, por lo que le restó importancia.

Sr. Presidente: Entiendo Dante, no puedo obligarte a hacer algo que no quieres, solo espero que estés bien y si necesitas ayuda con algo, llámame, es mi forma de agradecerte.

Dante:... Gracias señor -dijo mientras giraba la manija y salía de una vez por todas.

Ya afuera de la oficina, nuestro protagonista se dispone a caminar por la tan conocida Casa Blanca para llegar a la salida. Mientras caminaba, estaba pensando en su próximo paso y no tiene dudas de eso, no por nada pasó los últimos 11 años para ese momento.

Luego de caminar un rato, Dante llega a la salida del complejo listo para irse, o bueno, eso tenía planeado.

???: ¿Entonces te retiras, novato? -preguntó una voz grave detrás del bicolor.

Dante enseguida reconoció la voz detrás de él, una voz que infunde respeto para aquellos que están bajo sus órdenes, pero para nuestro casi cascarón vacío, era indiferente, el es el único que no se estremece cada vez que se encuentra con él, aunque reconoce que tiene un buen liderazgo y ambición. Dante se dió la vuelta y lo vió, un hombre rubio con ojos azules y un par de cicatrices en la cara, entre ellas se destaca una en particular, una cicatriz que va desde la parte superior de la ceja izquierda hasta el mentón. Este también lleva ropa militar, un chaleco con compartimentos, una funda de cuchillo de combate en el bretel del mismo chaleco y su característica boina roja militar.

Dante: Si, capitán Krauser.

[¿Les gustó la referencia?]

Krauser: ¿Puedo saber la razón?

Dante: Estoy cansado, ya no quiero seguir con esto, solo quiero descansar.

Krauser: Mmm, entiendo novato... Bueno, te vas a ir como uno de los grandes, realmente fuiste uno de los mejores por no decir el mejor -buenos elogios para alguien que normalmente no los da, eso sorprendió a Dante, levemente, pero teniendo en cuenta el estado en el que está, es un logro-.

Venganza y RedenciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora